Capitulo 3

1523 Words
—Hemos experimentado con la inseminación artificial con hombres lobo y mujeres lobo, pero los resultados han sido dispares. En general, no ha funcionado. Si juntamos el semen de cinco hombres, ha funcionado algunas veces, pero no de forma consistente. —Entonces, si me quedo embarazada, ¿tendré una camada de cachorros?—. Dicho en broma. —Tendrás un hijo con aspecto humano. No cambiamos hasta alcanzar la madurez, que es más rápida que la de los humanos, alrededor de los siete u ocho años. —¿De todos modos tenéis sexo entre vosotros, incluso si no estáis produciendo cachorros? —Somos muy sexuados. Follamos a menudo. Terminé de desayunar y me aparté de la mesa. —Todo esto ha sido una broma bastante divertida. No para mí, que estoy desesperada por trabajar, y para ti es caro, considerando lo que te costó la visita al médico. Al menos sé que estoy sana, pero tendré que volver y que me receten anticonceptivos, lo cual es molesto. —No estoy bromeando. —Claro, porque lo que has dicho tiene mucho sentido. —Puedo demostrártelo. —¿Aquí? —Aquí no. Leyes federales, recuerda. Puedo mostrártelo en tu casa o en el bosque. —Es como si fuera a salir al bosque con alguien que parece un poco raro. —Entonces tu casa. —¿Eso es más seguro? —Antes de salir del coche, programa tu teléfono para llamar al 911. Déjame entrar en casa y te lo demostraré con el dedo, listo para llamar a la policía. Tengo que quitarme la ropa antes de cambiarme para no arruinarla, así que ten en cuenta que estaré desnudo. La idea de ver a ese galán desnudo me emocionó de nuevo, y él sonrió, el muy presumido, como si lo supiera. ¿De verdad quería arriesgarme por la oportunidad de ver a este Adonis con el culo al aire? Quizás. —Bien, sígueme a mi casa. No bajes del coche hasta que abra la puerta y te invite a pasar, probablemente después de que tenga una pistola en la mano además del teléfono. ¿O necesito balas de plata? Volvió a sonreír. —Las balas normales funcionan. Las balas de plata funcionan más rápido. Yo me encargo de la cuenta. No necesito seguirte. Sé dónde está tu casa. Así tendrás más tiempo para prepararte. Me quedaré en mi coche hasta que me des la bienvenida. Puse mi dirección en la solicitud, así que supongo que lo hizo. Mientras conducía de vuelta a casa, me pregunté si era inteligente dejar entrar en casa a alguien que quizá estuviera un poco loco y a quien no conocía. Sin embargo, no había mentido sobre el arma. Tenía una Ruger .357 cargada con amortiguadores Hydra. La tenía cerca de la cama, así que la conseguí. No me molesté en llamar. René me esperaba afuera en su coche cuando volví a la puerta. Abrí la puerta y lo invité a pasar. No me molesté en esconder el arma. Quería que supiera que la tenía. Me alejé unos tres metros de la puerta antes de que entrara, indicándole que entrara a la sala con el arma. Volvió a sonreír. —Me voy a desvestir ahora—, dijo. —Sí, sí. Muévete despacio. Siguió mis órdenes, moviéndose despacio mientras se quitaba la ropa, primero los zapatos y los calcetines, luego la camisa, y finalmente los pantalones y la ropa interior. ¡Madre mía! Todo lo que su cuerpo prometía al vestirse, lo cumplió con creces. Tenía más vello de lo que normalmente me gustaba, pero maldita sea, le quedaba bien, y a su polla; una maravilla. De 12,5 a 15 cm de largo incluso flácido. Mi corazón latía a mil por hora, y ya sabes qué, la excitación era aún mayor. —¿Estás casado?— pregunté, lo cual fue una estupidez, porque quizá tendría que matarlo. —Sí. Bueno, se aparearon, que es casi lo mismo. —¿Qué opina tu pareja de que intentes fecundar a otra mujer? ¿O se supone que otro lobo me follará? —Es por el bien de la manada, y esperamos que lo hagas con más de uno. Voy a cambiar pronto. Será repentino, así que, por favor, no me dispares solo porque parezco un lobo. No soy peligroso para ti. De hecho, quizás quieras quitar el dedo del gatillo. —Retroceda otros tres metros. —Muy bien. —Retrocedió tres metros más—. En unos cinco segundos. Quité el dedo del gatillo y empecé a contar para mis adentros. Las películas de hombres lobo que había visto mostraban esta larga transformación, como segundos de agonía mientras los huesos se reformaban. No esperaba ningún cambio, pero en un instante, me encontré mirando al perro más grande que jamás había visto. Sus ojos eran dorados, un poco más amarillos que los ojos marrón dorado que tenía de humano. Se sentó, bostezó y se lamió los labios (¿los labios?), sin amenazarme en absoluto. ¿Cuál es el protocolo para tratar con un cambiaformas? —¡Jesús! Juraría que sonrió cuando dije eso. Hubo otro cambio rápido, y René estaba arrodillado en el suelo de mi sala. —¿Estás convencido?—, preguntó René, levantándose. Su pene parecía más erecto que cuando se cambió. Se dio cuenta de que le estaba mirando el pene. —Huelo tu excitación. Suele prepararnos cuando una mujer está en celo. En celo lo describió bastante bien. —¿Alguno de ustedes, hombres lobo, corría junto a mí por el bosque un día que yo corría? —Ese era yo. Me acerqué un poco más para captar tu olor. Los lobos dependen del olfato para muchas cosas. —Entonces, ¿qué otros cuentos de hadas son ciertos y por los que podría creer que siguen siendo cuentos de hadas? —Bueno, hay otros tipos de cambiaformas; en este país, panteras, osos y algunas águilas. Los lobos son los únicos que tienen un tratado con el gobierno. Los demás son en su mayoría solitarios, y a veces, ayudamos al gobierno a cazarlos si se están convirtiendo en humanos. —¿Qué pasa con los vampiros? —Los no muertos. Creo que el último de ellos fue exterminado hace unos doscientos años, aunque no podría asegurarlo. Mantienen un perfil bajo si aún andan por ahí. —¿Cuánto tiempo vives? —Mucho tiempo, pero no inmortal, unos trescientos años. Tengo ciento treinta. Vi el tratado firmado con los humanos cuando era un cachorro. Sea lo que sea que hace que la transformación funcione, tiende a erradicar enfermedades y a renovar nuestros cromosomas, lo que ralentiza el envejecimiento. No puedo contagiarte una ETS. No las contraemos. Nos recuperamos de la mayoría de las lesiones de forma asombrosa. Con el tiempo, envejecemos, pero suele ser bastante repentino. Permaneceré así durante unos ciento setenta años más, luego envejeceré rápidamente y moriré. —Increíble, jodidamente. —Ahora que sabes de nosotros, ¿estás dispuesto a ayudar? —¿Cómo es follar con un lobo? —¿Alguna vez has visto a dos perros follando? —Si lo hice, no estaba prestando mucha atención. ¿Por qué no me lo dices? —Bueno, obviamente somos peludos, así que ahí está la diferencia. Nuestros p***s suelen ser más o menos del mismo tamaño en forma humana o de lobo.— Bueno saberlo. —Quizás no quieras besarte mientras follamos, los dientes, ya sabes. Como los perros, formamos un nudo al aparearnos. La carne en la base del pene del lobo se infla, casi como un globo, y quedamos unidos a nuestra pareja hasta que el acto termina, lo que puede ser mediante dos orgasmos en algunos casos. En forma humana, el apareamiento es idéntico al de los humanos: sin nudo, pero tampoco descendencia de hombre lobo. Cuando eres fértil, no podemos follarte como humanos, tenemos que hacerlo como lobos, ya que no queremos crear otro humano." —¿Qué haces si creas descendencia humana? —Lamentablemente, la mayoría de las veces los damos en adopción. A menos que uno de nosotros se aparee con la mujer humana, lo cual es muy raro, entonces criaremos al niño. Un bebé humano correría peligro con los cachorros de lobo. El riesgo de ser mordido. Somos como perros en ese sentido: mucho juego brusco de jóvenes, y el riesgo de colmillos siempre está presente. El gobierno tiene una agencia de adopción especial para nosotros. —¿Por qué es raro que te aparees con hembras humanas? —Esperanza de vida. Vivo más que tres, quizás incluso cuatro hembras humanas. Si creáramos hombres lobo, vivirían mucho más que sus madres. Si fuera humano, sobreviviría a mis nietos. —¿Qué más debería saber sobre tu manada? —Aunque nos apareamos de por vida, tendemos a ser poliamorosos. No es raro que tengamos relaciones sexuales con otros miembros de la manada, tanto humanos como lobos. Incluso algunos juegos de tipo homosexual, sobre todo cuando un alfa domina a un beta o lobo de casta inferior. —¿Qué sería yo para la manada como humano? ¿Tengo que follar con todos?
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