**TIFFANY**
La humedad persiste a nuestro alrededor, abrazándonos como una segunda piel, un espejo fiel que refleja la intensidad de la pasión ardiente que nos consume sin tregua. Cada poro de nuestra piel se siente invadido por esta humedad palpable, testigo silencioso de la conexión que nos une. Las contracciones placenteras recorren nuestros cuerpos como olas de un mar embravecido, inundándonos con una sensación de éxtasis puro e inefable.
Cada espasmo es una nueva explosión de sensaciones, una sinfonía de placer que nos eleva a nuevas alturas. Su calor irradia, una fuerza vital que me penetra profundamente, disolviendo cualquier barrera y uniéndonos en un abrazo eterno, un lazo irrompible forjado en el crisol del placer visceral. Este abrazo es más que un simple contacto físico; es
