La inquietud que lo consumía se intensificaba con cada segundo que pasaba sin ver a Wendy. Los pensamientos de Allen, atormentados por el clima de tensión que había en las calles, comenzaron a girar en torno a las noticias que había escuchado últimamente: los asesinatos, los enfrentamientos entre humanos y vampiros, la creciente hostilidad entre ambos grupos. Las imágenes de conflicto y destrucción se arremolinaban en su mente, llevando su preocupación a extremos que no podía controlar. —¿Y si uno de esos humanos exterminadores la encontró? —murmuró Allen, su voz apenas un susurro lleno de desesperación—. ¿Y si le hicieron algo? ¡No! —gritó mentalmente, intentando alejar esos pensamientos de su cabeza—. No puede pasar eso. Para nada. Es imposible. ¡No mi Wendy! A ella no le puede pasar na

