Hablar II

4924 Words

Adrik prosiguió con la conversación, dejando de lado sus cavilaciones. —¿Humana totalmente? ¿Acaso no lo era? Magno, al casi terminar su cigarrillo, lo apagó y lo dejó en el cenicero. —Empecé como el guardaespaldas de tu padre. Luego ascendí a otros cargos, hasta convertirme en su mano derecha, encargado de sus asuntos como si fuera él mismo. Pero lo que voy a contarte ocurrió incluso antes de eso. Tu padre confiaba en mí, me pidió ser sus ojos. Vigilar lo que sucedía en la casa de tu infancia. Magno hizo una pausa, su mirada se perdió en el recuerdo. —Por las noches, ese condenado bosque atraía todo tipo de cosas. Y se ponía peor después de las once. Yo debía custodiar la propiedad, pero en especial el jardín. Tu madre dormía en una habitación de la segunda planta, con una vista ampl

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