Capitulo 9

2157 Words
No sabía lo importante que era tener tantas amistades verdadera, han pasado una semana, los chicos se han turnado en estar con nosotros, en ningún he dejado a mía sola. Los podemos ver una al día, aún están conectados, mía sigue teniendo esperanza que sus padres puedan volver de la vida, ha costado un poco el que mía mantenga la calma, por su estado de salud, no hemos tocado el tema, vemos al doctor acercarse a nosotros, mía estaba hablando con Sammy y se acerca a él, me levanto de la silla para estar cerca de ella, paso mi brazo por su hombro. —¿Doctor, cómo están?— Pregunta mía de inmediato. —Su padre está despertando aunque sigue en un estado crítico— Nos aclara. —Gracias a dios y a ustedes sé que él superará esto, estoy segura, ¿Y mi mamá?— Pregunta aún con una sonrisa. —Su mamá— Dice doctor y hace una pausa— Lo lamento hicimos todo lo posible, pero su madre no pudo resistir y le doy un paro respiratorio. —No, no— Grita ella y tan solo la abrazo. Ella llora en mi pecho, pero sus piernas están tan débiles que se deja caer de rodilla y la abrazo, escucho el llanto de las chicas, es difícil no llorar, es difícil la situación, ella mira a su al rededor y se levanta rápido, no sé en que momento comienza a correr, en el momento que reacciono y corro tras de ella, tomándola por la cintura. —Debes calmarte— La sostengo fuertemente— Por favor. —Quiero verla— Me dice tristemente. —Doctor Ordóñez, código azul— Se escucha la voz que proviene un parlante— Código azul en UCI El doctor sale corriendo y las puertas de UCI se cierran, se pueden ver el desespero, tengo un mal presentimiento de esto, algo que aún no me animo a decirle a mi pequeña, pero creo que ella misma de esta dando cuenta. —Mi papá no dejará sola a mi mamá, él se irá con ella lo sé. —Él lucharán por ti mi amor. —No, el estaba feliz porque te tengo a ti, el sabe que darías tu vida por mí— Me abraza fuertemente— Mi papá se está yendo lo sé. —Debes tener fuerza mi amor, ten fe— Acaricio su espalda— Me duele también, pero ellos allí están luchando, debemos esperar, no podemos entrar así, ponemos en riesgo a todas esos pacientes. —Entiendo— Dice susurrando. La llevo al lugar donde estaba sentada, el tiempo pasa lentamente, el doctor sale después de media hora, para nosotros se sintió una eternidad, no era necesario que hablara su cara decía todo lo que debíamos saber. Habíamos perdido a dos personas importantes en nuestras vidas, dos pilares muy importantes para mía, su mundo se está derrumbando en estos momentos. Sus padres no resistieron lamentablemente, pensaba que en el momento que ella los estaba viendo en las camillas sin vida Iban a ser difícil, pero me equivoque. El velorio fue doloroso, mía parecida un zombi, lo las difíciles de todo fue el entierro. En el momento que están enterrando los féretros, mía cae de rodilla llorando, nunca la deje sola, no podía dejarla antes y muchos menos ahora. Los días pasaban lentos, mía se la pasaba acostada en su cama sin querer comer, sin querer hablar, tenía que insistirle para que comiera, solo lloraba y dormía. Pero su cuerpo no lo está resistiendo, comenzó a vomitar todo lo que ella comía, estaba más cansada. —Debemos ir al médico— Le digo entregándole algo de ropa— No voy a aceptar un no como respuesta. —Pero mi amor. —Hablo en serio, debo comenzar a trabajar, quiero que estés bien. —¿Vas a trabajar? —Se sienta en la cama— ¿En qué? —Amor — Tomo su mano—Trabajaré con Ramiro. —¿Ramiro?— Trata de hacer memoria— No es el señor con el que corrías antes. —Si es el mismo señor de las carreras callejeras. —Eso es muy peligrosos Alex. —Confía en mi amor, además ganaré lo suficiente para que ambos estamos bien, para pagar tu medicina, la cuenta de la casa de tus padres, muchas cosas. —No me importa el dinero, me importa tu salud. —Lo sé, pero necesitamos dinero y ustedes señorita debe ir al médico, así que vístete o lo hago yo. Ella le levanta y se va al baño a regañar diente, acomodo algunas cosas en un pequeño bolso y ella sale ya vestida después de algunos minutos. Nos dirigimos al médico, lo único que supimos del accidente es que ellos venían de camino a casa y que algún borracho salió de la nada y ocurrió el accidente. Sé que el hospital para ella ahora es un tormento de recuerdo que necesitaba que ella estuviera bien, segura, los nombre de los medicamentos, ahora soy el que está a cargo de ella, debo cuidarme también, por qué sé y esto clara que ella me tiene a mí. A mía le hace los exámenes regulares esta vez, el médico la chequea y a pesar de estar triste está bien hasta ahora. —Mientras esperamos los exámenes de sangre vamos a comer algo, después debemos ir al ginecólogo. —Me da pena. —¿De qué te da pena amor?— Pregunto algo curioso. —De ir allá y decirle que tuvimos sexo a un extraño. —Solamente sonrió y la abrazo— Vamos a comer algo debes comer. —No quiero— Hace puchero. Después de algunos estira y encoge la llevo a comer algo, decidimos comer una ensalada de fruta igual era temprano y su estómago aún no se acomodó, pasamos el rato tan solo sentado uno al lado del otro sin hablar, era algo que no necesitamos, aun así no estábamos alejados uno del otro, el doctor me envía un mensaje que los exámenes ya estaban listo así que nos dirigimos a su consultorio. —Por favor dígame qué estoy bien— Le dice mía al entrar al consultorio. —Ya Leí los resultados médicos. —¿Qué dicen?— Pregunto al sentarnos— ¿Por qué está tan enferma del estómago? —Bueno, quiero decirle que usted señorita Rinaldi está embarazada. —¿Qué?— Pregunta ella sorprendida. —Los análisis de sangre que hicimos siempre mandamos hacer unos de embarazo para descartar— Explica el doctor — Y su análisis dio positivo. —¿Y su condición?— Pregunto. —Debemos estar pendiente de su evolución y de las medicinas se le van graduando que no le hagan daño al bebé— Me explica. —Los dejaré solos para que hablen un poco— Dice al levantarse e irse. —Lo lamento— Me dice llorando. —La abrazo— Es mi culpa no me cuide, pero no estás sola eso lo debes entender, me tienes a mí y no te dejare sola, además es un bebé hermoso que viene fruto de nuestro amor. —¿No estás molesto?— Pregunta entre lágrimas. —No pequeña, si está bien sé que fuera ha sido mejor más adelante, pero nunca es temprano ni tarde, ya está aquí ahora lucharé para que los tres estemos bien— Acaricio su mejilla— Ahora demos ir al ginecólogo para que estamos seguro de que todo estará bien. —¿Piensas que mi condición le puede hacer daño?— Pregunta asustada y niego rápidamente. —No amor, me preocupa que esto te afecte a ti— Le doy un beso en la frente— Pero te prometo que todo estará bien, que ustedes lo estarán. Ella solamente sonríe y nos levantamos, sé que tenemos miedos ambos por eso decidí que es mejor comenzar mañana en la noche con mi trabajo. Se viene un mundo nuevo encima, tenemos mucho miedo, tengo un nuevo amor en mi vida, pero tengo miedo que ese nuevo amor me quite a mía, no lo digo porque ella le preste atención, lo digo por su corazón. Pero se ahora más que nunca que debo trabar, que necesito ganar, necesito cuidarme, necesito proteger a mi querida mía. Esta vez no solo podría perder al amor de mi vida sino mucho más que eso, llegamos a casa, ella se acuesta sin decirme nada, tan solo la abrazo, sé que necesita descansar, sé que debemos hablar de todo lo que nos prepara el futuro, de lo que se viene ahora que no será sencillo, aunque no imposible, que ese niño o niña tendrán a sus padres sé lo que es no ser deseado, mis ojos están pensando, por tanto cansancio. —Mia ¿Dónde estás?— Pregunto al despertar, pero no veo a nadie a mi lado— Ya. Me levanto en la cama y me dirijo al baño, ella no está allí, salgo de la habitación y escucho una risa, bajo las escaleras rápidamente, me dirijo a la sala, pero observó a un bebé jugando con un carro, tenía al menos 4 años, es muy parecido a Mía, escucho su sonrisa, viene entrando en la sala abrazada con otro chico. Apretó mis puños fuertemente, la rubia y los celos me invade. —Papá— Dice el pequeño niño y corre antes sus brazos. Pero de la nada todo se desvanece, todo está completamente oscuros y no sé que es lo que esta pasando, trato de entender que está sucediendo, hay un pequeño columpio y mía esta sentada sola, está mirando a un punto fijo, me acerco a ella y me siento en el columpio vacío. Ella está llorando, pero aún no se da cuenta de que estoy allí, quiero pregunta que está pasando, trato de hablar, pero la voz no me sale ella voltea a mi dirección. —¿Por qué Alex?— Pregunta molesta y algo dolida— Prometiste estar conmigo. —Estoy aquí— La voz por fin me puede salir. —No, no tú me dejaste, prometiste que me cuidarías y no cumpliste ahora estoy sola. —No lo estás amor. Es lo único que puedo decir ella solamente se levanta y se aleja sin decir nada, trato de seguirla, pero estoy estático. —Mía no me dejes— Grito— Mía. — Estoy acá— Dice mía abrazándome. Estaba observando a mi alrededor estaba sentado en la cama, mía me estaba abrazando fuertemente, estaba todo sudado, le correspondí él abrazó sé ahora que todo fue una terrible Pesadilla. —¿Tienes pesadilla que te abandono? — Algo así— Le admití —¿Cómo te dejaré?— Pregunto— Para que alguien más te robe, estás loco te amo a ti así que no mi amor, no estás ni tibio al pensar que te dejaré. —Te amo— Sonrió y la abrazo más fuerte. —¿Estás listo que nos cambié la vida? —Estoy listo para que cambie mi vida contigo y mini playita. —Que tarado, piensas que fue allí. —Prefiero pensar eso a que fue en el baño o en el auto en mi cumpleaños, fue muy loco. —Tarado— Me dice dándome un pequeño golpe en forma de juego en el hombro— No estoy lista, pero sé que lo amararé y cuidaré lo prometo. —Lo sé amor. —Tengo miedo, mucho miedo así que no me dejes. —Sé lo que es crecer sin padres y te prometo que este niño o niña tendrán a sus padres— Pongo mi mano junto a la suya sobre su panza. —Hola, amor, somos mamá y papá, sé que no sabíamos de ti, pero ahora que sabemos de ti te cuidaremos lo mejor posible, ninguno de los dos te faltará. —Sé que nos amara, llegara un momento en que nos odiaras en algunas ocasiones, se que te mimaremos que te regañaremos, sobre todo te amaremos más que nada en este mundo— Le dice ella tiernamente— Te amararé a ti, amare a tu padre siempre, nunca estarás solo. Dice ella antes de abrazarme tiernamente y sollozar, la pobre a tenidos muchos cambios sentimental últimamente, pero ahora está por empezar o mejor dicho empezó un viaje nuevo, con un nuevo pasajero que entro sin pase de abordar, aunque de la misma manera es bien recibido. El mundo es un poco cruel, pero dependerá de nosotros mostrarle el camino del bien, dependerá de mi que ella está bien, que tenga lo suficiente para vivir, que sean felices eso es primordial en esta vida. Ver feliz a quien amas, estar para esa persona y apoyarlo a lo largo de su vida, suena fácil, aunque no lo es porque siempre saldrán inconvenientes malos entendido que hay que entender. Estoy en este viaje junto a mía para alegrar nuestras vidas, eso es lo que más ansioso.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD