Capítulo 2 | sin calificación

3284 Words
Sus labios tocaron los míos, presiono mi labio superior, su mano paso de mi barbilla a mi cuello, y su mano en mi cintura me apretó mas y mas cada vez, al punto de elevarme a su altura, yo solo me dejaba llevar, y disfrutaba sus carnosos labios en los míos, se separó y puso mis pies en la tierra de nuevo. -  ¿te gusto? - no estuvo nada mal. – manifesté tratando inútilmente de parecer desinteresada -  vamos niña exigente - dijo tomándome de la mano y mostrándome el camino. Al entrar al hotel, indico que tenía una reservación de mesa, que había llamado el día anterior, un joven se presentó, no recuerdo el nombre, dijo que sería quien nos atendería el día de hoy, y nos hizo seguir por el hotel, llegamos al jardín al lado de la laguna, y empezó a explicar. - esta será su mesa, espero les agrade la vista y su estadía el día de hoy, por su reserva, tiene acceso a la playa, a los kayaks, las llantas y a los chalecos salvavidas, hay un salvavidas – dijo el mesero colocando los menús sobre la  mesa – cuando estén listos para ordenar me indican – prosiguió su spic sonriendo – que su estadía sea perfecta- agradecimos y se retiró. Miraba el menú, de verdad quería leerlo, pero en mi cabeza solo se repetía aquel beso, ¿será que estuvo bien? Esperará más besos, ¿querrá que hable de eso? ¡No! Mejor no toco el tema, que vergüenza, el debe hacerlo. Las chicas no me creerán. -  que deseas tomar, creo que aun no pediré almuerzo, pero tu si gustas puedes pedir ya -  no sé qué pedir – son solo las 11:30 am, no tengo hambre, mire rápidamente las bebidas – hay jugo de mango, se me antoja eso -  claro lo que gustes – levanto la mano, llamando al mesero. - dígame, ¿Qué desean ordenar? -  por el momento un jugo de mango y una toña por favor.-  con gusto, en un momento traemos su orden, ¿retiro los menús? - no, gracias - el mesero se retiró - ¿deseas caminar? - no, esta bonita la vista. Estoy bien.- bien, entonces hablemos.-  ¿hablar de qué? – seguro quiere hablar del beso, ¿lo abre hecho fatal? me pregunte -  nosotros, me gustas, sabes que solo se necesitan un par de horas para saber si la persona que tienes enfrente es la correcta o ¿no? -  y entonces, ¿Soy la correcta? – cuestione, mirándole a los ojos con una media sonrisa tímida. -  ¡Lo eres! Pero debo hacerte dos preguntas ¿tienes novio? Y la ultima y no menos importante; ¿yo te gusto lo suficiente como para ver que tal resulta? – no creía lo que escuchaba, debía responder solo lo que preguntaba, Ximena por favor no hables de mas – pensaba. - primero, no, no tengo novio, y segundo ¿qué es lo que debería pasar? - ¡No! Que había dicho, era si y listo - me recliminada por dentro, el me veía  como que leyera mis pensamientos -  hacernos novios y dejar que pase el tiempo. – ¿de verdad dijo novios?, no podía creerlo- : si dije sin pensarlo mas - ¿Si que lobita? - solicito como que no comprendiera el si anterior. - si pudiéramos intentarlo, no es secreto que me gustas - dije tomando un sorbo de jugo.  hoy 23 de diciembre. – que significaba eso, seria tonto no preguntar-  ¿Hoy qué? - somos novios. – se cambio de silla y se puso a mi lado, tomo mi mano – te hare muy feliz, lo prometo aseguro. -  no prometas eso, es de mala suerte.-  yo no creo en la suerte, y si lo digo es por que así lo haré. – se acerco y me beso nuevamente, no saltaba mi mano, no sabía que debería hacer.-  ¿sabes nadar? – frunció el ceño, y sonrió por mi brusco cambio de tema. -  Nací cerca del mar, tenemos agua salada en la sangre; pero no pienso nadar aquí.-  que bien, no ando traje de baño y no se nadar- mientras presione su mano. Ya besarnos se volvía más cómodo cada vez, sonó mi celular eran las 5:30pm “cómo vas Ximena , ¿todo bien? ¿Dónde estás?”-. – respondí brevemente a Sam “ya somos novios, y estamos creo que en Granada” Relatare de forma breve la relación, sino cada capitulo seria un libro, bueno, unos libros y otros solo artículos pequeños. Regresamos a la ciudad, me dejo en la entrada de la colonia, ahí estaban mis amigas esperando ansiosas para saber que pasaba, y según me contaron mi papa llego y ellas se escondieron para que no las vieran sin mí, así que también estaban nerviosas. Él les dijo que subieran que nos dejaría cerca, pero le dijimos que preferíamos caminar, pues debía contarles todo; camino a casa hablamos de todo, de lo hermoso que era ese hotel, de la vista, la conversación que tuvimos, todas alegres por mí. Nuestra amistad era así, lo bueno de una, era como que todas lo vivíamos y lo malo igual, todas lloramos cada día malo de una. Llego 24 de diciembre, mi familia suele pasar en casa de mi abuela, así que me fui de la colonia ese día, pero el me llamo esa noche; fue tan lindo escucharlo, el era todo lo que buscaba una joven en esa época, inteligente, guapo, deportista (jugaba beisbol), buen cuerpo y universitario. ¿Qué mas pedir? “hola lobita, ¿Qué tal va tu noche? – hola Daniel , pues divertido, jugaba un poco con mis primas monopolio mientras llega la hora del intercambio – ¿y a quien debes dar tu? – a una de mis tías – ojalá te den algo bueno – jamás sucede, y ¿tu que haces? – nosotros no jugamos nada, estamos hablando y tomando un poco – ah, diviértete, y que sea una feliz navidad – el próximo año, pasaras conmigo las fiestas – seguro que si – y el año nuevo ¿también donde tu abuela? – no, año nuevo en la colonia con amigos – perfecto, año nuevo juntos – jajaja si lo dices – así será lobita, te dejo, feliz navidad” Paso la semana y llegamos a Año Nuevo, del grupo, solo quedamos en la colonia Sam y yo, y obviamente pasamos juntas con un par de amigos más, son dos hermanos uno de ellos el menor, le decimos Choco, su nombre es Alejo, es un chico moreno muy divertido esta muy enamorado de Sofia, ella jamás le hace caso, lo considera muy payaso, tienen la misma edad, su otro hermano es solo un año mayor y se llama Jaime, coqueto como nadie, a todas enamoraba, y mas de una se sentía atraída por él, yo incluida pero sabíamos que él no cambiaría, así que nos sentíamos bien de ser sus amigas, siempre hablaba de amor, de sexo y de lo que nos haría si lo dejábamos. Los otros eran, el novio de Sam, también vecino nuestro, de la edad de Jaime 19 años, Manuel y los hermanos Julián de 17 años y Valerio de 19 años, estos dos eran los mas serios del grupo, pero año nuevo con ellos cada año era lo mejor de mi niñez, éramos inseparables, en esa época creíamos que así seria toda la vida, no sabíamos lo que teníamos y quizá pudimos aprovechar mas de nuestro tiempo como amigos. Daniel N°1, empezó a relacionarse conmigo, llegaba como un amigo más, se pasaba cada noche conmigo, al llegar a febrero, me conto que ya no viviría más con el tío, que logro conseguir una casa para él, siempre en la calle donde vive el tío, eso hizo más fácil nuestra relación, y también que se convirtiera en un capítulo de mi historia. Continuaba estudiando con Sam, y ella le agrada él para mí, era muy detallista y cariñoso, un poco celoso de Julián, porque en esa época Julián decía estar enamorado de mí, y cada que llegaba a verme el estaba conmigo y las chicas, y no disimulaba sus intenciones, pero yo lo veía normal, decía que en su lugar también seria posesiva. Yo empecé a mentir a mi mamá para salir con él cada vez más seguido, decía ir a hacer trabajos que muchas veces eran verdad, pero me iba a su casa a trabajar, el me apoyaba en los trabajos para poder acostarnos a ver tv, besarnos y tocarnos. Ya tenia 16, y era octubre, cumplíamos 10 meses y ese día fuimos a cine Sam nos ayudó, llego a traerme a casa para decir que salíamos juntas, al regresar del cine, fuimos a su casa pues aun era temprano, me tenia unos chocolates Ferrero Roche y una rosa de obsequio, puso música de la que el solía escuchar, sino estoy mal del puma y Ricardo Montaner. Me llevo a su recamara, me besaba el cuello, yo toda cohibida sentada en la cama sin saber que hacer, o como proceder, no quería sexo, tenia miedo, pero sus besos y caricias me gustaban mucho, el me dijo no pasaría nada, que solo quería tenerme así, toda para él. Ese día se fue la primera vez que estuve en ropa interior en su cama, la primera vez que sentí lo que era un hombre excitado, lo que era tener entre mis manos un pene erecto a causa mía, y sino mal recuerdo, sin saberlo era la primera vez que sentía un orgasmo sin necesidad penetración. Si chicas, se puede ser señorita y tener un orgasmo. El no tiene puntuación por que sería una decisión sesgada, pero recuerdo su desempeño siempre fue bueno. -  ¿Estas incomoda? -  la verdad un poco - menti, estaba nerviosa y me incomodaba no tener experiencia suficiente en estas situaciones -  jamás te hare algo que no quieras o te lastime - aseguro - lo sé. Ese no es el problema, confió en ti - ¿entonces?-  no confió en mi – Moria de ganas de sentir más, si solo estar así me daba tanto placer no imagina si hacíamos el amor - si eso es tu preocupación, prometo recordarte que no puede pasar más - : ¿lo harías? – fruncí el ceño mientras lo tome de la mano para continuar con la pregunta – aunque eso signifique que pierdas la oportunidad de tener sexo? -  contigo no seria sexo, seria hacer el amor, y respondiendo tu pregunta, si, aunque signifique que no podría hacerte el amor, por que quiero que cuando pase estés preparada - dijo soltando mi mano y dándome un casto beso en la muñeca -  gracias – y me le tire encima, dejándolo debajo de mí. Sus manos acariciaban mis pechos, recuerdo tenia puesto un bóxer rojo largo, yo solo mi ropa interior color n***o en conjunto, con mis manos me apoyaba sobre sus piernas y mi cabeza hacia atrás disfrutando su tacto y su sexo entre mis piernas – yo pensaba era el amor de mi vida, y que estar ahí en sus brazos, sobre su cuerpo era lo correcto, que merecía disfrutarlo – su aroma era delicioso, un perfume amanerado. Él se sentó y me recargo sobre él, teniendo nuestros rostros frente a frente, me dijo por primera vez “te amo”. Mi corazón salto de emoción, enrede mis piernas en sus caderas y lo abrace mucho, lo besaba en agradecimiento, mientras yo hacia esto, el con sus manos desabrocho mi sostén y quito con delicadeza, en ese momento a mi ya no me importaba nada, ese hombre me amaba, era con quien deseaba estar el resto de mi vida – se separó de mí, y sus ojos miraban mis pechos, llevo su mano a mi cuello, hizo mi rostro de lado para tener acceso a el con sus labios, y empezó a besar, jalo mi cabello para tener más acceso y empezó a bajar a mis pechos, de forma repentina, me acostó sobre la cama y empezó a besarme mas y mas abajo, sus manos en mis pechos y labios entre mis piernas. En ese momento, yo brinqué un poco del susto, o quizá de que no lo esperaba, se detuvo – tranquila, no te hare nada malo – dijo para tranquilizarme mientras seguía mi angustia, con una de sus manos, hizo el blúmer a un lado y con la otra sostenía mis pechos, solo sentí cosquillas en mi vientre y de repente, su lengua estaba en mi sexo. Empecé a pedir más, mis manos las llevé a su cabello, y lo empujaba para sentir más lo que hacía, gemía de un placer que no conocía y sin saber lo que era una penetración, la deseaba – penétrame - no supe en que momento le dije eso. Automáticamente como si hubiese dicho una mala palabra el se detuvo, se subió sobre mí a horcadas  y viéndome a los ojos, me dijo: - no pasara, al menos aun no – y se dejo caer sobre mi con todo su peso – haciéndome  reír por el gesto. -  ¿peso? -  si dije con dificultad - lo dije en serio - menciono besando mi nariz con su rostro serio, ahi bajo su cuerpo, él era perfecto con esfuerzo coloque mi mano en su rostro y lo acariciaba para memorizarmelo -  ¿Qué? – dije pasado unos segundos  empujando al mismo tiempo para poder respirar. Se levanto, beso mi frente, y se dejo caer a un lado, con una de sus manos busco la sabana y la puso sobre mi cuerpo semi desnudo. -  yo si seré el primero, lo prometo, pero cumpliré mi promesa y pasara cuando estés lista - aseguro -  gracias – acaricié su rostro y puse su lacio cabello detrás de su oreja-  vistámonos, debo irte a dejar donde Samantha. Me vestí, el igual, no paraba de verme y guiñarme el ojo, mientras ponía sus zapatos se sentó a mi lado en la cama, reclino su cabeza en mi hombro y dijo entre dientes: - no creí ser capaz de aguantarme, eres linda y me gustas, pero no quiero perderte por un momento de calentura, te conozco demasiado para saber que te arrepentirías luego y me da miedo eso. – voltee mi rostro y bese en su cabello. Ya en casa de Sam, se despidió, me cargo y beso muy fuerte y grito: ¡te amo Ximena! -  ¿Qué tal les fue?-  no creerás lo que paso-  Amiga, no me digas que…. - dejando las palabras en el aire -  ¡No! Pero casi Conte la experiencia hasta que marco mi mama, que ya era hora de buscar mi casa. La relación era perfecta, poniendo a un lado sus escenas de celos, el era el indicado, un día ya en diciembre otra vez, casi un año juntos, hubo una fiesta en la colina de al lado, Daniel N°1, no quería que asistiera pues él no podía acompañarme y Julián si estaría ahí – yo siempre he tenido un temperamento – me fui sin que me importara lo que el pensara, siempre hago lo que quiero. Estando en la fiesta, baile hasta el cansancio, hasta que Leticia nos indico que no encontraban a Sofia, la buscamos, y la buscamos y de repente Julián nos dice: - No lo van a creer, vengan. – lo seguimos y llegamos a una de las habitaciones – la vi entrar ahí con Noé y escuchen – eran gemidos de adentro de la habitación. -  miremos - insistió Sam-  ¿por dónde? - secundaba Leticia su idea-  por ahí arriba, - señalando Julián la entrada de aire de la habitación  - no chicos, eso no es correcto - balbucee yo -  no seas aburrida, no se dará cuenta – Julián en ese momento llevaba una mesa cerca de la pared para subirnos. Todos se subieron y observaron a Sofia, tener sexo con Noe, un amigo de Samantha, quien fue el que nos invito a la fiesta, ( cabe mencionar era el amor platónico de Sam desde los 12 años y Sofía lo sabía ) yo desde abajo solo los veía, tenia miedo que se dieran cuenta, tenia curiosidad, pero el miedo era mayor. Sam indico que no podía creer que eso era posible, refiriéndose a las posiciones que ese par estaba desempeñando en la habitación, pasaron los 10 minutos mas largos cuando al fin bajaron, indicando que ya habían acabado y platicaban. Regresamos a la fiesta, ya tranquilos de saber donde estaba Sofia, creo que todos no sabían como verla a la cara. Camino a casa, pedí pasar por donde Daniel N°1 para que supiera que todo bien, fue así, llegamos y el estaba aún estudiando para un examen práctico que tendría al día siguiente, llame a la puerta y salió. -¿Qué haces aquí? -ladro Daniel, sus ojos mostraban molestia -  solo darte un beso y desearte suerte para mañana -  muchas gracias, amor, ve a descansar - espeto de mala gana -  ¿estas molesto? - insisti -  No lo merece, tu puedes hacer lo que quieras, aunque no esté de acuerdo. - dijo de manera resignada  -  no pediré disculpas, pero si quiero decirte que, aunque haga lo que no quieras, te amo y no te fallare. – sonrió y quito su cabello de la cara con una mano haciéndolo hacia atrás.-  ve a dormir - se acerco y beso mi frente -  descansa. - dije poniéndome en camino. Regrese con mis amigos, y nos fuimos a casa, esa noche no podía dejar de imaginar que Sofia, ya no era señorita, y que se escuchaba que disfrutaba, por Dios y que lo hacia con alguien que no era su novio. Sofia a los días se entero de lo que hicimos y se enojó muchísimo, al punto que dejo de hablarnos, esas navidades pase como siempre donde mi familia y año nuevo en la colonia con mis amigos, Daniel N°1, llego ese año y de manera divertida le hablo a Julián, pero escucharlos daba nervios pues cada vez que hablaban era como un concurso de miadas. Fue la ultima fiesta de año nuevo, y de hecho la ultima fiesta en si con Jaime, ese año a finales de enero, en la universidad a la que asistía cayo desmayado una mañana, de rectoría lo enviaron de emergencia al hospital, choco su hermano nos avisó. No permitían visitas, así que solo estábamos pendientes de los mensajes de choco, para saber que era lo que tenía, los temibles resultados llegaron, era leucemia, el tenía una novia que no conocíamos, de la universidad a la que asistía, ella no se despegaba de su lado. El lo sobrellevo un par de semanas, asistía a las quimios, yo me sentía mal estar feliz con Daniel N°1, creía que no tenía derecho, cuando Jaime estaba muriendo. Estábamos en marzo cuando una tarde llego un sms de choco indicando que Jaime había muerto. Asistimos todos al velorio, su novia no dejaba de llorar, ninguno de nosotros se le acerco, no sabíamos que decirle, ni como consolarla, Jaime jamás hablaba de ella, así que no la conocíamos, el estaba calvo por la quimio, delgado, no lo reconocíamos. El luto en el grupo duro meses, Sofia apenas empezaba a hablarnos, era mi cumpleaños tenia ya 17 años, y salimos a comer pizza, Daniel N°1, estaba en EE-UU con su familia, pero el llegaba el martes y teníamos planes.
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