**TIFFANY** Con cada lamida, cada caricia, sentía cómo el ambiente se cargaba de electricidad. La tensión que había entre nosotros se hacía palpable, como si el tiempo se hubiera detenido. Me dejé llevar por la locura del momento, saboreando cada instante, cada gemido que brotaba de sus labios. Era un juego de poder y entrega, y yo estaba lista para jugar. A medida que avanzaba, su cuerpo respondía a mis movimientos. Aumenté el ritmo, tomando más de él en mi boca, sintiendo cómo se expandía y llenaba cada rincón. Sus manos se aferraron a la mesa, los nudillos blanqueándose mientras luchaba por mantener el control. Pero aquí, bajo la mesa, era yo quien tenía el poder. Kevin se inclinó aún más, como si quisiera acercarse a mí, y eso solo avivó mi deseo de hacerlo sucumbir. Cada gemido

