Allen al ver que su lacayo no está muy lejos de dónde está, se apresuró en ir hacia donde está. Mientras caminaba, no pudo evitar recordar en como tropezó con el enmascarado y como se tambaleó brevemente mientras trataba de mantener el equilibrio. Sintió cómo un desagradable sabor ácido, reminiscente de las bebidas que había ingerido horas antes, comenzaba a subir desde lo más profundo de su estómago. La sensación no tardó en transformarse en una punzada incómoda que ascendió por su garganta, culminando en una serie de arcadas repentinas que lo obligaron a detenerse. Por mucho que intentara ocultarlo, aquel malestar físico era demasiado evidente; su respiración se tornó pesada y el ardor en su pecho parecía burlarse de cualquier esfuerzo que hiciera por disimular.
A unos metros de distanc
