**TIFFANY** Una frialdad glacial reemplazó la diversión en su rostro. — No pienso compartirte con nadie. Ni siquiera la idea de que pudieras avergonzarte frente a ellos me excita. Ese no fue el plan. — ¿Entonces? ¿Qué demonios fue? —Ese fue tu castigo. Lo miré con furia, lujuria y una admiración a regañadientes por su calculada crueldad. — Muy bien —concedí, cruzándome de brazos—. Mejor evitaré este tipo de castigo a partir de ahora. Y te aseguro que me encargaré de devolverte el favor. Su sonrisa regresó, más peligrosa que antes. — Es la respuesta que esperaba. Se aparca el auto frente a la propiedad donde vivimos, me bajo sin esperar que él me abra la puerta, entro a la casa, no me voy a nuestra recámara, sino a la habitación de huésped, me siento mal, él es cruel conmigo. Aparte

