2. Prófuga: parte 1

1039 Words
Debo admitir que tener un amigo con dinero es algo bastante beneficioso, no es que sea interesada pero, a quien quiero engañar, hay millones de cosas que no habría hecho, o que no haría, de no ser por él. Luego de que fuésemos a casa de Martin, se le ocurrió la brillante idea de escaparnos a la casa en la playa que tiene su familia, y no me negué, al contrario, luego de cinco minutos ya estábamos en su auto rumbo a la playa. Me convenció con playa, aunque me hice de rogar un poco, acepte cuando destaco el hecho de que en su casa era probable que si salíamos mis padres podrían descubrirnos, no hubo mucho más que rebatir después de eso. El viaje fue de lo más divertido, pasamos a comer dos veces en el camino, y nos detuvimos fácilmente unas veinte veces a sacarnos fotos en algún lugar “turístico”. Incluso conversamos con una pareja de canadienses que estaban de vacaciones, nuestro ingles quedo en un muy buen nivel después de pasar una semana hablándolo casi todo el tiempo. Escuchamos música e incluso llamamos en el camino a Zendaya, e increíblemente eso no me puso nostálgica, ni tampoco me hizo sentir culpable, al contrario, me hizo sentir feliz y despreocupada, como si las complicaciones, que parecían nudos ciegos dentro de mis pensamientos y que no me dejaban disfrutar del increíble viaje hubiesen sido desatados, y ahora me sentía flotar en una especie de genuina felicidad, relajada. Claro, aun entremedio de eso estaba ese pequeño punto n***o de amargura y tristeza que no se iba a borrar tan fácil, acompañado de los maravillosos recuerdos junto a Tom, pero me parecían lejanos, como si pertenecieran a otra persona, como si esa semana hubiese sido solo un paréntesis en mi vida, bueno tal vez no un paréntesis, porque eso le resta importancia, quizás un sueño, un agradable y complejo sueño, pero incluso ahí podía distinguir que ese era en efecto un punto y no un nudo, de esos que me desvelaban en aquellas noches mágicas. Al cabo de unas horas llegamos a la modesta pero hermosa casa de la playa. Yo había estado ahí solo una vez, porque por lo general o a mí no me dejaban vacacionar con Martin a solas, o su hermano estaba ocupando la casa, pero supongo que en esta ocasión mis padres no podían objetar y el hermano de Martin estaba muy ocupado con su novia, pronto prometida, por lo que la casa estada a nuestra disposición. Desempacamos y rápidamente nos fuimos a la playa que quedaba solo a 10 minutos caminando. Otra vez sentí esa ola de tranquilidad y relajación, no tuve que pensar detenidamente en mi ropa ni mi apariencia, fue simple, un vestido sin espalda, unas chalas bajas y mi bikini rojo. Al diablo mi maquillaje y mi cabello. Para mi suerte Martin tenía varias toallas y me presto una para llevar. Una vez en la playa, tendimos nuestras toallas y nos quedamos ahí recostados al sol, sin hablar, solo mirábamos el mar que se extendía frente a nosotros. No se cuánto tiempo paso antes de que el sonido del teléfono de Martin nos sacara de ese trance. -Una video llamada de Zendaya-dice Martin, lo mire con los ojos entrecerrados y le sonreí. -Atiende-le digo. -Hola chicos-dice Zendaya, solo puedo ver su cara y su cabello con rulos. -Hola-digo sonriendo. -¿Acaso no puedes vivir sin mí que me llamas de nuevo?-pregunta Martin, ambas nos reímos. -Sueña-dice ella.- ¿Hace cuánto están allí? -Una media hora, no más que eso-digo encogiéndome de hombros. -Qué suerte la suya-dice ella, veo que está caminando, creo que por la habitación del hotel. -¿Por qué no vienes? Dijiste que tenías al menos un par de semanas antes de volver a trabajar-dice Martin, yo lo miro algo sorprendida, pero le sonrió, no quiero que piense que no estoy feliz por él, porque si lo estoy. -Lo pensare-dice ella sonriendo. -Voy a mojarme los pies-le digo a Martin, luego miro la pantalla de su teléfono.- Espero verte pronto Zendaya.-le digo despidiéndome con la mano mientras me levanto. -Eso espero-dice ella. Me alejo, creo que es mejor que ellos conversen solo sobre eso. Llego a la orilla del mar y una pequeña ola alcanza a mojarme los pies, no está muy tibia el agua, supongo que es por la hora, después de todo ya se está poniendo el sol. Camino mirando hacia el mar, el agua me ha llegado ya hasta las rodillas, es posible que la marea suba pero no me importa mojar el vestido, después de todo, con el calor estoy segura que se secara rápido. -¿______?-escucho una voz tras de mí. Oh no pienso, esa voz la conozco. Me giro lentamente y lo miro. -¿Claudio?   Tom -Hola-dice él algo tímido, no son las mejores circunstancias. -Hola-responde la morena, su voz deja notar la rabia que tiene contra él, pero también algo de amabilidad, después de todo, no son unos desconocidos. -Quería saber…-él se calla, no sabe poner en orden sus pensamientos.- Tu... si tu… -¿Si yo he hablado con Martin?-pregunta la morena, él asiente mientras se rasca la nuca.- Sí. -¿Cómo esta ella?-pregunta él. -¿Cómo crees?-pregunta ladeando la cabeza y frunciendo un poco el ceño. Sacude la cabeza y se cruza de brazos.- Están bien, en la playa. -¿En la playa?-pregunta él. -Si Tom, en la playa, porque ha decidido no contarle a sus padres que ha vuelto, ya que en primer lugar mintió para quedarse-dice la morena enojada, resopla.- ¿Qué inventara ahora, que el concurso se canceló? Eso haría que sus padres te odiaran, o al menos que te tomaran por irresponsable. -¿Estás diciendo que mintió para protegerme?-dice él, mientras un millón de pensamientos y emociones le invaden la cabeza. -No lo sé, eso debes preguntárselo tú, ¿Por qué ahora te importa tanto?-pregunta la morena apoyándose en el marco de la puerta. -Yo… siempre me preocupe-dice él con un nudo en la garganta y mirando el suelo.- Llegue tarde al avión-la morena deja caer sus brazos a los lados y entreabre la boca sorprendida. -¿Tarde? ¿Fuiste a buscarla?-pregunta ella en tono bajo, tratando de controlar su sorpresa. Él levanta la mirada y asiente con la cabeza. -Zendaya, quiero ir por ella-dice él tragando fuertemente. La morena yergue la espalda y lo mira detenidamente. -¿Quieres ir a (tu país)?-pregunta ella, él asiente. -Y quería preguntarte si te gustaría acompañarme-sentencia él.
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