Capítulo 4

2360 Words
Una semana ha pasado rápido, mi nuevo trabajo va genial, ¡Chispas! En mi primer día obtuve cien dólares en propinas, dice Scott, el encargado, que soy buena y atraigo clientes, a este paso llegaré a fin de mes con un buen capital que cubrirá mi parte del alquiler y podremos darnos ciertos lujos. Aun no he tenido mi cita con Bobby, ha estado distante últimamente, ha faltado un par de días a clases, no responde mis llamadas, solo mensajes insistiendo que está ocupado y que en cuanto pueda hablará conmigo, no tengo ni la mas jodida idea de que le esté tomando tanto tiempo, en fin, solo espero esté bien y que cuando hablemos esté tranquilo, Beth tiene razón, no me conviene para nada, solo espero no utilice mis debilidades en mi contra, sabe como convencerme y temo que lo consiga. —Entonces, ¿Alguna duda sobre el ensayo? Pregunta el profesor Sanders pasando su mirada por el resto de la clase, Tina levanta su mano como siempre, es una maldita queda bien, la detesto, ha tratado de llamar la atención del tipo más de una vez, al grado de fingir tropezar para que el la atrapara, de solo recordar su patética acción siento una pizca de rabia, No, Cass, estás celosa, dice mi conciencia y tiene razón, yo quiero sentir esas manos en mí, no entiendo que me pasa con este tipo, pero tiene un algo que me incita —Adelante señorita Lewis —Vamos a hondar en los logros profesionales de los autores o también en su vida personal Por primera vez noto la expresión de fastidio del profesor, estrecha el puente de su nariz entre sus dedos —Acabo de decir que quiero un ensayo de una de sus obras más relevantes, señorita Lewis, parece que no está concentrada en la jodida clase Toda la clase estalla a carcajadas incluyéndome, acaba de poner en ridículo a la cerebrito, una mini yo hace un baile de celebración —Lo-lo siento yo… —No lo sienta ¿Quiere? Solo ocúpese de tener comprensión lectora para la siguiente, está en el último año de universidad, estos errores tan patéticos no están permitidos, no está en el instituto, está estudiando literatura inglesa y sabe que la comprensión es la clave, punto, no tiene salida, no puede aprobar el curso si no tiene la más mínima idea sobre la interpretación de instrucciones Tina hace un mohín y frunce el ceño fulminando al profesor —Entonces ¿Qué se supone que tengo permitido preguntar —Que sí el ensayo incluye solo una obra o puedo escoger más obras relevantes del autor, si puedo poner mi punto de vista crítico o críticas de expertos de renombre haciendo citas de estas y sí la estructura del texto necesita un enfoque informativo o puede ser en leguaje coloquial Interrumpo de nueva cuenta pensando en voz alta, al darme cuenta de lo que he hecho me sonrojo al instante, el profesor se encamina hasta mi asiento recargándose en mi pequeña mesa dándome una mirada que no logro descifrar, pero con una sonrisa de medio lado —Exacto Silverstone, esas son preguntas permitidas —Tenemos a una nueva cerebrito en clases Las carcajadas suenan de nueva cuenta, me giro fulminando con la mirada al maldito idiota de Deniss —Preferible una cerebrito con comprensión que un ser involucionado como usted, señor Crawford Los abucheos hacia Deniss se hacen presentes, mi atención va de él al profesor, nuestras miradas se conectan por unos breves segundos y me da un guiño sonriendo, por alguna razón le correspondo el gesto, se aleja de mi lugar encaminándose de nueva cuenta hacia la pizarra —Entonces, quiero ese ensayo para el lunes a primera hora sobre mi escritorio, ya lo saben y aquí les puse los requerimientos, impreso, letra con serif en numero doce, a doble espacio, por favor lean el resto de los requerimientos, si no cumplen con los parámetros, el ensayo no será recibido, nada de copias, estaré leyendo cada uno de sus trabajos y recuerden escoger al autor que más les agrade de la lista que les di la última vez El timbre suena y todos se levantan de su asiento de inmediato para salir, yo me tomo mi tiempo para guardar mi libreta de apuntes y me ordenador, cuando menos lo pienso, estamos el profesor y yo a solas en el aula —Señorita Silverstone —¿Sí? Pregunto arqueando una ceja sin levantar la mirada tratando de cerrar mi maletín —Bien hecho, tiene un sobresaliente para esta semana, que tengas excelente fin Alzo la mirada y ahí él cargando su maletín, pareciera estar esperando a que le corresponda su sonrisa, sus actitudes me desconciertan un poco, pero me desconcierta más esa aura obscura y misteriosa —Gracias profesor, que tenga un buen fin de semana Asiente y yo salgo del aula a toda prisa, no me puedo prestar a malos entendidos con mis compañeros, más a sabiendas de que por mis acciones, seguramente Tina está a la expectativa de cualquier movimiento que haga con el tipo; de pronto me llevo un susto de muerte al sentir mi móvil vibrando en mi bolsillo —¡Carajo! Gruño sacándolo, veo la llamada entrante de Bobby y respondo al instante —Hola, Cass —Idiota, me has dado un susto de muerte —¿Yo? ¿Cómo? —Olvídalo, ¿Porqué no respondes mis llamadas? Escucho como suelta una pesada respiración contra el auricular —Lo siento, tuve unos inconvenientes con unos negocios, me ausentaré un par de semanas de la escuela, ya arreglé con mi amigo el doctor lo de un justificante médico por influenza Ruedo los ojos, tiene la facilidad de meterse en problemas —Robert, necesitamos hablar —¡Uy! Ahora que mierdas habré hecho para que me hables por mi jodido nombre   —¿Puedo verte hoy? Mi turno acaba a la una, pero es fin de semana así que puedo llegar tarde a casa, es importante —¿Estás embarazada? No es mío —¡Bobby! No seas imbécil, sé lo que es un método anticonceptivo, ¡Demonios! Estoy hablando en serio, lleva tu maldito trasero al casino, te veo ahí al salir —Está bien, espero soportar la ansiedad con eso de tus misterios, Cass, nos vemos —Cuídate, idiota   Corto la llamada y guardo de nueva cuenta el móvil, bajo los pequeños escalones de la entrada a la facultad, está nublado, solo espero no me llueva en el bendito camino, odio viajar en autobús, prefiero ir a pie; camino hasta salir de ahí y comienzo mi andar, está relampagueando, ¡Chispas! ¿Porqué vivo tan lejos de aquí? no puedo usar mis poderes con tanta gente a mi alrededor, en las mañanas es más sencillo utilizar mis habilidades para aparecer en el callejón de la otra cuadra sin ser descubierta por nadie, ya solo camino un poco y llego acá, pero al llover termino hecha una sopa y no puedo arriesgarme a que se moje mi ordenador, recién lo compré el mes pasado; de pronto siento un escalofrío que me eriza la nuca, giro mi rostro hacia un lado y justo ahí veo un auto ¡Y que auto! Esa cosa es bellísima, un BMW de un hermoso color azul cobalto, o algo así, se detiene a mi lado bajando la ventanilla, me sonrojo al ver de quien se trata —Silverstone, parece que lloverá, sube, te llevo Me acerco hasta el auto y me asomo por la ventanilla —¿Esto no va contra las reglas? —No cuando trato solo de ayudar a que no te mojes, anda, no te comeré Me da un guiño y yo niego con mi cabeza divertida, abro la puerta y abordo tomando el asiento del copiloto, esta cosa transpira lujo, es precioso —Lindo auto, profesor —Gracias, tengo gustos un poco excéntricos Me muerdo el labio admirando el tablero de esta cosa, creo que solo uno de los indicadores de esta belleza cuesta lo que mi laptop, el profesor retoma su camino hasta llegar a un semáforo —¿En dónde vives? —Avenida Cleveland esquina con Rendon —¡Wow! te queda algo lejos la escuela —Me gusta caminar, vivo con una amiga —Ya veo Musita sin apartar los ojos del camino, instintivamente mi mirada va hacia sus manos, trago en seco, No fantasees ahora, Cass, me regaño a mi misma, pero no funciona, solo puedo imaginar sus manos sobre mis piernas acariciándome de arriba abajo, apretando mis muslos hasta hacerme estremecer, me sonrojo al instante al notar que me da una media sonrisa, sus ojos centellean rojizo, ¿Acaso lee mis pensamientos? Debo investigar, no puedo exponerme a preguntar nada ahora, de pronto la fuerte lluvia comienza a azotar la ciudad —Fue buena idea traerte después de todo —Gracias, profesor —En clases soy tu profesor, aquí mandemos las formalidades a la mierda, dime George Mis cejas se arquean con sorpresa, ¡Chispas! Que alivianado el tipo —George —¿Sí? —No me llames Silverstone, tengo un nombre y es Cassidy —Escuché que te llaman Cass —Aun no te tengo la confianza suficiente —Algún día espero ganármela Me da un guiño y mis mejillas arden de nuevo ¿Qué me ocurre? Este tipo me tiene con la guardia baja, de pronto el sonido de un móvil se hace presente —Es el mío Dice sacándolo de su bolsillo mientras sigue conduciendo, desliza su dedo en la pantalla y lo lleva a su oído respondiendo —¿Qué sucede, Dom? ¿Dom? Seguro un conocido, tiene una buena habilidad para conducir y responder llamadas —No jodas, ¿En serio? Solo se escuchan frases ininteligibles saliendo del auricular y noto como su aura se altera y frunce el ceño —Ok, deja me ocupo de algo y voy para allá, debemos encargarnos de ese cabrón de mierda de una buena vez Mis ojos se abren cómo platos, ¿Acaso planea deshacerse de alguien? Está de miedo, noto que ya estamos a solo una cuadra del apartamento —Si, carajo, en unos cinco minutos estoy contigo Suelta una pesada respiración y corta la llamada guardando de nueva cuenta el móvil en su bolsillo —¿Estás bien? Pregunto curiosa, él solo aparca el auto justo frente al edificio, se estira en su asiento acercándose a la guantera, mi pulso se dispara, ¿Cómo es que logra ponerme nerviosa? Saca un paraguas y me lo entrega —Toma, no quiero que te mojes al salir, me lo entregas otro día, si gustas fuera de clases, sé que Tina está pisándote los talones Arqueo mis cejas, ¡chispas! No se le pasa una —Gracias, pero no respondiste mi pregunta Suelta una pesada respiración y por unos segundos solo me mira en silencio —Si, solo salieron unos problemas familiares —¡Oh! —No te preocupes, no soy casado Dice en tono bromista ofreciéndome una sonrisa —Yo jamás pregunté eso —Pero yo quise responder antes de que lo hicieras, bueno, que tengas un increíble fin, Cassidy —Gracias George Sin que lo espere, se acerca besando mi mejilla, mis ojos se abren cual platos y me siento arder, mi pulso se dispara de inmediato, me sonríe y nerviosa abro la puerta descendiendo para cerrar tras de mí, sin perder tiempo abro el paraguas y camino hacia la entrada del lugar, suena el claxon, me giro un poco y veo a través del cristal que me hace una seña ondeando su mano para despedirme, le correspondo, aunque estoy bastante nerviosa, una vez avanza me meto a toda prisa al edificio, ¡Mierda! ¿Qué me acaba de pasar con este tipo? Camino hasta la puerta de nuestro apartamento, saco las llaves para abrir y entrar de inmediato, cierro tras de mí dejando el paraguas en el suelo a mi lado y me recargo en la puerta unos segundos —Pareciera que viste a un fantasma Dice Beth apareciendo en el pasillo —Más bien creo que me topé con el mismísimo demonio —¿Qué pasó? —El profesor, eso pasó —¿Te acostaste con él? —¡No! ¡Chispas! Te dije que no lo haría Vocifero mientras ella ahoga una risa —Lo siento, tu solo piensas en sexo y últimamente fantaseas dormida mencionándolo Me sonrojo al instante, la jodida luz roja del semáforo no es nada comparado con el color de mis mejillas en este momento —No me recuerdes mis sueños Digo desviando la mirada un poco, esos sueños tan vívidos con el sexy profesor hacen que me despierte a mil revoluciones, ¡Carajo! Miles de fantasías pasan por mi cabeza sin necesidad de tenerlo frente a mi —¿Me dirás lo que pasó? —Me trajo a casa, eso pasó Me abro camino hasta el living y ella comienza a seguirme —¿En serio? Cuéntame más Ruedo los ojos, me dejo caer sobre el sofá y suspiro —Solo me trajo por que estaba lloviendo, me sorprendió con la guardia baja, eso es todo —Si, y yo soy Lady Diana, anda, debe haber pasado algo más —Me besó la mejilla y quiere que lo llame George Suelta un chillido de emoción y hace un baile de celebración agitando sus manos, yo solo la miro desconcertada   —¡Le gustas! ¡Le gustas! Canta mientras hace ademanes extraños, ni yo misma sé lo que quiere el tipo —Oye, no quiero arruinar tu curiosidad, pero hoy llegaré tarde —¿Te verás con el profesor? —¡No! Bobby me llamó, lo veré después de mi turno, pondré las cosas en claro con él —¡Oh! Su expresión cambia por una seria, se que le preocupa —Estaré bien ¿Ok? Confía en mí, solo le diré que no puedo tener nada que ver con él, quiero una vida, Beth y él no puede dármela —Solo has lo correcto, recuerda lo que te dije, Cass, no quiero que te lastimen.   
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