CAP. 16 - UN NUEVO ESCONDITE
Ágata se consideraba una mujer valerosa y afortunada. Su padre también de muy pequeña, le había enseñado a manejar. Otra ventaja para la situación actual, donde debía manejar por 400 kilómetros y de noche. A su lado, Alfonso, más recuperado, le pidió dormir, obvio que ella no se negó. En su regazo el bueno de Silvestre, bostezaba preparándose para acompañarlo. Cada tanto debería parar, estirar las piernas y permitir que el minino hiciera sus necesidades. Le habían enseñado que comía una vez por día y que no debía faltarle el agua. Tenía mucho tiempo para pensar y con la ayuda de su nueva mascota, se haría más llevadera la distancia. Desde el Monasterio, se dirigía hacia el sur, pasando por la ciudad de Módena, famosa por su catedral y su torre Ghirlandina.
Continuando, llegaría a la Abadía de Nonantola, otro sitio de gran importancia histórica y religiosa. La abadía fue fundada por San Anselmo, un duque lombardo, y se convirtió en un centro cultural y religioso de primer nivel en la Edad Media, le parecía oír la última cantilena de Robertino. Sonrió.
El viaje en auto le permitiría disfrutar de la belleza del campo italiano, con sus colinas, viñedos y pequeños pueblos. Además, si quería, podría detenerse en varios puntos de interés a lo largo del camino, como la ciudad de Módena y otros sitios históricos en la región de Emilia-Romaña.
Silvestre se estiró y cayó al piso, lo que provocó una carcajada sofocada de la joven, que no planeaba despertar a su amante. Lo necesitaba fuerte, feroz, como lo conociera. Un toro. Se dejó llevar por los recuerdos de la noche primera en que fue suya. Y rememoró también sus tatuajes. Un rosario en su antebrazo izquierdo, que simbolizaba su fe católica y su conexión con la tradición siciliana.
En el muslo derecho, una pistola, confirmando que siempre defendería a la organización. Pero lo que más la sedujo, luego de conocerla, es que se haya tatuado un ancla en la mitad de su pecho, orientado a su corazón con una Inicial magnética, la Á, que le confió que le demostraban claramente y para siempre, su lealtad y estabilidad. El amor era para ella, sólo para ella.
Silvestre hizo de las suyas al incorporarse de nuevo en una posición de alerta que la divirtió mucho, cuando cruzaron una liebre. Alerta, el lomo extendido largo a largo, en posición de acecho, el cuerpo tenso y los ojos fijos en su presa, acercándose con sigilo hasta chocar con la ventanilla que estaba cerrada. Volvió a reírse. Si no fuera porque se había demorado la recuperación de Alfonso, ya estarían otra vez en Argentina. Ella no quería que nadie supiera que se había salvado, pues los que intentaron matar, lo volverían a hacer y con más saña. Conocía el paño y sus jugadas violentas… Había prometido regresarlo y lo haría. Era lo más importante, el único varón que valoraba, él único que tenía y deseaba conservar en su vida.
Durante los años 30, Argentina estaba marcada por la inestabilidad política y económica, y las figuras destacadas eran principalmente hombres en roles de poder. Época dominada por hombres en gran medida debido a las estructuras sociales, políticas y económicas de la época. El golpe de Estado de 1930 marcó el inicio de una etapa conocida como la "Década Infame", caracterizada por gobiernos conservadores y autoritarios que excluían a las mujeres de la esfera política. Las decisiones importantes eran tomadas casi exclusivamente por hombres, y las mujeres tenían roles limitados al ámbito hogareño o a actividades consideradas adecuadas para su género. Y Ágata había trascendido las fronteras de todo eso, planeaba reorganizar el malogrado estado en que había quedado el crimen organizado después de la revuelta donde desaparecieron ambos Don. Ella se había ganado el lugar, más que por respeto, por miedo y lo sabía. Esta vez la sonrisa fue malévola, malintencionada. A sabiendas de que podía y sabía cómo ganar la voluntad de los que gustaban de vivir bien sin medir las consecuencias. Ella tenía planes y los llevaría a cabo. Necesitaba a Alfonso. Desesperadamente, en la cama y en su existencia.
La crisis económica mundial de 1929 hizo que las prioridades se centraron en la recuperación económica y la estabilidad política, dejando de lado las demandas de igualdad de género. Aunque hubo movimientos feministas en esa época, su influencia era limitada frente a las estructuras patriarcales predominantes.
Durante los años 30, las principales demandas incluían el acceso al sufragio, la igualdad civil y la mejora en la educación para las mujeres. Sin embargo, el movimiento feminista aún era limitado en su eficacia, ya que las estructuras patriarcales seguían siendo preponderantes.
A las mujeres no se les permitía el derecho de la libertad y la violencia física y s****l, a nivel jurídico, estaba vinculada al honor. La mujer violada, que había perdido la virginidad, no tenía la dignidad suficiente para la sociedad y tenía que resolverlo con un matrimonio. El derecho italiano está vinculado al romano y al griego, si pensamos que la denominación de este delito como la palabra abuso, violación, nunca existió. Leyes que, durante tantos años, eliminaron la responsabilidad del hombre.
Ella era poderosa y lo sabía.
Faltaba poco para amanecer y ya habían llegado. Los recibió una monja, muy graciosa en sus movimientos, que se adelantó a abrir la puerta del acompañante, como sabiendo que Alfonso necesitaba ayuda. Ágata temió que… desechó sus dudas y siguió hasta donde le dieron la habitación, tan sencilla y carente de decoraciones como la del monasterio de San Silvestre. Por su parte, el gato, enseguida se arrellanó en lo que sería en adelante su manta y espacio de descanso. La monja dijo llamarse Lea y ser de la Calabria. Ambos fruncieron el ceño ante la mención del sitio donde reinaba la Ndranguetta, uno de los grupos de crimen organizado más poderoso del mundo Otra de las fraternidades secretas con rituales de iniciación y reglas codificadas, algunas de las cuales se han mantenido largo tiempo y se encuentran en Sicilia, Calabria y Campania (la región que rodea Nápoles) en diferentes variantes. ¿Sería casualidad?