Dulce aroma a Frambuesa.

Capítulo 05

"Se me torna Gris el día"

Engel.

La mañana del día siguiente todo se nublo para mí y es lamentable que no de manera literal, eran las siete am cuando una persona muy insistente tocaba la puerta e hizo que me levantara escuchando los gritos de Jared desde la habitación de huéspedes para que abriera.

Como pude baje los escalones sin caerme con las muletas que uso hace un tiempo para no perder la poca imagen de mi cuando caminaba, al abrir la puerta entendí que mi día sería un verdadero asco — ¡Cariño! — el chillido proveniente de mi joven madre me erizo la piel y creo que me caso algo de nauseas.

— Madre — siseo en forma de plegaria para que mi creador la envíe directo a su casa. — ¿qué haces aquí? — me da un empujón nada agradable y se hace paso dentro de mi casa sin permiso alguno.

— Bueno, pase por aquí y pensé en visitar a mi hijo querido. — hace lo que siempre he odiado de ella, revisar mis cosas apenas llega y buscar en mi cama algún tipo de fluido. — tu padre me dijo que hacía mucho que no te veíamos y comento que quizás en una o dos semanas venia para darte una sorpresa.

Alzo mi ceja incrédulo por lo cortante que suele ser mi madre cuando quiere arruinar las cosas que planea papa. — Que bien, dile que lo espero con la puerta abierta — entra a la habitación de huéspedes y en cuanto ve a Jared comienza a gritar como una adolescente en sus días de preparatoria cuando ve algún vídeo de su artista favorito.

—Jared, eres todo un boom boom — mi amigo le da una media sonrisa mientras se coloca la camisa, desde que tengo memoria mi madre siempre lo ha tratado como su hijo favorito sin siquiera ser de la familia o llevar su sangre.

— ¡Susan! que hermosa te vez. — Y volvió mi amigo el tarado que le gusta alabar a mi madre — tenía tanto tiempo sin verte, hasta te veo mucho más guapa que antes. — la morena ríe de una manera desagradable y mi amigo le silba cuando ella camina como en una pasarela, para tener tantos años aún mantiene un buen cuerpo aunque al igual mantiene la misma inmadurez de siempre.

— ¿Ya te vas mama? — ambas personas me miran como si fuera una especie de otro mundo y me hacen a un lado. — bien, ignora a tu hijo al cual has venido a ver solo porque tu esposo te lo dijo. — gruñe y me abraza.

— No seas un agua fiestas cariño, sabes que vendría sin la necesidad de que tu padre me lo ordene. Además, vine también para conocer a mis nueras — suelta otro de sus absurdos chillidos y da saltos en su lugar. — Jared me escribió anoche diciendo que ya tenías una nueva conquista.

Miro al idiota descerebrado de mi amigo estupefacto mientras este trata de ocultarse tras su escudo de "no sé de qué habla, enserió"— creo que estas equivocada, él es quien tiene una chica con media neurona madre. Yo prefiero estar solo y ser feliz. — el moreno me empuja y me hace caer al suelo, luego se da cuenta de lo que hizo y me ayuda a levantarme.

— Lo siento amigo, es que me molesto mucho lo que has dicho de Isa —Susan se va a la cocina en busca de algo que comer y ambos la ignoramos cuando comienza a gritar que le pidamos una pizza.

— Lo siento, pero no andes por ahí contándole mentiras a mi familia y menos a mí caprichosa madre. — espero a que busque mi silla y cuando la pone cerca de mí me subo a ella sin ningún problema.

— Como digas hermano —se va delante y busca a mi madre quien ya estaba preparando algo en la cocina.

Cuatro horas teniendo que aguantar la perfección de mi amigo y madre juntos mientras parecen una familia llena de genes perfectos, estoy sentado en el sofá escuchando como hablan de lo bien que les ha ido en sus vidas mientras yo me pudro en el asiento pensando en las cosas que pude hacer con la mía si no hubiera sufrido ese estúpido accidente. —Podrían callarse —murmuro enojado.

Me sorprende no escuchar nada y tomo un poco de aire para calmarme y pedir perdón. —yo lamento ser... —Nadie, absolutamente nadie está en el mismo lugar que yo. Giro a los lados en busca de alguna de las dos personas pero no les encuentro. — demasiado bueno para ser cierto.

— ¿Qué? — me sobresalto en el lugar cuando escucho la voz de Dulce tras de mí y en efecto es ella quien está parada riendo por el susto que me causo.

— ¿Cuándo llegaste? ¿Cómo entraste? — espero que termine de reírse, se endereza y toma asiento a un lado de mí.

— Iba con mi jefa a hacer unas entregas cuando tu amigo la llamo y dijo que la requería con urgencia aquí, cuando abrieron la puerta una morena voluptuosa le salto encima haciéndoles miles de preguntas — saca unas galletas de su bolsillo y las comes, me da algunas y yo también las como saboreando la delicia de su chocolate. — creo que hasta le arranco algo de su cabello para hacer exámenes de laboratorio.

Me río porque sé que mi madre si lo hará y ella me ve esperando a que diga algo. — ¡cariño! ¿Puedes creer que ella es la novia de Jared? — aparece de la nada señalando a la rubia que sonríe llena de felicidad al igual que la persona que la lleva de la mano.

— Si mama, lo es desde hace mucho tiempo — trato de disimular mi odio hacia el tema que estoy seguro aparecerá dentro de poco.

— ¿Por qué tú no tienes una novia igual de linda? — ¿Ven?, ese es el tema que detesto sacar a flote.

— No lo sé, quizás porque la única chica con la que asenté cabeza me traiciono con uno de tus sobrinos un mes después de que perdí las piernas ¡en mi propia cama! — la habitación quedo en silencio o al menos un poco, ya que, Dulce masticando sus galletas hacían un leve sonido.

— Cariño no me... — la detengo antes de que trate de decir algo que lo arruine más y dejo salir lo que retengo.

— Mamá, no tengo piernas. No voy a tener la misma suerte que tiene Jared, él puede sacar a una chica a bailar, puede salir a caminar con ella, puede tener actos íntimos con mayor facilidad y correr tras ella en caso de que arruine algo... Yo no... —murmuro y siento como mis lágrimas recorren mi cara.

— Eso es... — comenta Dulce mirándome y todos la observan. — es lo más estúpido y de baja autoestima que he escuchado en mi vida