Al día siguiente se dio una dormida larguísima, despertándose al mediodía. Se presentó directamente en la mesa a la hora del almuerzo, y fue recibida por todos los miembros del personal que querían saber cómo estaba y le demostraron su solidaridad. Acababa de terminar de comer y estaba por regresar a su cabina cuando también Quarin se le acercó. "¿Cómo estás hoy?" Ella no tuvo tiempo de responder: "Bastante bien", que él ya le había tomado suavemente la barbilla y le giró el rostro hacia la derecha para ver bien su moretón. "Feo moretón. Pero se te pasará. Te daré una pomada que te ayudará a disminuir la hinchazón." "Gracias." respondió ella en voz baja, absolutamente confundida por su actitud atenta. "Otra cosa. El vestido que llevabas ayer está completamente roto. Es un vestido des

