Adaptación

2870 Words
No me pare a pensar en nada, salí del despacho con la cabeza bien alta, y me fui hacia mi casa andando. No sabía si había hecho bien o si más tarde podría acabar arrepintiéndome de mis palabras. No me podía imaginar qué tipo de ideas podían estar rondando sus cabezas o si ya estaban poniendo precio a mi cabeza, pero ahí estaba yo de momento. Rebusqué en el bolso, buscando mi móvil, lo encendí y miré la pantalla, vi que tenía varias notificaciones, incluyendo la de **, w******p y algún llamada. Tenía varios mensajes, pero me centré en los de mi hermana. Estaba bastante preocupada y no sabía si me había dado tiempo a presentárselo a la empresa. Le comenté todo, con detalles incluidos y las caras que habían puestos mis jefes. Iba a dormir tan bien acordándome de esas caras.  Estaba a punto de llamarla, pero pensé que era mejor escribirle, quería darme un capricho. Estuve dedicando unos minutos a saber qué tipo de capricho iba a cumplir. Tenía varias cosas en mente que se me ocurrían. Nada más entrar en la casa, ya sabía a donde iba a dirigirme. Giré la manivela y entre al baño de arriba, abrí el armario que teníamos debajo del lavado, observé su contenido. Cogí unas sales de baño, hace poco que empecé con esas cosas, se supone que son terapéuticas y me aconsejaron comprarme de varias clases para ir viendo las que más me gustaban y tenían efectos diferentes, hacía unos meses que pude hacer una lista con mis favoritas que son: las sales marinas que se extraen de forma natural por evaporación provocada por el sol y el viento, las sales e Epsom, que se obtienen a partir de minerales naturales provenientes de yacimientos subterráneos, además están me la recomendaron la última vez que fui al spa ya que son las que utilizan ellos. Después de sacar las sales marinas de baño del armario, Abrí el grifo de la bañera hacia el lado izquierdo. Empezó a llenarse el baño de vaho y se notaba el ambiente bastante caliente. También pensé en descolchar una botella de vino blanco, me lo merecía. Cerré la puerta del baño y fui hacia la cocina que estaba abajo, tenía varias clases de vino blanco ya que es mi favorito.  Abrí mi mini bodega que estaba dentro de uno de los armarios de la cocina, pasé la yema por encima de cada botella de vino, pensando eligiendo sutilmente cuando me interesa más, cual me apetecía más. Al final elegí el Valmiñor, no solía poder costearme cosas caras, pero en el caso del vino hacia excepciones. Busqué con la mirada el cajón que contenía el sacacorchos, lo abrí suavemente como un León jugando a probar su presa. Lo descorché con el sacacorchos y lo acerqué a mi nariz. Me encantaba el aroma que desprendía el vino, me lo merecía, me alegraba que mis padres se retrasaran en volver unos días más, no me importaba, necesitaba estar sola. Me pare en el baño nuevamente, entre y el sitio estaba caldeado, estaba deseando quedarme desnuda.  El cuarto de baño tenía un espejo en la pared, ese espejo lo había elegido yo, porque me gustaba vestirme y desvestirme en el baño, el poder apreciar como en un segundo me quedaba desnuda y podía apreciar las imperfecciones de mi cuerpo y sus virtudes y probar como reaccionaba mi cuerpo ante ciertos estímulos.  Me deshice primero el moño, me di cuenta de que tenía el pelo bastante estropeado, mandé un mensaje para pedirme cita en la peluquería, ya era hora. Tenía que aprovechar cada minuto.  Me quite también la ropa que llevaba quedándome en ropa interior, me gustaba atraer, siempre me gusto el juego de jugar con los hombres y pasármelo bien pero no me gustaba el hecho de que nos quisieran solo por nuestro aspecto, nosotras también tenemos derecho a ocultar a nuestros atributos y poder ir con ropa ancha o con el pelo despeinado o sin maquillar.  Llevaba unas semanas que me había descuidado bastante, si mi amiga me viese no me reconocería, por no decir que no me reconocía yo misma, pero la persona que se encontraba en el interior no había cambiado, era la misma alocada de siempre, pero con un punto de vista más simple desde fuera.  Me quite mi ropa interior, me gustaba jugar con mis senos y que se erizaran mis pezones. Busque entre los cajones una cuchilla, me pase la cuchilla por mis piernas, tenía ya hasta pelos y me daba vergüenza verme esos pelos, normalmente no me gustaba llevar pelos como normal general, pero por mí, porque no me gustaba. Seguí observándome, bajando de mis senos y subiendo de mis piernas y me paré en una de mis zonas favoritas que me costaba verme. Tenía un pequeño tatuaje justo donde limitaba mi espalda baja y mi culo, era sutil y fino. El tatuaje ya lo tengo varios años, pero me encanta, soy la fiera que quiero ser cuando me apetece y si quiero jugar, simplemente juego. Me quede mirándome un rato, observándome, recordando a la gente del trabajo, sus palabras, se pensaban que no Valia nada por cómo había ido a trabajar cuando lo importante está en la cabeza y en el corazón.  Aunque ellas se iban a enterar de quien era yo, si querían guerra y competencia la tendrían. Se iban a enterar de lo que es ser una mujer de verdad. En realidad, mi cuerpo no estaba nada mal, tenía unos senos bastantes grandes para mi talla y me gustaba hacer ejercicio para no tener el culo y los muslos muy flácidos.  Aun no entendía como las mujeres se podían reír de otras en lugar de ayudarse entre ellas, eso siempre lo detestaba, los hombres siempre se apoyan y se ríen de los defectos mientras que las mujeres intentan pisotearse entre ellas y ridiculizarse.  Así era nuestra sociedad y no tenía pinta de que cambie próximamente. Deberíamos valorarnos más a otras mismas en lugar de criticarnos ya que solo nos perjudica. Yo soy feliz conmigo misma, pero si ellas querían guerra, guerra iban a tener.  Eso lo tenía claro, a mí no me gustaba que me pisoteasen ni me humillasen, no iba a abandonar tan fácil ni me iba a meter en la cama de ningún idiota para poder cumplir mis metas.  Seguro que muchas estaban allí porque habían pasado a fichar ticket, pero conmigo iba a ser diferente. Me metí en la bañera poco a poco, me gustaba el contraste del frío y el calor al introducirme poco a poco en el agua ya que el agua estaba caliente. todos mis poros se abrían, puse música relajante de una lista que ya tenía creada en el Sporting y le di un sorbo a mi copa de vino.  Eso es placer y lo demás son tonterías. Solo se me vino una cosa a la mente en ese momento mientras disfrutaba del sabor del vino, y fue la cara del Señor Mario, era un hombre atrayente y apuesto, también vestía bastante bien, la impresión que daba era de que sabía lo que hacía y de que le gustaba tener la situación bajo control y a mí me encantaba desestabilizar a hombres así. Me ponía mucho adueñarme y arrebatarle y privarlos de esa sensación, me llenaba. No sabía qué edad tenía, pero aparentaba menos. Tenía una mirada desafiante del que me hubiese encantado aceptar su reto, pero no quería entrar a juegos en este momento. Dejé de pensar en Mario, empecé a acariciar mis muslos, quería relajarme, y así lo hice. Desconecte unos momentos dentro del agua, seguía confirmando que no necesitaba a nadie a mi lado. Después de ponerme el albornoz, me planche todas las camisas, vestidos y pantalones. El plan seguía en marcha. Esa noche tenía sueño, me pude dormir rápido.     Me desperté temprano para peinarme un poco el pelo, al menos camuflaría lo mal que estaba, al final me lo alise y se quedó medio bien. No sabía que ropa me iba a poner aun no me había decidido así que primero desayune un bol con copos de avena y frutos rojos.  Empecé a maquillarme cuando +RING+ De repente me di cuenta de que estaba sonando el teléfono. No sabía quién me llamaba, pero decidí cogerlo  -Buenos días Noelia, la reunión con Amanpets, se ha fijado hoy a las nueve y media, Carlos me ha comentado que te llamé para que no llegues tarde. -Vale, gracias.  Colgué y miré el reloj eran las nueve. No me creo que la reunión se acabe de fijar ahora, pero si pensaba que no iba a llegar se equivocaba. Me estaban poniendo aprueba y se habían equivocado de persona, yo podía con eso y más.     Me decante por una camisa blanca con escote de pico y unos pantalones de pinza rojos que me acentuaban el culo.  Me puse unos tacones rojos y me fui camino al despacho. Allí nadie me reconoció, todos se quedaron sin habla, me dieron ganas de ir cerrando bocas si no fuera porque llegaría tarde.  Pero todo llegaría a su tiempo, ya tendría tiempo de disfrutar viendo sus caras, pero tenía que cumplir con los tiempos.    Miré el reloj, me encantaba la marca Festina y más en color plata, cuando subí a la planta que era.   Llegue justo cinco minutos antes de la reunión. Me pare antes de girar la manivela y entrar, necesitaba respirar hondo y saber lo que iba a pasar después, estaba mentalmente preparada para eso y más. Yo podía con todo.  Sonrisa puesta y manivela girada.  Allí estaban todos acomodándose en los asientos cuando entre a la sala de la reunión. Inspeccione rápidamente para saber a cuanta gente me enfrentaba, la sala era una sala bastante grande, con asientos amplios inclinables y una mesa redonda en el centro, tenía a mi vista el proyector conectado al ordenador del frente, donde yo tenía que introducir mi pendrive para poder empezar con la presentación. De repente se silenció todo, ninguno hablaba y todos me miraban. Sabía que mi plan estaba funcionando y que había jugado bien mis cartas de momento. -Buenos días, me presento soy Noelia, la chica que ha creado vuestra campaña de publicidad.  -Buenos días señorita Noelia. Es un placer conocerla. Yo soy el dueño de Amanpets. Por fin puedo ponerle cara. Pude ver que Mario y Carlos aún estaban petrificados. Sin decir nada, pero no me hacía falta.  Tome las riendas de todo yo. No sabían cómo era yo aun     -Buenos días señor, es un placer conocerle en persona. Siento el retraso, pero ya sabe que lo bueno se hace esperar.   -No tiene que disculparse usted en nada. Es más, miro su reloj, que supuse que debía costar unos cuantos, de miles de dólares, ha sido usted puntual.    -Muchas gracias.  -Le presento a mi equipo. Es mi gente más importante, aunque esta campaña también promete ser la mejor.  -Encantada y muchas gracias por los elogios, discúlpeme un momento voy a saludar a mis jefes un momento y enseguida empezamos con la presentación. Me acerque a ellos de manera sutil para poder ir guiando la conversación a lo que a mí me interesaba sin que los demás pudieran oírme  -Buenos días chicos, que rápidos han sido., aunque, bueno, aun no me han dado una respuesta.  - Me acerque más a ellos como dándole dos besos a cada uno, aunque no me interesaba lomas mínimo fue lo que pareció. No se han dignado ni a llamarme, menos mal que me gusta ser puntual y estaba preparada para cualquier cosa, además no quiero pensar que lo planificaran adrede para dejarme fuera, no creo que quisiesen perder un cliente así, ¿no? -Bueno voy a empezar la presentación que me están esperando, hablaremos más tarde. Me dirigí al ordenador y coloqué el pendrive para empezar ya la presentación. En total la presentación y la reunión duro más o menos media alrededor de media hora, tres cuartos de hora, se acordó todo lo que le pedí a la empresa ahora me faltaba saber por parte de mis jefes si se iba a cumplir todo lo que pidiese.  Vi la cara de Carlos y me encantaba, decidí jugar al juego, pero estaba vez el peón era él. Estaba Mario hablando  con el cliente jefe cuando me acerque a Carlos que aún estaba sentado, así de frente y le dije: -hoy seguro que no te has perdido ni un segundo de la presentación eh. -¿ sabes?- me acerque más a él para susurrarle al oído sin que nadie nos viera.-qué lástima que va a ser lo único que no te pierdas Me aleje suavemente para que pudiera notar mi aroma, cuando me gire mire a Mario fijamente, tal y como él me había mirado el día anterior, y seguí andando sin apartar la vista de la suya. Hasta que me paro el jefe de Amanpets para hablar con él. En ese momento pude observar como Mario apartaba también la mirada así que había ganado esa pequeña batalla. -Señorita, no la conocía a usted. ¿No lleva mucho tiempo en esta empresa no es así? -Pues si es así señor, pero espero poder llevar mucho tiempo más adelante. -Seguro que sí. Eres un diamante en bruto, te lo digo yo que llevo mucho tiempo en esto y tu presentación es la mejor que me han hecho hasta el momento. Debe usted estar orgullosa de su trabajo. Puede llegar a ser muy buena. Observe como Mario salió se la sala y yo disfrutaba viendo cómo se alejaba. Carlos también se salió detrás. Parecía su mayordomo, su muchacha, siempre iba detrás.  Yo me quede hablando tranquilamente y esperándome a que se fueran todos de la sala. Los despedí como buena anfitriona. Además, sabía que siempre podría tener un puesto en la empresa de Amanpets si esto me salía mal.     Cuando se fueron salí con la cabeza bien alta, primero fue al despacho de ellos y vi que estaban reunidos. Pensé en abrir, ya que se oía desde fuera, pero me arriesgaba a que ellos abriesen la puerta o a que viniera alguien y fuese otra vez la comidilla de todos.     ***Mario entrando al despacho de Carlos****   Carlos entrando detrás.     -Vivir para creer. ¿Has visto? Es decir, ¿has visto eso?, Es que no me lo esperaba para nada.  -Yo creo que puedes secarte la baba. Me parece a mí que esta va a durar el mes y más. Yo creo que la hemos subestimado.   - Dios, esta tiene que ser la típica que es una fiera en la cama. ¿Has visto que se ha acercado a mí al terminar?   -Si.  - ¿Sabes lo que me ha dicho?, se ha acercado de forma muy sugerente y me ha dicho que hoy no me había perdido su presentación, pero que la pena era que eso es lo único que no me iba a perder. Esa mañana está en mi cama. No sabe quién soy yo ni los dotes que tengo.    -El problema amigo mío, es que creo que te viene venir de lejos por eso te ha dicho eso. Te recuerdo que de primera fuiste de chulo y tú pasaste de ella, no pensabas ni contratarla.  -Pues tú también te has quedado bastante impresionado con la chica, he visto como has desviado la mirada de la suya. Te ha intimidado.  -No digas tonterías. Aun no existe mujer que me intimide a mí. Tú mejor que nadie deberías de saberlo +Se oye tocar a la puerta+.    -Hola Carlos, me pensaba que estaba usted solo. Si quiere me paso luego.  -Señorita Noelia, quédese que tenemos que hablar de su contrato y de su salario. No molesta usted. Es más, tenemos que hablar contigo.  Carlos no sabía por dónde estaba tirando Mario. Bueno, mejor dicho, quiero hablar contigo en mi oficina, suba usted para arriba, que enseguida termino de hablar con Carlos.  Sali del despacho sin decir nada más, tampoco me despedí de Carlos, aunque este tenía la cara descompuesta, no sabía que podía estar pensando por la cabeza de aquel otro.  Mientras en la sala  - ¿Por qué no hablas con ella aquí?, acaso te gusta y tienes pensando tirártela?  - No digas tonterías, conozco mujeres mejores que ella  -¿Perooo? - Carlos sabía que Mario escondía algo más detrás de esas palabras que no conseguía descifrar  - Pero no quiero perderla en la empresa, se le ve una chica muy trabajadora y muchas otras ya hubiesen dimitido y ella le ha echado narices y mírala. No quiero que la elijas miro fijamente a Carlos. - Entonces la vas a ascender ya? - estaba sorprendido, normalmente me hubiese consultado, no esperaba esa decisión suya y solo - sí, voy a ascenderla, puede ser nuestro diamante en bruto y eso hay que conservarlo. Bueno, voy a hablar con ella que estará fuera con la oreja puesta a ver que puede pillar y que se le escapa.  - Yo sigo pensando que ha tenido suerte - ¿Suerte? Miro con cara sorprendida y las cejas levantadas  - tendría que tener mucha suerte, prácticamente un hada madrina para haber conseguido todo esto en tan poco tiempo      
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