Realizamos el viaje de retorno en silencio, aunque solo éramos Carlos y yo, parecía que nada teníamos para hablar. En mi caso, me mantenía sorprendida e inquieta por no haber ahondado más en lo poco que Aimara pudo decirme respecto a Aaron, ello además de la imposibilidad de comentar esto si quiera con Carlos, quien en cierta forma se ha convertido en el deposito de mis desahogos cuando me siento agobiada pro algo y necesito hablar con alguien. Al no tener a nadie más cerca, él se ha convertido en ese amigo, ese hermano, esa familia que nunca tuve. Ahora él, no sé por qué se ah mantenido en silencio en todo este rato. Con lo cotillero que es, y ante los eventos que han sucedido como en cascada, uno detrás de otro, es mucho el tema que tiene sobre el cual conversar, construir teorías, bas