Capitulo 8

2190 Words
Llame un taxi, mientras Mía buscaba algunas de sus pertenencias el tratar de decirle que mantenga la calma en estos momentos algo imposible. El taxi llega sin decir nada más emprendemos el viaje al hospital, ella jugaba con sus manos nerviosas, extiendo la mía sobre las de ella, tan solo apoya su cabeza en mi hombro. El viaje se nos hizo eterno, al llegar al hospital, ella abra la puerta de su lado del taxi y corre rápidamente, le pago al taxista y trato de perseguírla, hasta que lo hago y la abrazo. —Debo conseguirlo— Dice preocupa con lágrimas en los ojos. —Lo sé amor, pero necesito que te tranquilices. —¿Cómo me pides eso cuando estoy— No la dejo terminar de hablar y le doy un pequeño beso. —Déjame averiguar en qué parte están amor, de verdad necesita cálmate— Le doy la mano y camino hasta donde está una recepcionista, una señora mayor de unos 40 años más o menos, cabello n***o azabache— Mi nombre es Alex Jhonson, me llamaron hace alrededor de media hora. —Oh, señor Jhonson ¿En qué lo puedo ayudar?— Pregunta mientras su vista está en la computadora. — Bueno mis suegros al parecer tuvieron un accidente, están registrados con los apellidos Rinaldi. —Ella teclea algunas letras y nos observa después— Están en cuidados intensivos— Sale de la recepción— Sígame. Hacemos lo que ella nos indica, entre más nos acercamos más mía apretaba mis manos, llegamos a una área que decía restringida cuarto de UCI, (Unidad de cuidados intensivos) Nos dan unos trajes quirúrgicos. Pasamos por una cabina de desinfectación, para luego colocarnos la ropa que nos dieron, guantes, tapabocas, cubre botas, gorro. Caminamos con cuidado por el pasillo, Mía estaba sollozando durante el camino, en camino a nuestra dirección un doctor. —¿Familiares de los señores Rinaldi?— Pregunta al acercarse. —Sí, soy su hija. —Sus padres sufrieron un accidente automovilístico, su madre tiene un traumatismo cráneo encefálico, su padre, El Traumatismo Craneoencefálico es la lesión física o patología cerebral a consecuencia de un traumatismo que ocasiona un deterioro funcional secundario a un intercambio de energía— Nos está explicando. —¿Mi mamá?— Pregunta mía nerviosa— ¿Cómo está? —Su madre tuvo un accidente cerebrovascular. —¿Qué es eso? —Sucede cuando se detiene el flujo sanguíneo aparte del cerebro. Al no poder recibir el oxígeno y nutrientes que necesitan, las células cerebrales comienzan a morir en minutos. Esto puede causar un daño severo al cerebro, discapacidad permanente— Nos explica— A su madre le realizamos una operación de emergencia, tenemos que esperar como reacciona, lamentable hasta ahora no hemos tenido repuesta. —¿Y mi padre? —Tampoco ha vuelto en sí, a esta hora los pacientes de UCI no reciben visita, pero los dejaremos verlo por unos segundo desde fuera de la habitación, hay que tener fe, estamos haciendo todo lo posible para que estén bien. Es lo único que nos dicen, el doctor comienza a caminar, llegamos a un cuarto el cual tiene un ventanal, así que los podemos observar. Ambos están todo golpeados, conectado con oxígeno, siento a mía decaer a mi lado. —¿Mía?— Digo su nombre rápido, pero no tengo repuesto, el doctor la toma en sus brazos y comienza a caminar— Ella sufre de miocardiopatía. Él baja junto conmigo, al verlos algunos enfermeros de acomodar una camilla en emergencia, me mantienen alejado, le colocan una vía en la mano, para luego colocarle solución, se acerca a mí. —Déjala descansar, fue el schok de verlos así. —¿Van a sobrevivir?— Pregunto directamente. —No hay muchas esperanzas, así que déjela descansar y dele mucha fuerza. —¿Cuánto tiempo le queda? —Puede ser minutos, hora, días, semanas, no puedo ser específico. —¿Su nombre doctor?— Pregunto simplemente. —Soy el Doctor Ordóñez, neurocirujano— Me extiende la mano la cual aceptó. Entro al pequeño cubículo dónde está mía, está descansado, tengo miedo de su reacción, a qué algo le pase, también es el momento que necesito trabajar, necesito conseguirle los medicamentos, necesito ayudar con todos los gasto, mi celular comienza a sonar, atiendo sin ver. —Hola— Digo seriamente. —¿Tienes una respuesta? —Ramiro, ¿Cuánto me pagarías? —Esa pregunta son música para mis oídos. —Respóndeme— Digo algo irritado. —Lo suficiente para que le pagues el tratamiento a tu noviecita— Me dice sencillamente, estoy en shock al escuchar lo que me dice— Antes que me preguntes, tengo mis investigadores sabes muy bien como trabajo. —Quiero que me digas cuánto. —El 40 por ciento de cada carrera que ganes, me hago cargo de lo demás. —Espero que no me engañes. —No me amenaces, estamos bien cómo vamos— Le digo tranquilamente— Acepto, pero no comenzaré ahora. —¿Por qué?— Pregunta molesta. —Problemas que tengo y necesito resolverlos primero antes de enfocarme. —Te toca empezar con pues fuerte, hay dos chicos nuevos que tienen muchas victorias, así que me encargaré de entrenarte bien. —Me comunico contigo después, de que pase todo esto— Digo antes de cortar la llamada. Mía sigue durmiendo, acerco una silla al frente de la camilla, tomo su mano y suspiró. —Te prometo mi amor que todo estará bien, que no te faltará nada, tengo fe que tus padres estarán bien, deben estar bien. Me quedo allí por algún tiempo hasta que ella se va despertando poco a poco. —¿Dime qué es mentira?— Dice sollodanzo— ¿Qué hago acá? —Amor te desmayaste y lo lamento preciosa, pero es real. Ella se asienta en la camilla, sus ojos cristalinos, las lágrimas salen por si sola y me abraza fuertemente. —Te prometo que estaremos bien amor, te prometo que lucharemos para estar bien. —Quiero que ellos estén bien, no los quiero perder. —Te apoyaré en todo, pero debes estar tranquila, ser fuerte y sencillamente— Digo separando me un poco de ella para verla directamente a los ojos— Si te quedas sin fuerza, si no sabes dónde buscar, si ya no puedes respirar, usa la mía, mi espacio, mi fuerza mi aire, no estás sola, lo prometo. —Tengo miedo— Admite. —Es normal, yo también tengo miedo— Soy sincera— Pero debes estar bien, supe lo tuyo hace unos días cuando te desmayaste. —¿Por qué no me dijiste nada? —Quiero que te des cuenta de que te amo a pesar de eso, que no va a cambiar nada en mí, quiero que sepas ese amor, para mí eres importante. —Perdón por no decirte la verdad— Niego con la cabeza. —No tengo nada que perdonar mi vida, entiendo tu miedo, pero te amo lo que siento por ti es real y eso nada ni nada lo va a cambiar— La abrazó. —Quiero verlos. —No puedes amor, no es hora de visita, además debes descansar un poco más, te prometo que no vamos a separarnos de ellos. —¿Me lo prometes? —Si aunque le pediremos a unos de los chicos que te traigan algo de ropa, pero no me separé de ti— Le advierto— No hay manera de que me separé de ustedes, para mí ellos son como los padres y tú eres el amor de mi vida, lo sabes. —Te amo tanto mi amor, no sabes lo que siento por ti, eres el amor de mi vida. —Lo sé princesa, lo sé— Sonrió— Voy a buscar algo para que comas. —No, no me dejes, no quiero estar sola— Toma mi mano. Las cortinas del cubículo se abre, era el doctor Ordóñez, ella comienza a temblar un poco. —¿Cómo están mis padres?— Pregunta nerviosa. —Aún están en observación, quería venir a ver si ya había reaccionado— Le aclara el doctor. —Estoy bien, ¿Me puede dejar estar en la sala de espera?— Pregunta haciendo puchero. Él se acerca a ella y la examina, después de quitarle el suero, tan solo toma un obturador y se lo coloca en el jelco. —Quiero que él tenga paciencia— Dice el médico— Coman algo, la noche es larga. Dice el médico y salimos a la cafetería, ella aún está nerviosa, tiene la mente en otro lugar, la estoy entendiendo, llegamos a la cafetería y pido un jugo para ella sé que no comerá más, yo pido un café, nos sentamos en las mesas, ella juega con su vaso, tomo mi celular y le escribo a mar su mejor amiga. Por favor mañana tráeme algo de ropa para mía en el hospital N.E., sus padres tuvieron un accidente, aún no la llames están graves. Dejo mi celular en la mesa, pero no tarde en alumbrarse, lo tomo y abro la conversación con mar. ¿Qué? ?? ¿Cómo me pides que no esté con ella en estos momentos? Es mi mejor amiga. Porque necesito a alguien que le traiga sus medicamentos ? y algunas cosas, por eso te digo. Estoy llamando a Thiago, paso por su casa y nos vemos en el hospital, dime ¿Qué necesitas? Necesito los medicamentos que están en mi maleta, aún está en la sala, en una bolsa de regalo, tráeme algo de ropa de ella, el cargador de su celular. Está bien ?? en máximo una hora máximo estamos allá. Los espero ? Gracias. —¿Con quién hablas?— Pregunta mía llamando mi atención. —Nada, nada importante mi amor, tomate el jugo. —No me provoca— Dice desanimada. —Por mí. Ella toma el jugo mientras me observa, yo tomo mi café, al terminar ella se levanta. —¿Vamos a la sala de espera? —Si amor, ya podemos ir— Le digo a ella tiernamente. Realmente no hay mucho que hacer, nos sentamos en las sillas y toma mi mano, recostando su cabeza en mi hombro. Se escuchaba las personas en el pasillo, el llanto de algunos familiares, otros orando, la verdad es que es estos momentos la fe se pone a prueba, tanto para lo económico, para el bienestar de quienes están luchando por su vida. En muchas ocasiones hay un silencio que permiten escuchar hasta el sonido de una aguja caer. Creo que sí se escucha detalladamente, puedes llegar a escuchar el sonido del las agujas del reloj, el tiempo pasa lentamente y cada segundo, cada minuto cuenta para los médicos, familiares y sobre todos para los pacientes. —Mía— Dice una chica al voltear podemos darnos cuentas que los chicos están acá. Mía se levanta para abrazar a mar, ella le devuelve el abrazo, con ella están las demás chica a mi lado se acerca los chicos. —¿Cómo están las cosas?— Pregunta Andrade estar cerca de mí. —Están grave. —Vamos a hablar un poco mientras ella está juntas— Sugiere uno de mis amigos. Caminamos un poco para que ella no escucharán, Montgomery me observa y pregunta directamente. —No le están dando mucho tiempo ¿No?. —No— Admito— Aún no se lo digo, no obstante no dejo de tener fe, sé que ellos lucharán para estar cerca de su hija, no la dejarán sola. —¿Qué fue mi que pasó?— Pregunta Marcos. —Aún no lo sé, tenía entendido que regresaban mañana— Les digo honestamente. —Tal vez traían una sorpresa o terminaron de hacer lo que iban a hacer, por lo menos espero que la pequeña se despida. —Esto es para largo, no se sabe si en unas horas, unos minutos, tal vez hasta días, así que saben que pueden ir a descansar. —Te digo sinceramente Alex Jhonson somos sus amigos no los vamos a dejar solo, debes tener claro eso, nunca más y hasta donde podamos estaremos juntos— Dice Thiago— Eso debes entenderlo. Simplemente asiento con la cabeza, cada uno nos sentamos en las sillas, las chicas están junto a mía, es bueno que ella sienta todas estás persona que la aman, estoy orgulloso de mi amor, de mis amigos. Estar unidos las horas pasan aún poco más rápido, la agonía se comparten entre todos, es más sencillo estar acá, nos turnamos para estar atentos de mía, sé que esto será para largo. Ella se sienta a mi lado colocando su cabeza en mi hombro, tomo su mano y la uno a la mía, Marcos me señala que le preste atención a mía, ella se está quedando dormida al igual que Sammy. —Debes llevar a Sammy a descansar marco a su casa, pueden venir mañana— Le sugiero. —Alquilamos una habitaciones por un hotel acá cerca— Me dice levantándose con Sammy— Si necesitan algo, me llaman. Sin duda es una noche larga, fría y oscura.
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