Tres horas

1017 Words

Dreida vaciló. No fue una duda repentina ni evidente, sino esa clase de pausa que se da cuando el alma se arruga por dentro, como si se sintiera una brisa helada que la mente no logra nombrar. Había algo en la manera en que Aidan aceptaba la idea de separarse que la inquietaba profundamente. Pensaba en lo que había hecho, en la mentira que soltó para protegerlo, para distraer a los cazadores que ya estaban cerca, demasiado cerca... y en lo difícil que sería mantener esa mentira intacta si los que estaban fuera -los más crueles, los más implacables- llegaban a enterarse de la verdad: que Aidan era una criatura. Una criatura que ella había salvado. Eso podría traerle consecuencias. No solo a ella, sino a su familia, a los pocos lazos que todavía le quedaban. La culpa se deslizaba como un v

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