Caspian no sabía exactamente qué hora era, pero hacía su buen tiempo que había apreciado los primeros rayos del amanecer invadir su habitación a través de la ventana, y aun así, al príncipe heredero no podría importarle menos. Sabía perfectamente que el hecho de que Rhys permaneciera en su habitación, alentaría a los empleados del castillo de que habían pasado la noche juntos, comenzando así un rumor que pasaría de boca en boca hasta llegar a oídos de sus padres, quienes seguramente quedarían encantados con la noticia. Y siendo que, la persona que tenía entre sus brazos era un simple humano, suyo, y no un príncipe de otra manada como supuestamente todo el mundo creía, debería de cuidar un poco más de las apariencias de ambos, pero... Caspian simplemente no podía dejar ir a Rhys. Luego d

