—¡Max...! —me siento y tomo sus dos manos entre las mías —. A ver como te lo digo sin hacerte daño —me acerco a sus ojos y explico —. Cariño, lo nuestro acabó y tú mismo lo quisiste así. No te gustaba para tu esquemática vida, el despliegue de adrenalina al que nuestra relación te tenía sometido. Yo te quiero, me gustas, y sigues siendo importante para mi pero no vamos a volver, no queda nada entre los dos y ya te dije que estoy en un punto de mi vida en el que no tengo espacio para nada más que lo que hay, ahora...en ella. Intenté ser lo más clara posible y casi que deletrear para él, aquello que ya le había dicho anteriormente. Mientras lo miro tan guapo y sexy, pienso en lo fácil que sería besar su boca y abrirme para que Max me haga suya, pero eso contrasta contrariamente con la mos

