Primer encuentro

1447 Words
MARIO   Ya me habían traído las chicas de Recursos Humanos la dimisión de Sara, nunca llegue a cruzar palabra, no me gustaba hablar con ese tipo de mujeres, a veces me daban pena, pero algunas sabían lo que se cocía. Y para colmo las de Recursos Humanos se peleaban por traerme este tipo de papeles solo para impresionarme, pero no lo conseguían. Carlos ya se había vuelto a liar con todas las de la oficina y ya volvíamos a tener el mismo jaleo de siempre cuando dos se enteraban de que estaba jugando con ellas al mismo tiempo, una de ellas mínimo ponía las cartas encima de la mesa y se lo explicaban a Carlos. Era mi amigo desde hace mucho tiempo, a él le contaba muchas cosas y no me entrometía en esos temas a cambio, aunque no estaba muy de acuerdo con su forma de actuar ya que podía ir a cualquier discoteca y ligaría igual sin necesitar su estatus de la empresa. Le deje buscar secretaria porque al final la iba a liar tarde o temprano y a mi ninguna me iba a parecer buena además de que no quería perder tiempo en cuanto a esos temas se refiere. Yo me tengo que ocupar de toda la empresa, y no puedo centrarme solo en dos o tres trabajadores. Todo esto lo fui montando yo poco a poco, a cambio de realizar muchos trabajos de mucho tipo y esfuerzos diferentes. Elegir una simple chica para un trabajo tan sencillo me parecía una estupidez. Además, desde lo de mi última mujer, aún no había encontrado otra y no sabía cuándo podría encontrarla, era complicado, mis formas son complicadas. Fui a su despacho para ver cómo iba el tema, porque a veces se podía tomar días y días para elegir o quedaba con ellas antes de elegirlas y vuelta a empezar la selección con nuevas candidatas y podíamos entrar en un bucle de varios meses. Toque la puerta por si acaso estaba con alguna de ellas, me dio un grito para que pasara. -Buenos días, Don Juan. ¿Qué tal la selección de la secretaria?, ya sabes que Sara se ira pronto. Se lo dije en un tono no muy autoritario, pero avisándolo de que al menos no se notara mucho sus intenciones. -Pues muy bien la verdad. -Se asomaba una sonrisa de pícaro y tenía un brillo en los ojos que no cabía en sí. -Cuéntame detalles, solo hay que ver tu cara de pícaro. ¿Cuál va a ser tu próxima víctima? Sin contar a Sara. -Risas- Ya que está a punto de irse, tienes un imán, al final te quedaras sin chicas. -Eres un poco tonto. Si Sara se va es porque quiere, nadie le pidió que se metiera en mi cama. Yo no obligo a nadie. -Claro y tu apareciste también por arte de magia ¿no? -Bueno. Ya sabes como soy. Yo solo propongo, y ellas son las que no se niegan. Llevo una buena colección, he pensado que debo de ir cambiando de sitio, la última vez vino una a mi casa estando con Nuria. Menuda se lio. Ya te puedes imaginar. Retomando el hilo de nuestra conversación, todas eran preciosas, de todos los colores y tamaños. Y algunas han quedado muy bien después de pasar por quirófano. Son auténticos bombones y pueden estar a mi servicio. Para mi solito. -Sabes, que necesitamos también que sean un poco inteligentes y nos lleven tu agenda y quien sabe, a lo mejor si es buena podría incluso encargarse de una parte de la sección para que tengamos más tiempo. -Lo sé, pero que sean bonitas y atractivas no quiere decir que sean tontas. Además, si tú las vieras, pensarías como yo. Con una chica de esas se te quita el hipo, y lo que no es el hipo. -Ya. Pero se te nota de lejos lo que vas buscando. Al final alguna va a huir o quien sabe hasta te lo van a explicar. -Ahora que lo dices, eso me ha comentado una de las candidatas, tenías que haberla visto. Hacía tiempo que no me encontraba con una mujer así. - ¿Tan reluciente esta? Se sorprendió. -Bueno reluciente, lo que se dice reluciente no. Llevaba un moño a medio peinar, una camisa blanca y unos pantalones entallados negros y zapatos planos. Es que a dónde vas con zapatos planos. Yo cuando la he visto sabía que no la iba a elegir, no tenía mi atención, pero se ha puesto a reprocharme la falta de empatía por mi parte y me ha sorprendido porque decía esas palabras. Yo no tengo culpa de que no cumpla con las expectativas, aquí se eligen mediante un protocolo muy estricto que pasa muy cerca de mí.   Lo único que me ha pedido que me da un poco de pena es un bolígrafo. - ¿Un bolígrafo? - Dijo sorprendió el hombre. - ¿Es decir, viene a hace una entrevista y te pido un bolígrafo? -Si, me ha dicho que se lo había dejado a un hombre y el bolígrafo era de su abuelo que era su único recuerdo. -Joder. Saque el bolígrafo con una frase, para mi tesoro. -No me jodas que conoces a la chica. Por qué ese bolígrafo parece el de esa chica -No la conozco, simplemente se coló en mi ascensor y me dejo un bolígrafo, ella me llamo, pero pensé que estaba interesada en mi o era por el trabajo y no me gire, ahora que lo dices tenía la misma descripción. -Claro, como te las llevas a todas también, Don Juan. - ¿Qué vas a hacer? -No te entiendo. -Te ha pedido que le des el bolígrafo, has encontrado a la persona a la que le pertenece, devuélveselo. -Mañana la llamo. ¿Oye te gustaría que hiciéramos una apuesta? -Proponme. -Me apuesto lo que quieras que no dura ni un mes. - ¿Vas a contratarla? -Vamos a jugar. Aquí ella no encaja, está fuera de lugar, acabara dándose cuenta. No te parece buena idea, imagínatela seguro que ninguna le va ayudar, conforme la vean, mejor dicho, conforme la han visto esta mañana ya era la comidilla. Si dura más de un mes, le pagaremos una buena suma de dinero. - ¿Te imaginas que dura más de un mes? -No creo. Y si dura, es que se merece el puesto. -La duda que me asalta es, ¿te la tiraras también? -A lo mejor esta hasta bien, aunque no es mi tipo. ¿Y tú que tal con Kassandra? -Lo nuestro ha terminado ya, no le gustaban mis juegos y a mí no me gustan que jueguen conmigo. Se quedo sin nada, una de las letras pequeñas de los compromisos al casarse conmigo es no ponerme los cuernos y la muy tonta, se enamoró y pensó que el otro la querría sin nada. Tenías que haber visto la cara del hombre cuando fui a su casa para verlo y se lo dije todo, supe en ese momento que no la quería, que solo quería mi dinero y que ninguno de los dos lo va a ver nunca. Luego tuve que aguantar como ella decía que el vendría a por ella, que ella no estaba sola pero que yo sí, que no iba a encontrar a nadie que me quisiera, aunque lo mejor fue la cara de ella esperando su llamada, nunca llego su llamada ni nunca llego el para recogerla. Yo siempre podre tener mujeres como ella, en eso ella se equivocó. Lo único que nunca pude comprar es amor. Una cosa a la que de momento no aspiro. Al final ella se quedó sin nada, y mira que no tenía que cumplir con muchas cosas, no sabía cocinar y no me importo, pero mira. Un problema menos, ahora tendrá que aprender a valerse por sí misma.   -Qué te parece si nos vamos a celebrar tu nueva soltería? -Tu siempre tienes ganas de fiesta, no sé cómo lo haces. Ya sabes que yo no estoy tan joven como tú. Ya tengo cuarenta años cumplidos este año exactamente, tengo que ir mirando en un futuro. No querrás que te lo deje todo a ti. -Yo no voy a ser el que te diga que no, entiéndeme. - Se rio. Vamos, conduzco yo. Mañana será otro día.   Serian ya las tres o las cuatro de la mañana, cuando volvimos a casa, mañana Carlos seguro que tendría la correa corta, me acorde de ella y su bolígrafo, no entendía porque me venía ella y su cara a la cabeza. Era guapa y se veía ingenua, y nosotros habíamos decidido jugar con ella.    
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD