-Me senté a tomar el café con Camilo, el solo me observaba pero no hablaba así que tuve que romper el hielo- -Camilo te agradezco por tu preocupación pero hoy seré una mujer ciega, se muy bien quién es mi esposo- -¿Lo aceptas?- pregunto -Si- -Vi la cara de decepción de Camilo, pero no puedo decirle que no tengo opción- -Ana no se que es lo que te pasa, desde cuando te volviste tan sumisa- -Cami por favor si vamos hablar de mi relación entonces creo que dejaremos el café para otro día- -Me levante y recogí mi taza- -Camilo se acercó a mi- -Ana ¿dime con que te están presionando?- -¿Que?- -Debe existir una razón de peso para que tú estés tan ciega- -Camilo abandonó el local- -Si supiera los millones que debo- susurré -Después de un rato llegó Felicia, ella era mi refugio-

