Capítulo 3 | Al fin lo que tanto esperaba

3312 Words
A su regreso, me pidió que lo acompañara a un juego de beisbol con sus amigos de la universidad, me encantaba verlo con su traje, se veía mas guapo y nalgón, siempre que usaba gorra su cabello se controlaba más y me gustaba. Esa tarde al regresar, fuimos a su casa, me tenia un regalo, era una camisa de beisbol para que la usara en los próximos partidos en que lo acompañara, y adicional una cadena con un relicario con dos fotos, una de él y otra mía, esa tarde dormí en sus brazos y me entregue como era habitual, sin necesidad de penetración. estoy lista para estar contigo - no se como salió eso de mis labios, pero él era todo lo que quería - no será así - dijo con su rostro serio - me asuste creí se había molestado, pero porque? así que tenia que preguntar - ¿Cómo? - en mi casa, sin nada especial - sentí alivio al escuchar esa respuesta. - planeémoslo  - tenia que proponerlo, lo quería dentro de mi -tampoco, solo quiero que sea especial, pero que sea natural En mi cabeza era, imposible que sea natural, pero especial. Era noviembre, del mismo año, estaba haciendo mi trabajo final de ingles de 5to año, y llovía mientras estaba en el ciber, pero la lluvia era tan fuerte que se fue la luz, andaba en un vestido color rosa, cómodo para andar en casa y unas sandalias bajas, salí de ciber y me mojaba mientras caminada, el estaba en casa de su tío cuando esto paso, su tío vive en una casa esquinera por lo que me vio pasar, las calles estaban inundadas de tanta agua que caía que era peligroso seguir caminando.  ¡Amor! – grito al verme -amor, hola, voy a casa, te chat al llegar.- le respondí, de manera normal sin gritos, esperando entienda que odio los gritos en la calle - no ven, vamos a mi casa, tu calle esta muy inundada, es peligroso, yo te llevo al pasar la lluvia - me pareció mala idea, pero era Daniel, nada malo me pasara a su lado, luego veo que le digo a madre. ok – se me acerco y me cargo como a una niña para no seguir mojando mis pies. Caminamos sin hablar hasta su casa, el día anterior habíamos discutidos y desde ese momento no habíamos hablado, el motivo había sido que igual llovía, y al regresar del colegio no podía llegar a casa o mojaría mis zapatos, así que llame a Julián que llegara por mi a la entrada de la colonia, y el me cargo a caballito hasta la casa y el me vio. “seguro te divierte que Julián te cargué” – me escribió, yo solo pensé en decirle que cual era el problema, pero en vez de eso: “Es que me mojaría los zapatos” – el o respondió mas molesto aun “seguro tu novio no podía hacerlo” Tenia razón, pero Julián era mi amigo de toda la vida, no veía lo malo – “mi mama no se enoja que sea él quien me cargue, a ti apenas te conoce” “perfecto, es bueno saberlo” y no volvió a escribir ni por que lo llame en dos ocasiones sin respuesta. Por eso no decía palabra, no sabia su estado de ánimo, me llamo amor, así que tan mal no está, tenía un nudo en la garganta de temor a que quisiera discutir, y quizá terminar conmigo, ya estaba muy enamorada, casi teníamos dos años juntos, me veía hasta viejita a su lado; pensaba morirme si eso acababa, era feliz. Llegamos a su casa, me puso en el suelo para abrir la puerta, al entrar hay como 3 metros de patio hasta llegar a la puerta de la casa como tal, entramos en la primera puerta, y me puse a la orilla de la pared, para mojarme menos, el cerraba la puerta cuando se me salió decir: -  discúlpame por lo de ayer. – no acababa de decirlo cuando su lengua ya estaba en mi garganta. Empecé a besarlo, no me importaba que nos mojáramos más, el me levanto y siempre presionadme contra la pared, una de sus manos en mis caderas, mis piernas enredadas en él, y mis manos sujetándome fuerte para no caer, tocaba mis pechos. No podía respira, quizá por la lluvia, o quizá por sus besos apasionados que no me daban tiempo de tomar aire. Me presionaba fuerte contra la pared que me lastimaba, no decía nada por que lo disfrutaba, - pensaba que no estaba molesto, que me extrañaba, su m*****o me lo decía – una de sus manos bajo a su pantalón, no dejaba de besarme, y con la otra mano quitaba su faja, y desabrochaba el pantalón, de repente besaba mi cuello y me permitió respirar – Daniel N°1 me duele un poco la espalda – se detuvo un mínimo instante, me vio fijamente y continuo besándome, de repente solo sentí su mano en mi sexo haciendo a un lado en blúmer, respire profundo pues sentía algo helado entre mis piernas, una sensación que me puso nerviosa. - ¿te gusta lo que sientes? - su voz no era normal, se escucha ira o quizá alcohol?  ¿Qué haces? - dije con miedo -te amo – diciendo eso, solo embisto contra mi su pene, el dolor fue tan grande que solo tire mi cuerpo hacia atrás, algo que no sirvió de mucho, pues estaba suspendida contra una pared. -  eso me dolió, por favor para. – se detuvo y saca con suavidad su pene de mi y me puso en pie. - perdóname, vamos adentro.  No dije nada, solo lo seguí, tenía un miedo que jamás había sentido con él, era el hombre que amaba, y es lo que deseaba desde hace meses, ¿a que temía? Claro, el dolor que sentí, eso era, jamás pensé que fuera así. Al entrar, me llevo al cuarto y paso una toalla, - sécate, amor – se retiró, yo me secaba el cabello y lloraba, ¿Por qué lloraba?, quería parar de llorar y no me controlaba, pensara que es por él, por lo que paso, y no es así. Llego con una taza de te caliente, era manzanilla y miel, se sentó a mi lado mientras me sorbia el té, el me secaba la lagrimas -perdóname, no lo pensé, solo me dejé llevar -Ya no soy virgen – dije sin pensarlo, era lo único que pude decir– me miró fijamente- ¿es lo que te preocupa? ¿Lo dices de verdad?- no, me preocupa que estés molesto - y era verdad, la virginidad que tanto cuide en ese momento paso a segundo plano en ese instante, solo quería que estuviéramos bien. - ¿Por qué motivo?- por no haber podido terminar - no, de eso solo estoy preocupado de haberte lastimado - sus ojos por primera vez me decían que estaba arrepentido, avergonzado-  y entonces ¿Por qué estas molesto? - no e por que mi boca no se puede callar -  por no tratarme como tu novio, por no presentarme como tal con tu familia, al punto que prefieres pedirle favores a Julián y no a mi que soy quien debe estar pendiente de ti - dejo de hablar y ya no me miraba avergonzado, ahora era rabia - perdóname, mi mama no me deja tener novio - era suficiente excusa para mi - ya casi tienes 18, ya no son 15, ya no aceptare esa excusa. -  no es excusa  - y lo decía sinceramente, mi madre era estricta - lo es, ya eres una mujer, eres mi novia y tu mama tendrá que saberlo. – empecé a llorar – no llores, termina el té dijo de  forma estricta, me recordó a mi padre. Hice caso, se empezó a quitar la ropa y buscar ropa seca en su closet, - quítate ese vestido, lo meteré en la secadora, te hará daño- acabe el té, el estaba solo en ropa interior y yo me quitaba el vestido, el no me veía, estaba de espalda, volteo y me dio una camiseta blanca de él, me la puse y él se ponía un buso de dormir, me le acerque y lo abrace, coloque mi rostro en su espalda. -  te amo - le menciono en voz baja, mas como un suspiro -  yo a ti, - dijo sin voltearse; mientras subía los brazos para ponerse camisa – ve a la cama, iré a poner a secar el vestido -  ¿vendrás conmigo? -  si, luego de poner a secar tu vestido – lo solté y giro, me vio el rostro, sonrió y beso mi frente – ve y descansa. Ya estaba en cama, la lluvia no paraba y mi mama me había escrito, le dije estaba con Ximena y la lluvia era muy fuerte, que al acabar iba a casa, el regreso y se acostó a mi lado. - ¿Aun te duele? - me sorprendió su pregunta -  no -  me alegro, de verdad perdóname, no quería fuera así - tranquilo, ya no duele - lo dije sinceramente, no quería hacerlo sentir mal - juro lo compensare- dijo con una gran sonrida y mostrando todos sus dientes. - ¿y si lo compensas ahora? -correspondí su sonrisa, y puse mis manos en sus piernas. -  No amor, me siento mal - : si no es hoy, te aseguro no pasara nunca – y reí a carcajadas, quizá de nervios-  ¿segura?-  si Se voltio sobre su cuerpo, quedando frente a mí, y me beso, esta vez de manera suave y delicada, besaba mi cuello y me hizo acostarme, se arrodillo frente mío, sobre la cama y beso mis pies helados, yo solo cerraba mis ojos, respiraba profundo, tenía vergüenza por primera vez en mucho tiempo con él. Se quito la camisa y me veía - ¿sino quieres me detengo? – señale con mi cabeza que siguiera, - el continuo su recorrido por mis piernas, mi vientre saltaba por corrientes eléctricas con cada beso, con sus manos bajo mi blúmer, teniendo un acceso completo a mi- subió el rostro y me dijo: ultima oportunidad, aun puedo detenerme – con mis manos agarre su rostro y le sugerí subir a besarme, y lo hizo, me beso y dejo caerse sobre mí, con una de sus manos quitaba su buso y bóxer, yo solo con su camiseta, pues lo demás estaba en su secadora. Estaba completamente desnudo ante mí, por primera vez, miraba su pene sin nada que lo cubriera, era tamaño normal, muy gruesa, ahora lo sé. Quito la camisa que aun cubría la parte superior de mi cuerpo, bajo a mis pechos, y en ese momento solo sentí sus dedos dentro de mí. Se elevo un poco, me dio un leve beso en los labios y dijo: - esto dolerá, pero tratare de que lo disfrutes- se puso de rodillas, con sus manos tomo mis piernas y las abrió para tener acceso a mi v****a, me vio a los ojos y no quitaba su mirada mientras, empezaba a penetrar el dolor fue tal que me hice hacia tras de golpe y caí de la cama. Es la parte mas divertida, caí tan fuerte que me dolió el trasero, él se levantó asustado - ¿estás bien? – ovio dije que sí, moría de vergüenza. Volví a la cama y pedí disculpas, beso mi frente. -  dejémoslo así-  ya dije, es hoy o nunca - diciendo eso me le puse a horcadas sobre sus piernas Continuamos besándonos, solo usaba sus dedos, y su lengua, para excitarme – de verdad dolerá amor, por favor no caigas de nuevo- seguido puso su mano, sobre uno de mis pechos, y con la otra mano se ayudo para poder introducir su pene en mí, empezó a moverse, de forma circular con todo el pene introducido, seguido de eso, cambio el movimiento de adelante hacia atrás, cada vez mas rápido, hasta que bajo su cuerpo sobre el mío, y me besaba y cada vez lo hacía con mayor rapidez. Pasamos así unos minutos, el dolor se volvía cada vez mas tolerable, yo desde que penetro deje de sentir placer, pero el estar ahí, en sus brazos me hacia feliz, lo besaba en el cuello y con mis manos me aferraba a su espalda, eso me ayudaba a tolerar el dolor. De repente, cambio, empezó a respirar mas profundo y pesado, paso una de sus manos a mi cabello, apretando fuerte, como queriendo hacer mi cabeza hacia atrás, y empezó a empujar su pene mas y mas profundo, el dolor se volvía insoportable, pero a la vez delicioso, solo empecé a gritar, de dolor y placer cuando su voz llego a mi oído – te amo lobita, y esto será mejor con el tiempo – la voz era gruesa y agitada, diciendo eso gimió y se dejó caer sobre mí. Entre mis piernas, sentía correr algo tibio, era sangre, y su semen, me asuste un poco, el me dijo - es normal, solo debes ducharte amor.-   si, lo sé. - bueno dan anatomía en el colegio-¿no te gusto mucho? – dijo con una sonrisa en el rostro.-  me dolió-  será diferente con el tiempo. - grite internamente, esta pensando en una próxima vez. Me duche, me tenía otro te al salir de la ducha, y mi vestido en la cama, me vestí y tome el té, me senté, la lluvia había pasado, me dijo que me acompañaría a casa; camino a casa me dijo que lo de ser novios con permiso de mi mama, era algo que no estaba en negociación. Samantha no creía lo que le decía, ella y las otras ya no eran señoritas, pero yo, creían seria diferente, pues voy a misa cada domingo, y doy clase a los niños de religión. Ese primer domingo de diciembre eran las primeras comunión, y debía apoyar a un hombre Español, que venia a ayudar a los niños de escasos recursos de la iglesia, tenia 2 meses en el país, y se había vuelto mi amigo. El sábado, antes de eso, lo acompañe a las casas de los niños, para organizar la fiesta y entregar unos trajes de comunión, terminado íbamos a la iglesia, y entre el y otros dos catequistas, limpiamos la iglesia y la decoramos, acabamos noche, nos invito a cenar y le dije que deseaba hablar con él, como amiga. Esa noche, me llevo a casa después de la cena, a mi mamá le agradaba, era cortes y divertido, le conté lo que pasaba en mi cabeza, pues había hecho el amor con mi novio y le dije cuanto lo amaba, sonrió y me felicito, que hacer el amor, con quien amas y te ama era lo mejor que podía pasar. Luego me dijo, que si el era el hombre con quien me veía casada, dije que sí, entonces pidió que se lo presentará en la iglesia, y le conté que era evangélico. -  ¿y como te casaras con alguien de otra religión?-  le pediré que empiece a acompañarme a misa, esa será la condición para poderlo presentar a mi familia.- ¿crees que lo hará? -  mi familia es muy católica, mi papa tiene hasta una promesa a la virgen, no aceptará este con un evangélico, tendrá que aceptarlo. Era diciembre, Daniel, seguía insistiendo en ser novio oficialmente, llegaba a la casa y nos sentamos a conversar. - amor, vamos a misa hay unos amigos que quiero presentarte. -  amor, no haré eso, es una tontería creer que la religión importa, nos amamos y es lo importante. -  lo sé, pero lo que hacemos no es correcto.-  ¿es pecado? Entonces, prometo nos casaremos. -  ¿bajo qué iglesia? - era la pregunta decisiva -  ambas, si eso te hace sentir mejor. - no lo hacia Fui a misa la siguiente semana, antes de navidad, estaba mi amigo, el español, no doy su nombre porque sí, él es el N°2, en ese entonces solo éramos buenos amigos.  Yo estaba de acuerdo, con el N°2, no podía seguir en pecado con alguien que no tenía futuro, porque no puedo jugar con Dios, casarme por dos religiones, no debe ser correcto.  Guapa piensa bien lo que harás, comprendo que lo amas. -  Lo amo, hay amigo, dejare de venir a dar catequesis el próximo curso, ya no puedo estar aquí y enseñar algo que no cumplo. -  No hagas eso, sino te aseguro, la que cambiara de religión serás tú. Esa tarde, fuimos al cine Daniel y yo, vimos una película de comedia, sino mal recuerdo, hablamos de cosas banales que ya no recuerdo y luego nos fuimos a su casa. -  amor debemos hablar, me iré a EEUU estas vacaciones.-  ¿Por cuánto tiempo?-  desde del 25, y regresare a finales de enero.-  de acuerdo amor -  prometo, cada día llamarte.-  se que cumplirás - y de verdad lo sabia, siempre ha sido intenso-  te amo Ximena, y mi mama me dijo que por que no te llevo conmigo un fin de semana -  jamás lo permitirá mi mamá. - aunque ni lo intentaba, no me sentiría cómoda en casa de mi suegra en EE-UU - lo sé. Hay otra cosa -  ¿Cuál? -  el próximo año, después del primer trimestre inician mis practicas -  que bueno amor, pronto serás médico. -  me enviaron a Granada, solo son 6 meses.- : ¿cómo así? - esto era una señal, la que pedia desde hace ratos al cielo para saber que pasara -  los días libres vendré, Granada esta a 1:20 minutos amor Todo se volvió claro para mi ese día, no había futuro para ambos, solo lo pensé, y decidí que ahí acababa la relación, solo que el aun no sabía. Continuábamos hablando cada día, el N°2, se iba a mediados de enero a Barcelona y me daba tristeza, me gustaba hablar con alguien diferente a Sam, Sofia y Leticia, con un punto de vista masculino. Un día antes de que N°2, se fuera fuimos todos los de la catequesis a un Restaurante en Carretera a Masaya, comimos y reímos mucho, el me dijo que siempre estaría en contacto. Sentí tristeza despedirme, pero sabía que volvería para las próximas comuniones. “Hola amor, llego mañana de EEUU , muero por verte y estar contigo” – no respondí “Amor, hace una hora te escribí y aun no tengo respuesta” - tampoco respondí “amor, ya me preocupé, todo bien” – respondí un sí. “que alivio, llegas a verme a casa mañana” – respondí – “discúlpame, ya no podemos seguir, está mal todo” En ese instante me llamo: “amor, ¿qué pasa? – lo lamento, me duele el estomago hacer esto, no debimos llegar hasta aquí – estas jugando ¿Cierto? – mira, yo soy católica, y ya no me siento bien con Dios – te dije que, si no querías, no pasaría nada – paso, y ahora sabemos que no podemos seguir juntos - ¿Por qué? – jamás cambiare de religión – no te he pedido eso – pero yo si a ti – amor , no hagas esto – lo lamento – de acuerdo” Y esa fue la ultima conversación. Como novios al menos. En esas fechas Leticia andaba preocupada y angustiada, pero no nos decía nada, recuerdo que yo con mis problemas casi no le ponía atención, por que solo pensaba en Daniel N°1 y en cada mensaje que dejaba, pero una tarde, Sam decidió hacer una tarde de cine para distraernos y que así leticia contara que tenía.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD