13 (III)

2195 Words
-Relajate, voy a quitarte todos esos pensamientos de la cabeza. - -¿Que vas a hacer?- Preguntó curiosa inclinando su torso hacia mi. No contesté nada, tan solo la empujé levemente hacia atrás, indicándole que se recostara sobre el suave cabeza del borde y se dejara llevar, después comencé a recorrer su cuerpo con mis manos, sin olvidar ni un solo rincón, presionando con suavidad para relajar su cuerpo. Aproveché el momento en el que se encontraba con los ojos cerrados para acercar mi lengua a su coño, recorriendo el pliegue de la raja con la punta. Dio un pequeño salto a notarlo, pero rápidamente volvió a quedarse quieta esperando que continuara, así que no me hice de esperar. Comencé lamiendo cada uno de sus labios exteriormente, jugueteando con mi boca y su pubis, luego interiormente. Lento, de un lado a otro, rozando cada extremo. A pesar de agua podía apreciar su sabor y seguía encantandome, disfrutaba frotar mi lengua contra ella, en movimientos diagonales y rectilíneos, horizontales, verticales, variando la velocidad para volverla loca con el juego de contrastes. A veces presionaba mas, a veces menos. Ella gemía y se removía ante mi juego, pero se mantenía obediente sin moverse de su posición. Era tan sumisa cuando quería, me ponía tan jodidamente cachondo... aunque cuando creía que no podía calentarme mas me levantó la cabeza para que la mirara a los ojos y muy seriamente me dijo. -Soy tuya.- yo volví a lanzarme a su v****a y devorarla con fuerza, haciendo que se retorciera, premiandola por ser una niña obediente. Recorría su anatomía bajo el agua, con la suerte de poder respirar por la nariz, mientras ella masajeaba mi cabeza con sus manos. Rozaba con la punta su clítoris, lo bordeaba, lo atravesaba por encima, volvía a bajar hasta su agujero y volvía a subir... llevé uno de mis dedos a su entrada y comencé a frotarlo levemente contra ella, sin entrar, simplemente acariciando por fuera el poco conocido punto U para proporcionarle una nueva sensación y experiencia. Se retorcía dándome a entender que iba por buen camino, así que aprovechando que comenzaba a humedecerse mas por sus propios jugos ,y a su vez evitando así hacerle daño por la sequedad que el agua podía provocar, introduje el dedo en su interior, rotandolo, moviendolo, jugando con ella. Introduje uno mas y comencé a penetrarla con fuerza mientras sus gemidos resonaban por todo el cuarto de baño. Jugueteaba con mi boca por fuera y con mis dedos en su interior, y comenzaba a notar como sus paredes vaginales se contraían. -No te corras todavía.- Ordené sabiendo que eran inminente. Pero no me hizo caso, en cuestión de unos minutos su cuerpo quedó encorvado sobre el agua y sus uñas clavadas en mi nuca. Se estaba corriendo contra mi cara y eso me encantaba, había comenzado a frotarse ella sola contra mi al notar como yo iba bajando el ritmo poco a poco. -No hice caso a papi, he sido una niña mala.- Dijo juguetona mientras sonreía con maldad cuando me separé de ella. Yo la miré con mi expresión mas severa y le hice un pequeño gesto con el dedo para que se diera la vuelta. Ye ella lo hizo, quedándose casi a cuatro patas sobre el asiento del jacuzzi, apoyada en el respaldo. - ¿Me va a castigar papi?.- Preguntó con tono infantil. Me aproximé a ella y comencé a acariciar su bonito culo con ambas manos. La espuma se escurría por sus piernas y huía del roce de mis palmas, su piel resbalaba bajo la mía... Levanté y una de mis manos y... el sonido del azote retumbó por toda la habitación, seguido de un sonoro gemido por su parte, volví a golpearla en el lado contrario y nuevamente en el derecho. Ella disfrutaba del castigo, sus gemidos la delataban, pero aun así intentaba fingir que estaba en desacuerdo con que la penalizara por no seguir mis ordenes, reprochaba falsamente entre azoto y azote. Su culo comenzaba a ponerse rojo por la presión de mis suaves pero eficaces golpes, volví a acariciar su culo con ambas manos y separando ambas partes aproximé con un golpe de cadera mi polla a su entrada, penentrandola de una por sorpresa. Ella se retorció ante el contacto, pero no dijo nada. Comencé a penetrarla duro, entraba y me quedaba unos segundos dentro, volvía a salir lentamente y volvía a repetir. Poco a poco comenzaba a subir la velocidad, quería que me sintiera llenándola por completo. Sus gemidos se fundían con los míos, mis manos la sujetaban por la cintura ayudándome a impulsarme contra su cuerpo, pero ella no tardó demasiado en comenzar a moverse contra mi pelvis. Follandonos al mismo compás. Las embestidas cada vez adquirían mayor potencia y velocidad. El agua salpicaba a nuestro alrededor. Mi berridos opacaban sus suspiros, se escuchaba el sonar de su culo contra mi cadera. Todo era tan sensual, tan intenso... que no tardaría mucho en correrme. Comencé a notar como mi cuerpo se tensaba y dejé de sentir las piernas, aunque sabia que estaban temblando por el placer que sus movimientos y los míos juntos me provocaban. En una ultima embestida con todas mis fuerzas noté como reventaba. Como explotaba contra ella y en un grito exclamé ''me corro amor''. Pero a pesar de anunciárselo ella no paró, al revés, comenzó a moverse con mayor fuerza y rapidez buscando quizás dejarme sin oxigeno. Me separé agotado por el orgasmo tan intenso que hizo que me fallaran las piernas, teniendo que sentarme en el banquito bajo el agua mientras recuperaba con dificultad la respiración. -Yo aun no me he corrido.- Reprochó con cara de puchero, pero un segundo después esta mueca se convirtió en una mirada macabra mientras se colocaba sobre mi. Quedando con el control de la situación. Me cogió las muñecas sujetándolas por encima de mi cabeza, como si ahora fuera yo su presa. Una pequeña criatura atrapada en su telaraña mortal. Acercó su mano libre a mi cuello y lentamente sus labios se acercaron a los míos para besarme con lentitud, con tranquilidad, como si nos sobrara todo el tiempo del mundo. Su mano en mi cuello fue descendiendo lentamente por mi pecho. Notaba sus uñas clavarse con poca profundidad sobre mi piel y eso lograba erizarmela con cada centímetro que recorría por mi cuerpo. -Ahora tú eres mio y voy a follarte como me apetezca.- Su frase me puso cachondo. Comencé a notar como se recolocaba sobre mis rodillas, apoyando ambas piernas a mis laterales. Bajando su cuerpo poco a poco para comenzar a frotarse contra la punta de mi polla dura y caliente. -Dime que eres mio, dímelo.- Ordenó. -Soy tuyo.- susurré en un suspiro casi insonoro. -Más alto, dímelo.- volvió a gritarme mientras me agarraba de la nuca, elevando mi cabeza obligarme a mirarla a los ojos. La tenia a unos escasos centímetros, desnuda, con un toque de agresividad que me volvía loco. -Soy tuyo joder, soy tuyo, solamente tuyo.- Grité yo mientras intentaba zafarme de su mano, pero me sujetó con mas fuerza, tomando el control completo de la situación. Se dejó caer completamente sobre mi, logrando que mi pene entrara sin ningún problema hasta la altura que ella decidió. Dejó escapar un suspiro cálido contra mi boca, deslizando nuevamente sus manos por mi torso, acariciándome por completo, para volver a subirlas y clavar sus uñas en mis hombros. Comenzó moviéndose despacio, entraba y esperaba un poco antes de salir y volvía a entrar de golpe para volver a quedarse sentada sobre mi regazo impidiendo que me moviera. Notaba su pecho caliente pegado al mio, nuestros cuerpos mojados rozándose el uno contra el otro, su aliento en mi oído. Quería moverme, agarrarla del culo y obligarla a que comenzara a rebotar una y otra vez, pero no me dejaba liberarme de su secuestro por mucho que forcejeara, y cada vez que lo intentaba clavaba sus dientes en mi cuello a modo de castigo, un dolor agridulce que solo conseguía ponerme mas cachondo. -No muerdo, solo si tu no me dejas.- Gimió jugetona mordiéndose el labio inferior mientras comenzaba a moverse mas hábilmente y con mayor rapidez. Notaba que entraba con dificultad, quizás porque en esa posición podía sentirla completamente dentro. Quería que se sintiera completa por mi, estar completamente dentro suyo. Subía y bajaba sobre mi tronco dando pequeñas envestidas mientras nuestros gemidos volvían a fundirse, aunque ella me tapaba la boca con la suya cada vez que mi volumen aumentaba. Me quería calladito y sumiso a sus ordenes y ese rol de dominante que había desarrollado me ponía como un puto animal, aunque en mis jadeos salvajes debía de estar notándolo... porque cada vez que un suspiro salia de mi, intentando contener mis gritos, ella me cabalgaba mas fuerte y yo mas tenso me ponía cada vez que sus tetas rebotaban contra mi o arañaba con pasión mis espalda. Me ardía la piel por las heridas, pero no me importaba, era una sensación que incluso me gustaba, quería llevar sus marcas por todo mi cuerpo, una señal de que era suyo, en cuerpo y alma. Mi cuerpo estaba bastante rígido, intentaba contener el orgasmo que me amenazaba, quería que se corriera ella, así que aprovechando que me había liberado de sus manos comencé a acariciar su cuerpo lentamente. Comencé por su cara, bajando hasta su cuello, con ambas manos por ambos lados al mismo tiempo, llegando a sus hombros, deslizando mis yemas por sus brazos sin dejar un solo rincón sin palpar. Rozando sus clavículas y descendiendo hasta sus mojadas tetas para apretarlas levemente con mis manos y jugar con ellas tanto como quisiera, sus gemidos eran el único permiso que necesitaba. Pellizcaba sus pezones, los acariciaba y rodeaba con mis indices, los pasaba por encima con mis pulgares mientras besaba y lamia su cuello, mordiendo de vez en cuando su dulce piel. Continué bajando mi mano derecha por su vientre, bordeando su ombligo hasta llegar a su pubis. Acariciándolo con suavidad antes de introducir mis dedos entre sus labios vaginales empapados por el agua y sus propios fluidos. Ella seguía follándome con fuerza, su culo rebotaba en el agua salpicándolo todo y cada vez que bajaba mis dedos se deslizaban solos sobre su clítoris, intensificando el orgasmo que poco después tuvo. Sus manos agarraron con una fuerza sobrehumana mis omóplatos, pegándome a ella por completo, se quedó muy quieta con mi pene dentro, completamente dentro. Su cuerpo se tensó e inclinó hacia atrás y perdí de vista su cara... pero su manera de temblar me hizo entender que estaba retorciéndose de placer. Las vibraciones de su cuerpo provocaron en mi un latigazo de corriente que me recorrió por completo el cuerpo y noté como cada musculo de mi cuerpo se encogía llevándome a un orgasmo intenso que me dejó congelado. Inhaló fuertemente y por un momento sentí que se quedaba sin aire, fui disminuyendo el movimiento de mi mano y poco a poco comenzó a respirar de nuevo. Todavía jadeando volvió a una postura normal y se me quedó mirando fijamente a los ojos. -Te quiero.- Sus labios volvieron a aproximarse a los míos para besarme tiernamente, sus manos todavía temblorosas se enlazaron con mi pelo, alborotandolo en una caricia suave. -Te quiero.- Susurré yo cuando se separó un poco de mi, acariciando su mejilla con suavidad. -Estoy reventada...- Se dejó caer sobre mi cuerpo, quedando ambos medio tumbados contra el respaldo del jacuzzi que todavía permanecia caliente y burbujeante. -¿Por que no te acuestas un rato?- -Porque me da miedo que cuando despierte te hayas ido.- -No pienso irme ¿por que crees que me voy a ir?- -porque puede ser que te estés arrepintiendo de esto.- besé su frente en señal de cariño y acercándome a su oído susurré: -Eres ese pequeño deseo del que jamás me arrepentiría, ahora a dormir pequeña.- Salió del jacuzzi con esfuerzo, se notaba el cansancio sobre su cuerpo desnudo... Joder, era tan preciosa, era tan jodidamente perfecta, sus curvas, sus lunares, sus marcas. Sus caderas en las que me perdería cada día de mi vida, su firme espalda y la tenue linea que se le dibujaba en el centro de esta, los pequeños huecos que asomaban en la parte baja. Su pelo mojado, sus piernas largas... juraría que le llegaban desde el cielo hasta el mismísimo infierno. Su culo, su jodido culo perfecto, redondo y pomposo, bien colocado... tan apetitoso y vistoso. -¿Me estas mirando el culo?- Replicó mientras se giraba para descolgar el albornoz de lana blanca y cubrirse con el. -Para que mentir, me has pillado.- Bromeé con mi mejor cara de ''lo siento'' fingido. -Si te portas bien algún día será tuyo ¿Vienes a la cama?- Rió ante mi broma y replicó antes de salir del cuarto de baño, parándose en el marco de la puerta. -voy a darme una ducha primero preciosa.- Desapareció dejándome solo con mis propios pensamientos dentro de la enorme bañera, pasaron un par de minutos antes de que saliera para acto seguido meterme en la ducha de piedra negra.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD