Pese a la rabia que sentí por haberme tomado por sorpresa en ese beso, he de reconocer que el ver que no le importó estar delante de otras personas para hacerlo, dejó una sensación extraña en mi cuerpo. El corazón no ha dejado de palpitar de esa forma tan irregular que lo hace las veces que hemos hecho el amor. Tal es así que, ese beso me dejó un efecto similar a estar en el acto disfrutando de sus caricias y necesitando más y más de él, como si aun recorriera por todo mi cuerpo y permaneciera en él, alterando todos mis sentidos. Me dejó un calor inusual, y con el deseo de necesitar sentir sus labios sobre los míos. Con dificultad manejé hasta el estacionamiento del Ministerio. Apagué el motor y me quedé inmóvil durante un rato buscando recomponerme. Necesito estar tranquila, centrada,

