Nos encontrábamos en una zona rural, su hermana vivía en el campo rodeada de naturaleza y sin tanta contaminación.
Las casas se encontraban a grandes distancias de otras, las luces de las farolas a penas e iluminaban la calle. Comencé a sentir que estaba entrando a una película de terror, donde el hombre mata a la joven después de torturarla.
Jarek ya me había torturado durante el camino, asesino a mi corazón a sangre fría, lo mando por las profundidades del océano para que se lo comieran las criaturas más tenebrosas que habitan en ese sitio.
—Hemos llegado a tiempo. —La casa de su hermana no se encontraba en medio de las siembras como algunas casas que dejamos atrás, no teníamos que manejar por algún callejón para llegar hasta ella. Su casa estaba ubicada a las orillas, solo tuvimos que cruzar el portón y parquearnos en el enorme patio.
Me quedé sorprendida al ver la cantidad de casas en el lugar, al menos conté cinco. Parecía una pequeña vecindad, tal vez esa era la razón por la que no estaba tan retirada de la calle.
Si no me equivocaba cada casa estaba equipada con su cocina, sus habitaciones, sus baños y salas ya que no eran pequeñas.
Todas tenían la misma hechura, el mismo diseño hasta el mismo color, todas rodeaban a la casa que se encontraba en el centro la única que parecía diferente ya que se miraba más antigua.
—Dos minutos tarde. —Grito la mujer corriendo con la pequeña Sofia. Junto a ella su esposo, lo había visto en la tienda el día en que Jarek busco mi ayuda. — Estaba por dejarlas con Paula.
Jarek bajo del auto y tomo las maletas que se encontraban en el suelo, su hermana abrió la puerta donde me encontraba, ya la había visto antes en varias ocasiones, pero nunca la tuve tan cerca. Ella era más parecida a su madre que en paz descansé, tenía los mismos ojos, el cabello, hasta la expresión de confusión.
—¿¡Hola!? —Me saludo al verme sentada.
—Hola. —Conteste regalándole una pequeña sonrisa tímida.
—¿Jarek? —Llamo a su hermano que abría la puerta de la maletera. Sofia me saludo con la mano e intento subirse conmigo.
—Eres la mujer bonita, ¿tú nos cuidaras? —Me pregunto dándome la mano, le ayude a entrar y la coloque en mis piernas.
—Ella es Dalia, su madre no estaba en casa y la dejo afuera. —Jarek tomo a la segunda bebé que se encontraba refugiada en los brazos de su padre un poco más grande que Lila.
Decidí bajarme para saludarla cómo debía ser, estaba avergonzada porque tal vez pensaba que yo era su amante, aunque me doliera Jarek aún era un hombre casado no debía estar acompañado de mujeres que no son su esposa.
—No sabía que cuidabas niñas más grandes. —Se burlo su hermana, es lo que me hiso sentir al darme la mano. —Soy Jade.
—Cómo la piedra. —Comente aceptándola para conocerla mejor, ella me miro de pies a cabeza y era de esperar.
Su hermano estaba casado y de repente se encontraba con una mujer que no era su esposa además de que nunca la había visto en su vida. Eso me confirmaba que si se imaginaba que era su amante.
Su mirada me estaba poniendo nerviosa me di una rápida mirada ya que no esperaba verme tan mal, entonces me di cuenta de que no me había sacudido cuando me caí, así que mi pantalón tenía un poco de tierra.
Me sacudí por instinto mientras le decía. —Olvidé la llave de la casa y mi madre salió, quise entrar por la puerta trasera. — No esperaba que me creyera, aunque fuera la verdad.
—Y yo creí que mentías. —Se dirigió a su hermano con una sonrisa que no podía descifrar. —Por favor que Sofia no coma muchos dulces. —Le dio un beso a la pequeña que se encontraba en los brazos de mi chico Wilson y luego a Sofia quien se encontraba ya acomodada en el auto con una sonrisa enorme. —Tienes sangre en el suéter.
Busqué aquella pequeña pulsada en el codo, cuando caí sentí que me había herido, pero por la oscuridad y por la vergüenza decidí ignorarlo, con todo lo que me estaba pasando lo había olvidado.
—Te veo en unos días. — De regreso a la ciudad con las tres pequeñas en el asiento trasero, no me quedo de otra que volver junto a él. Sofia era la única que se encontraba despierta, el chico Wilson tuvo que callarla en varias ocasiones ya que su hermana y su prima dormían.
Me sentí mal por ella, ver su carita triste no me agrado para nada ya que me gusto ver su enorme sonrisa, por supuesto encendía la razón por que Jarek la silenciaba.
Una pequeña que brillaba con su carisma, tan encantadora e inteligente era opacada por su tío, que sin saberlo ese brillo lo heredo de él.
Me acomode viendo en la dirección de Jarek, no solo lo hacía para verlo sino porque el sueño me estaba matando, comencé a cerrar los ojos por el cansancio, por más que intentara mantenerlos abiertos fue imposible, se cerraron desconectándome de todo por un momento.
Durante el viaje de regreso a casa me quede dormida al igual que las pequeñas.
Ahí sobre sus piernas, con su mano apretando mi cintura, una que no era tan pequeña, pero que se podía sentir su curva. Ahí con su pulgar rosando mi mejilla, ese espacio entre nuestros labios frustrándome los sueños, matándome de deseo.
En ese momento que era nuestro, con el tiempo en pausa y con el corazón skip.
Justo en el perfecto momento, de poder embriagarme del dulce sabor de sus labios. En ese preciso momento donde me volví completamente suya y él se volvió mío, en ese momento donde los gemidos salían de mi boca a causa del placer fue ahí donde me di cuenta de que...
“Ininteligible sueño”
¡Carajos estaba soñando nuevamente!
Observe a mi alrededor asustada, no recordaba como termine en el auto de mi chico Wilson. —Disculpa que te despertara. — Me hablo aun con su mano en mi pierna, ¡Dios tenía su mano en mi pierna! Ese simple toque hizo que el volcán que se encontraba dormido despertará y erupcionara.