El trato

1441 Words
Un error...un error de cálculo ha sido pensar que podré resistir el impulso de dejarme llevar con Dante. Ese hombre me gusta, me excita, me divierte y me intriga. Tiene un cuerpo impresionante desnudo y no sé cómo saca tiempo en su lógicamente apretada agenda para ejercitarlo. —Dime qué tengo que hacer para que lleguemos a un trato justo para los dos. Llevamos un buen rato besándonos en el sillón de su impresionante terraza climatizada. Mientras más me toca, más me entrego y más noto que nos planteamos llegar a un punto medio en este acuerdo que ambos necesitamos para empezar una historia los dos. Juntos. Independientemente de el negocio o no, con mi padre. Pero ese es justo el problema. Que por mucho que antes estuviera dispuesta a llegar a un acuerdo con él por dinero, ahora que soy objeto de uso para mi padre me siento peor con eso. Ahora es cuando veo la verdadera naturaleza de lo que se supone que estoy haciendo y siento náuseas. —¿Puedes hacer que no parezca una transacción repugnante de un comercio de la carne? —Camille... —hay reproche en su voz —, no lo veas así. Somos dos adultos que teníamos un trato. Un deseo y una petición para el otro. Nada más. Lo de tu padre y nuestro negocio es un efecto colateral. —Un efecto colateral que me ha hecho ver que lo otro también era un lamentable trato. —Las personas hacen convenios comerciales partiendo de una atracción física y algunos los llamarán: matrimonios —hace un mohín divertido. —No seas cínico, que no es lo mismo. —¡Joder que no! —me da una nalgada y los dos nos reímos sin remedio —. Desde el principio de los tiempos el matrimonio es un negocio. Ahora la gente hace negocios más rentables y menos duraderos. No se encadenan para toda la vida pero el fondo es similar. —¿Me estás pidiendo que me case contigo? Los dos nos reímos hasta la saciedad y se siente como si fuéramos otras personas disfrutando de una cita muy agradable. Como si no tuviéramos importantes decisiones que tomar y un rumbo por el que ir. —¿Eso es lo que haría falta para que te quedaras conmigo? —Ni de coña —le empujo jugando con sus manos que no me sueltan —. Yo no me caso con un tío como tu ni en mil vidas y tú no eres de los que se casan tampoco. —A ver si vamos a ser almas gemelas. —Pues estaremos jodidos porque esas pasan toda la vida buscándose y se encuentra tarde, cuando ya no queda más que esperar a la siguiente vida a ver si hay suerte —me siento a su lado y me sirvo otra copa. —Ahora en serio —la risa se esconde y le miro —. ¿No vas a dejarme hacerte mía? —Creo que no, Dante. —De acuerdo —se levanta rápido pero no luce enfadado —. Te llevaré a la habitación que puedes usar por esta noche y mañana te dejaré en tu casa temprano. Cuando hayas decidido algo me comunicas y establecemos unas normas. Me toma de la mano cuando asiento y me lleva dentro, en la parte de abajo de su apartamento lujoso, al final del pasillo a la derecha de la puerta principal hasta una habitación lejos de la suya. —Nunca he tenido a ninguna mujer en mi casa —me abraza de la cintura y pongo mis manos en sus pectorales —. Tienes algo que me seduce, lo sé. Descansa. —Gracias por todo, Dante. —¿Estás segura de que no apiadó convencerte para quitarte la ropa? —me río me pega al marco de la puerta. Nos besamos rápido y duro. —Mejor me la quito yo. —Estás siendo caprichosa —me acusa y se aleja. —Y precavida. Esto se nos ha ido de las manos pero necesito parar un segundo, bajar una velocidad y pensar. Gracias por dejarme hacerlo en tu casa. —De tus labios sale veneno ahora mismo y te juro que me estás matando... no sabes cómo te deseo pero esta bien —alza las manos y empieza a caminar hacia atrás —...será como tú necesites que sea. Un ambiente distinto a todo lo que hemos tenido hasta el momento se crea entre los dos. Somos como desesperados hambrientos del otro pero en un nivel menos carnal ahora. No puedo decir a qué hora me quedé dormida pero descansé. En la mañana una señora muy amable me llevó el desayuno a la cama y no he vuelto a ver a Dante desde la noche de anoche. Su conserje me pidió un taxi que yo pagué cuando llegué a casa y al poner un pie en el salón, encontré a papá sentado en el sillón...esperando. Esperándome a mi. Hay algo extraño en los ojos de mi padre. El verde común de sus iris está como deepintado. Luce triste, sin ilusión. —Yo amo a mis hijos, Camille y lo sabes. Jamas venderia tu cuerpo... —empieza directamente a hablar —...por favor si es repugnante. Siento que voy a vomitar. Me da la sensación de que está preparado desde que salí anoche de aquí para decir lo que sea que pretenda decir. Da la sensación de que hay un discurso en su cabeza y voy a ser la única testigo de él porque la casa está tan silenciosa que incluso creo que no hay nadie más que nosotros. —Es lo que pareció papá. Me siento a su lado, nos miramos y luego tira de mi pasando un brazo por encima de mis hombros y me recuesto en él. —Estamos en bancarrota Cami —le miro asombrada, impactada —, ese hombre es la salvación de la familia y de toda la fortuna. En la siguiente revisión los accionistas van a darse cuenta de que no tenemos dinero y si para entonces no tengo un trato con él que garantizxe la reposición económica, perdemos todo. No digo nada porque hay bien poco para que aporte. Sabía que en recuento él notaría que hay cien mil dólares que faltan pero nunca pensé que otros puedan quitarle a mi padre todo aquello por lo que ha luchado toda su vida y de cierta forma he colaborado a hacer que esto sea todavía peor. No podría sentirme peor. Y de cierta manera no entiendo por qué puedo enfrentarme a mi padre acusándolamo de alguna especie de sucio comercializador con mism persona y no hago lo mismo con Cat que anda por el mismo sitio... Tal vez Dante, es mucho más que un juego para mi y por eso la propuesta de mi amiga me supo a menos suciedad que la de mi padre. Aunque debo reconocer que la culpa es toda mía y ahora más que nunca tengo que reponer el dinero de papá. —Voy a hacer lo que necesitas que haga por el banco y tu patrimonio papá, pero luego me iré de la casa —explico sorprendida por lo hondo que me caló la conversación con Dante anoche —. Empezaré mi vida lejos de ti y tú seguirás desde donde lo dejaste. Ese es el trato..yo hago aquello que necesitas a cambio de que nunca más te metas en mi vida. —Tu vida es la mía, Cami —me besa la frente con agotamiento, está raro —. Tú y tu hermano son lo más importante que tengo y ambos estarán lidiando codo con codo con la situación de la familia... luego haz lo que entiendas. Estás en todo tu derecho. —Estamos de acuerdo. Y que sepas que también te quiero, papá —me aprieta una mano y se separa —. Mucho... Busco el teléfono y marco el número de Dante en cuanto mi padre se aleja. Acabo de hacer un trato con él, ahora me toca consolidar el resto del mismo. Insisto pero no logro que me conteste y entonces un mensaje frío y sorprendente me llega desde el móvil del hombre que me ha perseguido hasta el cansancio en estos últimos días... *Estoy ocupado, no tengo tiempo para ti. Concerta una cita con mi secretaria* La sangre me hierve en las venas y siento que voy a reventar. Me yergo dispuesta a ir a mi habitación y prepararme para la batalla. Él no quería jugar conmigo...pues vamos a subir la intensidad. Dante Castle no sabe que cuando yo juego...no sé perder.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD