Capitulo 3. Las reglas del juego

1494 Words
Francesca la había obligado a depilarse en estilo brasilero. — Es que todo será en un barco, deberás usar traje de baño y no puedes andar con...estemmm...eso así — la palabra que se le venía a la cabeza a Francesca era Selva Amazónica. Ella no tenía problema con las mujeres luciendo los pelos, pero eso iba a ser un reality show y habían puesto ciertas condiciones. Algunas se las había dicho a Giuliana y otras no, pues sabía que sino no había manera en que aceptara la idea. También la llevó a recortarse el cabello y hacerse unas mechas más claras, para quedar exactamente iguales. Le dió parte de su vestuario y luego, vino la parte más difícil. — Dentro del contrato que firmé...ejem...bueno nos piden que tomemos pastillas o usemos algún método anticonceptivo... Se lo dijo mientras le mostraba parte de la ropa que le daría. Giuliana estaba sentada en su cama y largó a reír. — Jajaja jajaja eso es absurdo, no pueden obligarte a eso, aparte sabes que sufro Síndrome de Ovario Poliquístico y las veces que intentaron darme anticonceptivas mi cuerpo las rechazó... — Pe...pero... — Ningún pero, esto no entra en discusión aparte sabes que no hay ningún riesgo de "eso"... Por alguna razón su hermana se había auto convencido de ser asexual, lo cual a Francesca le parecía una absoluta ridiculez. Solo porque no había llegado alguien que le calentara la sangre ...y otras partes de su anatomía no significaba que era asexual, pero no lo iba a discutir nuevamente. Ya lo habían hablado varias veces. Solo realmente esperaba que no hubiera problemas con eso. Se suponía que el reality era con algunas personas mediáticas en un barco dando vueltas por la costa amalfitana en el verano europeo, durante tres meses...querían filmar su convivencia, las relaciones entre ellos. Obviamente habría fiestas y se suponía que pasarían cosas. Eran gente joven, con las hormonas al tope...bueno excepto su hermana quizá... caviló Francesca. Esperaba que hubiese preservativos en ese barco al menos. Alguna parte de ella sintió reticencias a mandar a su hermana allí. Pero luego pensó que no le haría mal divertirse un poco. Francesca había conocido a Emily Langley en una exposición de arte, luego de firmar ese maldito contrato. El flechazo, al menos de su parte, había sido inmediato. Si se iba tres meses posiblemente la perdería. El contrato, era por demasiado dinero, y no podía deshacerse de él tampoco pues tenía una cláusula de que si lo rompía debía pagar una multa de mucho dinero...y hasta no tener el fideicomiso ella necesitaba ese dinero. Tenía deudas, y proyectos. Francesca estaba convencida de que era una situación en la que nadie podría salir perdiendo. Su hermana estaba convencida de que solo lo hacía por la fama, no estaba al tanto de sus deudas de juego...pero al conocer a Emily había sentido como si un rayo la hubiera partido al medio. Por ella dejaría el juego, las drogas, el alcohol y hasta su apellido si se lo pidiera. Tenía aún unos días para preparar a Giuliana. El barco saldría del puerto de Nápoles. Así que esos días los aprovechó para mostrarle el modo en que se desenvolvía y hablaba, para que la imitara mejor. A Giuliana todo parecía causarle gracia. — Porque te ríes de todo MALEDIZIONE — le dijo un día ofuscada. — Porque todo esto me parece una completa estupidez — le dijo con un poco de soberbia su hermana. — Pues disculpa si no todos estamos buscando una cura para el Alzheimer ni somos tan inteligentes como tú cara — le dijo un poco herida Francesca. Giuliana se sintió mal y la abrazó. — Perdón fui una idiota — su hermana había estado perdida desde que terminaron sus estudios, y no podía del todo echarle la culpa a ella. Su padre no había estado de la manera en que ellas necesitaban, y su madre...bueno...estaba internada. Así que sí, Francesca no había encontrado su rumbo tan rápido como Giuliana. Entonces reparó en algo. — Creo que nunca me dijiste el verdadero motivo por el que necesitas un reemplazo... — Me enamoré... perdidamente...y por ella, dejaría cada uno de mis vicios, le bajaría la luna y las estrellas cara...pero yo ya había firmado el contrato, si lo rompo la multa es de mucho mucho dinero...y no quiero perder a esa mujer hermana — la miró con ojos suplicantes. Giuliana nunca se había sentido asi, pero racionalmente podía entenderlo. Y si eso ayudaba a encaminar a su hermana lo haría con gusto. Tomó sus manos. — Quédate tranquila Francesca. Te dejaré bien parada — su gemela se tiró a sus brazos. — Gracias hermana... obviamente éste tiempo mantendré un perfil bajo para que no se descubra nuestra treta y si tienes alguna duda en determinado momento...solo piensa como reaccionaría yo en esa circunstancia... Giuliana lo veía difícil...Francesca era toda apasionada mientras ella solía ser un mar de calma. Salvo cuando tenía esos raptos de furia, pero podía mantenerlos a raya. Finalmente llegó el día, y ella como previsora que era viajó con un día de anticipación a Nápoles y se quedó en un hotel. Se presentó al lugar indicado, al día siguiente, y notó que el grupo era realmente muy heterogéneo. Todos parecían chicos y chicas, jóvenes, relajados y amables. Cuando embarcaron, enseguida se acercaron a hablarle un par de chicas muy amables, y el equipo de filmación luego los convocó a la proa, a una reunión directiva. Él barco era grande, casi como un pequeño crucero. Pasaron el primer día acomodándose y adaptándose a la nueva rutina y para su sorpresa, comenzó a relajarse y verlo como las vacaciones que le había prometido su hermana. Al segundo día por la noche hicieron una fiesta. Y fue todo un poco descontrolado, algunos se fueron a los camarotes a tener sexo mientras otros seguían bailando y tomando. Ella bebió tanto que en un momento le pidió ayuda a una de las chicas para volver a su propio camarote. Al otro día, se incorporó con un horrible dolor de cabeza. Notó que solo llevaba puesto un traje de baño, que extraño, el día anterior tenía un vestido puesto. Abrió gradualmente los ojos y se encontró en un lugar completamente diferente al barco, ¡Qué carajos! Ella podía sentirlo, estaba en tierra firme. Pero donde se encontraba era un absoluto misterio. — Bueno, veo que finalmente la bella durmiente se despertó, luego de tantas horas estaba considerando darte un beso... Entre la bruma producto del alcohol, y el persistente dolor de cabeza trató de ubicar esa voz con la mirada...hasta que finalmente pudo enfocarlo. — Espero que te sientas cómoda en tus nuevos aposentos Francesca — el hombre tenía un pequeño short de baño, era alto, más de 1.80, cabello y ojos oscuros. Atractivo pero duro, de un estilo casi peligroso...y con un rostro que le resultaba tan familiar... ¿ Y porqué la llamaba por el nombre de su hermana? Ah cierto que se estaba haciendo pasar por ella. — Yo ...creo que me duele la cabeza ...— dijo llevándose una mano a la frente. — Disculpa, pero debimos darte algo para traerte aquí... ¿De qué mierda le hablaba?. ¿La habían drogado?. A cada momento que pasaba entendía menos... — Perdón, pero no entiendo que hago acá...— admitió ella — ¿ Y los demás??? — Los demás siguieron su ruta, luego de la parada técnica en mí isla... De repente sus neuronas comenzaron a hacer sinapsis, ¡Ya sabía de dónde lo conocía! La había besado de prepo en el casamiento de Chiara, ella le dió una bofetada o lo empujó, no recordaba bien, quizá ambas. Temía preguntar que hacía en su isla, pero por alguna razón él desconocido guapo creía que era su hermana y estaba segura de que no estaría feliz por descubrir el engaño. — Yo...no estoy segura de entender ...— le dijo despacio. — Mmm verás — dijo y se acercó — se sentó en su cama y ella instintivamente se alejó de él — Todo lo del reality fue una especie de engaño... — ¿ Especie?? — Bueno ok, tienes razón... fue todo una mentira, pero no lo del pago quédate tranquila puttana mia ¿Ese hombre había tenido el descaro de decirle que era su puta ? ¿ Pero como se atrevía??? — Mire señor, yo no sé quién es, y no me interesa — ni tampoco pienso sacarlo de su error, pensó irónica con respecto a lo de Francesca — pero usted no puede secuestrarme como si tal cosa...mí familia es importante... — Olvidas que firmamos un contrato, y ahí específica que las reglas del juego pueden cambiar en cualquier momento... — ¿ Y ahí también dice que puede secuestrarme y violarme? — le gritó furiosa. Él se acercó más a ella y acarició su mejilla. — Oh no jajaja...yo no te violaré...tu caerás sola en mis brazos cara...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD