El buen observador que no observa

1397 Words
*** TERRENCE SLOW *** Al salir de la reunión me dirigí a la universidad, llegue algo anticipadamente la clase iniciaba hasta dentro de media hora y decidí sentarme en una de las bancas que tenía el campus debajo de un frondoso árbol que daba una confortante sombra, tomé uno de los libros que me encontraba en turno de leer, esa era una de mis pasiones, cerré mis ojos al sentir la brisa del árbol, mi sentido auditivo se activó automáticamente, normalmente yo decido cuando usarlo y cuando no -Te he dicho que no puedo más, ya no quiero vivir, mi vida es espantosa, estoy cansada de luchar, ya no más- una chica hablaba por teléfono justo detrás del árbol que daba a mi banca, ninguno notó la presencia del otro. Salió de su escondite o al menos lo que ella creía donde guardaba su privacidad, al verla algo se sintió pesado en mi pecho era una humana muy peculiar, su cabellera era muy larga y ondulada en color café castaño, un fleco decorada su frente, sus pestañas eran muy prominentes y espesas, sus ojos tan azules como el mar, un tono que no había observado en muchas personas y miren que he vivido mucho, sus piernas eran extremadamente largas y torneadas, se notaba que hacía ejercicio, su piel era clara pero no tanto como la mía, sus labios eran muy finos pero proporcionados y tenía una figura que muchas quizás habrían de envidiar, me pareció sumamente atractiva, cómo una mujer así de guapa habría de querer la muerte, qué estaría pasando para desear lo mismo que yo. Notó mi presencia y me tiró una mirada de ira, yo entre cerré mis ojos advirtiendo que estaba al tanto de sus palabras pero ella de inmediato giró la cabeza siguiendo su camino, realmente tenía otras cosas más importantes en que pensar así que le reste importancia, cuando una persona anuncia a otra sus deseos de morir es porque en realidad no desea hacerlo, sólo quiere llamar la atención, me quedé unos minutos más en la banca leyendo y me dispuse a irme a las instalaciones, al rodear el árbol vi una pequeña libreta tirada cerca de la raíz, pensé en dejarla ahí pero mi curiosidad fue grande, seguramente era de esa chica, la tomé y la guardé en el bolsillo dentro de mi abrigo por si la veía de nuevo. Entré al auditorio donde usualmente doy mi clase, algunos alumnos ya ocupaban sus lugares, por lo cual procedí con rapidez a sacar mi laptop y proyectar en el cañón el libro que analizaríamos hoy El discurso del método, de René Descartes, era de mis libros favoritos pues la razón siempre está ante todo y este libro la promueve, pensar antes de existir, era muy coherente desde mi punto de vista; comencé la clase, casi siempre procuraba no mirar de manera fija a mis estudiantes, la mayoría eran mujeres, ¿la razón? Las grandes ventajas de la genética inmotipo, mi cuerpo era musculoso de todos lados sin tener si quiera que ejercitarme, mi piel tan blanca como la nieve, mi rostro perfilado y mis pómulos marcados, dentadura sin defecto alguno, labios grandes y ojos color gris claro, eso era el sinónimo de hombre perfecto para la perspectiva humana, por lo cual, constantemente recibía ofertas de mis alumnas para darme algo de calor por la noche, las cuales por la ética que aún poseo he tenido que rechazar y conformarme con alguna que otra compañera maestra que si entran dentro de mi liga, las niñas definitivamente no van conmigo, prefiero salir con chicas fuera del medio de la universidad, en eso no escatimo. Mientras continuaba hablando sentí una ligera incomodidad, una mirada me atravesaba como cuchillos, era la chica del árbol, su mirada era intensa, no sabía si me miraba con molestia por lo de antes o con atención a la clase, sostuve mi mirada sobre ella, quizás más de lo debido pues muchos de los alumnos querían saber a quién miraba en específico, decidí dar la espalda unos minutos haciendo alusión al libro que leíamos, cuando regresé la mirada la enfoque para mirar el nombre en su gafete Amanda Blitz, leí en mi mente. Terminé con la clase, traté de avanzar lo más veloz que pude sin que mi verdadera velocidad saliera a la luz, quería devolver su libreta pero ella se escabulló tan rápido que me fue imposible, sin éxito y con prisa por llegar a mi segunda y última clase, no pude encontrarme con ella, sería hasta la siguiente semana que nuevamente tenga clases con ellos, como antes dije, ser maestro era un hobby y sólo daba dos clases a la semana, mis demás responsabilidades me impedían estar más tiempo en el campus. Una vez que concluí me dirigí al auto, mi chofer ya estaba en el lugar, me alcanzó hasta allí pues me llevaría a otras reuniones y preferí no manejar, mi asistente se llevó mi coche deportivo y yo me subí al auto ejecutivo para emprender rumbo. Durante el camino recordé la libreta, tenía una portada demasiado femenina para mi gusto, algunas calcomanías y el nombre que me confirmaba quien era su dueña, la hojee sin ninguna malicia, pensé que serían notas escolares o algo por el estilo, sin embargo era una especie de diario o libro de ideas personales “Odio ser una huérfana, la mayoría de mis compañeros fueron acompañados en su primer día de clases, mis tíos ni siquiera me dieron para pagar mi matricula y tuve que trabajar como una bestia para poder recolectar el dinero para inscribirme y para hacer mis aportaciones en la casa, pues vivir con ellos no es gratis ni caridad, es algo como un negocio.” Al darme cuenta de las confesiones cerré la libreta de golpe, eran cuestiones que no me competían y de las cuales no debería enterarme, estaba invadiendo la privacidad de una persona. Deje la libreta en descansa brazos y me dispuse a bajar a mi siguiente cita. Al final del día llegué a casa con la libreta aún en mi poder, algo me decía que debía leerla, así que la abrí nuevamente “El estúpido de mi primo y sus amigos hicieron una fiesta, se emborracharon y hacían tanto ruido que no podía dormir, el peor error que pude cometer, salir e intentar razonar con ellos, mi primo me abofeteó y le dijo a sus amigos que me dieran mi merecido que estaba harto de tenerme de arrimada en su casa, tres chicos me tomaron de los brazos y piernas y me llevaron hasta mi cuarto, intenté luchar contra ellos pero fue inútil aparentemente estaban drogados su fuerza esa descomunal, me despojaron de mis ropas y abusaron de mi desmesuradamente, los odio, desearía que murieran todos, me lo arrebataron todo, lo peor fue que cuando acudí a mis tíos ellos no me creyeron y me echaron de la casa, Amy la única amiga que tengo está fuera de las ciudad pues su abuelita falleció y me ofreció quedarme en su apartamento, es horrible, mi vida se ha terminado y no deseo vivir más, aún temo que alguno de esos hombres me haya embarazado, sería lo peor, quiero morir…” Fue inevitable sentir enojo y frustración, quería saber quiénes eran esos tipos y darles la paliza de su vida para que después se pudrieran en la cárcel, ahora comprendía la razón detrás de las palabras de esta tarde, sin duda era un buen motivo pero con ayuda profesional podía superarlo y sobre todo con amigos y gente que le quiera.     *** DIARIO DE AMANDA BLITZ *** CADA DIA CUENTO LOS MINUTOS PARA TERMINAR CON MI SUPLICIO, LLEGAR AL MUNDO Y ESTAR SOLO NO DEBERIA DE SER EL DESTINO DE UN HUMANO, A VECES LAS CIRCUNSTANCIAS TE LLEVAN A ESA SITUACIÓN, NO EXISTE LA BONDAD EN LAS PERSONAS,  HE ENCONTRADO UNAS MUY CONTADAS PERSONAS QUE ME HAN TENDIDO LA MANO PERO EXISTIENDO UNA INMENSIDAD DE PERSONAS PUEDES CONTAR CON LOS DEDOS DE TU MANO A LOS QUE REALMENTE ACTÚAN CON AMOR Y SINCERIDAD. NO DESEO EL MAL A NADIE, AUN CREO EN LA JUSTICIA PERO ME DECEPCIONA SABER QUE MUCHOS CALLAMOS POR LA CORRUPCIÓN, MI TÍO TRABAJA EN LA FISCALÍA Y ME ADVIRTIÓ QUE NO ME ATREVIERA A HACER ALGO DE LO QUE PODRÍA ARREPENTIRME, ASI SIN ESCAPATORIA NO DESEO MAS ESTA PORQUERÍA...
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