Capitulo 2.

2127 Words
Capítulo 2. *Liam Castillo.* Tras una infancia dolorosa a raíz de la traición de su madre y el hecho de que no le importará abandonarlos a su hermano y a él, Liam cambio su actitud, sin duda las acciones de los padres pueden tener consecuencias drásticas para los niños, si son niños que crecen con una ideología de lo que ven, en su familia el amor de sus padres se podía ver, su madre era una gran actriz sin duda sabía fingir amar a su familia por qué su padre la llenaba de lujos sin límites, le daba todo lo que ella quería, pero para ella nunca fue suficiente, puesto que su excusa fue que el dinero no compraba la felicidad, le gritaba que su padre ya no la tocaba y que no la satisfacía como ella quería, mucha información para un niño, decía que no se enamorará, que el amor no existía y muchas palabras que marcaron la vida de Liam para siempre, creciendo con la ideología de que el amor no existe y que la mayoría de las mujeres eran unas interesadas que solo se acercaban a él por su dinero, así era en su antigua escuela y no veía diferencia en esta, ya que por su estatus social tiene el control del equipo de fútbol y es muy popular, muchas chicas se mueren por él y se entregan sin pensarlo. Para él volver a su ciudad natal lo lleva a divagar en un mar de recuerdos, entre ellos buenos y muchos malos, pero a sabido sobrellevar las cosas, aunque a cambiado su actitud, es un hombre serio, muy analítico no deja entrar a cualquiera a su vida y si lo hace es por diversión o por qué así lo desea, es claro y sin dar rodeos, un chico sincero, pero misterioso, su vida personal es suya y le cuenta a su mejor amigo solo lo que quiere que él sepa, no se abre por completo con nadie y es claro que todo eso es a consecuencia del daño que su madre le ha causado, es un chico inteligente y exitoso, todo lo que hace es bien pensando y calculado, eso lo a aprendido de su padre quien a sido su ejemplo a seguir, su apoyo y su mentor, ahora que a regresado las puertas se están abriendo para él, una jugosa carrera lo espera, ser actor y modelo como su padre no le queda mal, es muy guapo y su actitud es muy halagada por el representante de su padre. Volver a Sido una locura, reencontrarse con viejo, amigos y notar lo diferente que está su vecindario y sobre todo lo cambiada que está Nathaly, cuando eran niños sentía un extraño apego a ella, tan vulnerable en las manos de su padre quien era un monstruo lo llevaba a querer protegerla, sus pequeñas mejillas rosadas le parecían hermosas, la niña ya no es una niña y es una chica muy distante, diría que comparten una personalidad similar, la analiza y sabe que ella a crecido bajo la sombra de su hermano y aunque sea su mejor amigo sabe que para él las cosas no han sido tan difíciles como para Nathaly, la chica le llama la atención, su actitud reservada y esa mirada llena de misterio lo atrae de una forma que no puede entender. Va con sus amigos por el centro cuando la observa de lejos con su patineta, desde que la recuerda la chica la usa con gran habilidad, es impresionante ver cómo se sube en ella y da vueltas, la ve de lejos y trata de disimular haciendo como si no la hubiera visto, mientras su novia y sus amigos hablan sobre su entrevista con el asesor de su padre, la noticia a Dianna su novia la lleva a querer alardear frente a su amiga, quien no tardará en regar el chisme con el resto de los chicos y así todo el instituto estará hablando de eso y envidiándolos como de costumbre. — ¿Me imaginas siendo la novia de un modelo y actor? Sería la envidia de todos. — La chica está feliz, se abraza a Liam mientras todos ríen sobre su alarde. Liam observa de reojo el lugar donde Nathaly acaba de entrar y continúa con sus amigos como si no pasará nada. Los chicos siguen ríendose de las locuras de Dianna de camino a la cafetería, donde se sientan todos a comer volviéndose el centro de atención del lugar. *Nathaly* Estoy en un colapso, un ataque de nervios cuando una chica se me acerca entregándome un gel. — Toma, con esto no te quemarás, juntalo en tus pies y tú entre piernas, frotarlo en los muslos de tus piernas. — Gracias, ¿Debemos usar estos uniformes siempre? — Le digo acomodándome las medias mientras pienso en la manera de librarme de esto. — Así es, vamos no puedes echarte para atrás, las chicas de allá están apostando que te vas a retirar, se burlan de ti. Señala la rubia al grupo de las chicas con las que me tropecé al llegar. — Si bueno, fue un error entrar aquí. — No, no lo creo, pienso que si el destino te trajo aquí es por algo y no puedes irte sin intentarlo, por cierto, soy wandda. Se presenta con amabilidad. — Nathaly.— Le estrecho la mano y coloco el gel como lo indica. — ¿Tú no habrás apostado por qué me quedaría? — Pregunto al ver su interés en que me quedé. — Sí, aposté y no puedes hacerme perder mi dinero, realmente no parece que te guste esto, la patineta no ayuda, pero tengo fe en ti, creo que tienes potencial en esto. — Eres buena dando clase motivacionales, lo haré y no porque tú me lo digas, sino porque odio a la gente fanfarrona. — Eso es chica, demuéstrale quien manda, ¿Qué puede pasar si lo intentas? La clase da comienzo y todas se van a sus lugares. *Narración* — Empezaremos con lo más básico, sigan mis instrucciones.— La mujer de mayor edad mira a Nathaly tratar de caminar con las zapatillas de ballet. — Vamos niña, date prisa. — Nathaly siente que es la más grande locura que podría vivir, pero no se rinde y menos al escuchar las risas de las chicas tras ella. Todas están en la barra y siente como su traje se mete en su trasero de forma molesta, suspira con fastidio y escucha atenta las instrucciones de la profesora. — Dictaré y explicaré las posiciones básicas del ballet, ustedes deben seguir mis pasos, la guiadora frente a ustedes las estás calificando y la que no lo nada bien, se marchara de inmediato, existe solo pocas bacantes para esta clase, mi clase, solo las niñas que queden se irán conmigo a mi academia internacional con una beca de estudios universitarios, así que pueden darlo todo o marcharse. — La idea suena tan atrayente es una gran oportunidad, Nathaly cierra los ojos y se relaja recordando las palabras de su abuelo. “Eres capaz de hacer todo lo que te propongas mi pequeña bailarina” Esas palabras tras verla bailar con la patineta e intentarlo una y otra vez, la palabra, “Imposible” No está en su calendario. — Bien, mírenme y sigan mis pasos, para lograr la gracilidad y elegancia que caracteriza a los movimientos de este tipo de danza debemos conocer cinco posiciones básicas sobre las que se sustentan el resto de pasos de ballet, primera posición. Juntamos los talones y mantenemos las puntas de los pies hacia fuera (en dehors).— La mujer se mueve y Nathaly la observa cuidadosamente repitiendo un complicado dehors, lo logra y es donde empieza a sentirse animada. En su mente la posición no es tan complicada y la punta de las zapatillas la ayuda a mantener la postura, nota lo que Wandda hace y lo sigue manteniendo la espalda derecha, los murmullos se escuchan a su espalda para desconcentrarla, pero no lo hace, aprendió el autocontrol de la peor manera, ya que para ser fuerte ante su padre tenía que aprender a controlarse, sin duda aprendió muchas lecciones a través del maltrato de su padre que marcan la vida para siempre. — Segunda posición. Con los pies en dehors separamos las piernas manteniéndolas estiradas. El hueco que dejemos entre nuestras piernas debe ser, aproximadamente, el equivalente a la mitad del largo de nuestro pie. Tercera posición. Los pies siguen rotados hacia afuera, pero, en este caso, colocamos el talón de un pie delante de la parte central del otro…— Cambia de forma más rápida y Nathaly lucha por mantenerse, empiezan a sacar a chicas que se caen y otras que no pueden mantenerse, pero para ella el equilibrio es pan comido, ya que para usar su patineta necesita mantenerse bien equilibrada. —Cuarta posición. Cruzamos los pies para que queden en paralelo de tal manera que el talón de uno esté a la altura de los dedos del otro y viceversa. Entre ambos pies, hay un espacio de separación (el largo de nuestro de pie).— La mujer se mueve, quedan 20 chicas que solo tendrán oportunidad el próximo año, es una pena, pero Nathaly no piensa rendirse, la mujer la observa detenidamente y muy seria. —Quinta posición y última posición. Igual que la cuarta posición, pero si dejar espacio: el talón de un pie toca los dedos del otro.— Es todo, ahora el examen. — ¿Examen? — Dice Nathaly muy preocupada, ¿Paso por todo esto para perder todo al final por un examen? — Tranquila, es fácil, siéntate conmigo. — Le dice Wandda en un susurro. — Gracias. — No agradezcas hasta que no salgas de aquí con esa membresía. — A cambiarse. — Ordena la mujer que parece un soldado ordenando. Nathaly se cambia y guarda todo en su bolsa, sale de la habitación sentándose junto a Wandda quien no parece ser mala chica, es una buena persona, la mujer empieza hacer preguntas al azar, es claro que no se las pondrá fácil. — Tú, niña, la de la patineta. — La mujer la mira muy seria y Nathaly también lo hace, es evidente que trata como la traten y no se doblega ante nada. — ¿Señora? — Indícame, tres movimientos del ballet. — Nathaly la mira y Wandda se sube la camisa, tiene los principales movimientos anotados en su falda, como un bordado. — Plie, releve y jete. — Todas quedan sin palabras, Wandda vino preparada para cualquier pregunta y su plan principal era conseguir una aliada por si no podía responder a sus preguntas la chica la ayudaría, pero al ver a Nathaly es como si viera a su hermana, ¿Por qué no ayudarla? La hermana de Wandda falleció hace cinco años y a sido una pérdida que lamenta cada día, ya que su hermana fue quien la involucró en el mundo del ballet y ambas deseaban ir a París juntas, pero antes de poder entrar en la academia tuvo un accidente en un lago al ir a una fiesta de fraternidad donde se ahogó, una trágica muerte para su familia y su hermana quién la extraña cada día, pero ahora ha visto en Nathaly una chica buena, con la actitud que su hermana solía tener, le agrada y eso no lo había hecho con nadie. — Bienvenidas al equipo, un aplauso para ustedes. — Los aplausos se hacen notar y Nathaly no puede creer que haya entrado, lo hizo, hizo algo por ella, sin duda será un secreto. — Muchas gracias Wandda, te debo una. — Dice Nathaly a la rubia de ojos avellanas. — Me la debes, iremos a la cafetería a unas cuantas cuadras y me pagarás la cena. — Es justo, después de esto me dio hambre. — No se diga más, vamos por esa membresía y mi pago por la apuesta. Ambas sonríen y Wandda la ayuda a levantar, Nathaly toma su patineta y ambas caminan a la mesa donde están las membresías. — Señorita Fuanova, usted me ha sorprendido, es claro que no debo juzgar su libro por su portada, bienvenida al equipo, espero no te lastimes con esa patineta y puedas seguir con nosotros. — Muchas gracias señorita Morgan. — Dice tomando su membresía. — No agradezcas, el uniforme es tuyo y este es tu bolso, aquí llevarás todas tus cosas, nos vemos el lunes. — Gracias, hasta el lunes. — Dice con gran felicidad, aunque no expresa su felicidad de haber logrado algo, un reto que podría ser su futuro, como dijo Wandda, no es casualidad, si no es el destino y, ¿Quién es ella para cuestionar al destinatario?
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