Capítulo 5

2399 Words
Siento como su mirada sigue mis movimientos meticulosamente, Derek se percata de mi incomodidad, me coge de la mano llamando mi atención, pega su mejilla contra la mía y con palpable curiosidad pregunta: — ¿sucede algo? Niego con la cabeza y me fuerzo a regalarle mi sonrisa más tranquilizadora, no quiero que ella se percate de mi malestar, me niego. — háblame de tu madre — dice Lucia llamando la atención de todos — en estos tres días no la has mencionado — sonríe curiosa por saber de la mujer que me dio la vida. Ahora la que sonríe soy yo, todos me miran atentos, curiosos por saber de ella, incluso Derek, que nunca me ha escuchado hablar de ella, hablar de mi supuesta madre nunca ha supuesto un problema para mi, de hecho siempre disfruto de ello. — en realidad no hay mucho que hablar, para mi la señora que me dio a luz, está muerta — sentencio sin molestarme en ocultar el reacio que siento hacia esa mujer. — ¿por qué dices eso? — pregunta Lucia confusa, no lo entiende. — Esa mujer solo me tuvo como un aval para mantener atado a mi padre, pero eso solo fue hasta que caímos en quiebra y el dinero empezó a escasear, nos abandonó para irse con otro que tenía más dinero que mi padre — relato la historia a grandes rasgos, cuando eso pasó yo solo tenía tres años. Lo cierto es que no me gusta hablar de ella, no me supone ningún problema hacerlo, pero no me gusta, aunque se puede decir que de alguna forma vale la pena al ver los gestos de horror de Elizabeth, hasta cierto punto es gracioso. — Y- Y ....Y tu padre? — pregunta Elizabeth con cautela. La miro estudiando cada gesto de su cara, tiene el ceño fruncido, espalda erguida y por como juega con su mechón rubio puedo asegurar que está casi tan incomoda como yo, aunque la diferencia aquí es que la única que tiene mucho que perder, es ella. — Murió Aprieto los puños con impotencia cuando suelta un suspiro y la comisura de sus labios hacen ademán de elevarse en una media sonrisa, casi imperceptible pues solo lo noto yo, ella también lo nota pues ahora finge cara de circunstancias, pero a mi no me engaña y sé que ya he sobrepasado mi límite, me niego a estar un segundo más compartiendo el mismo aire con ese personaje. Con un leve "perdón" me levanto y subo a mi habitación sin dar más explicaciones, con rapidez empiezo a guardar mis cosas en la maleta, me voy de aquí, y si Derek quiere quitarme mi empresa, que así sea, pero esta situación me supera, puede conmigo y yo ya me cansé de luchar, aguantar al castaño es una cosa, pero tener que lidiar con esa mujer es una línea que no voy a cruzar jamás en la vida, nerviosa y casi desesperada hago un par de llamadas para que vengan a recogerme, el taxi más cercano. Después de unos minutos aparece un Derek confundido, no entiende que está pasando, o que ha pasado, para él nada tiene sentido. — ¿por que hay un taxi en la entrada preguntando por ti? — pregunta mirando mi maleta hecha y mi cara de decisión. Ignoro su pregunta y bajo las escaleras en dirección a la salida, el castaño me sigue de cerca confusos sigue sin entenderlo y no espero que lo haga, solo quiero que respete mi decisión. — teníamos un trato — dice cogiéndome del brazo. Me obliga a mirarlo mientras el taxista guarda la única maleta que me traje, se le nota ansioso, su mirada me penetra confundiéndome, parece querer que me quede a toda costa, pero de pronto su mirada triste cambia a una más amenazante, dispuesto a cumplir su amenaza y se que llegados a este punto, el Derek de aquella cafetería volvió. — no te tengo que dar explicaciones del porqué hago lo que hago Derek, en lo que a mi respecta, tu y yo no somos nada, si bien teníamos un trato, ahora lo doy por finalizado— sentencio segura en mi misma — si quieres quitarme lo poco que me queda, adelante, hazlo, veremos quien gana. Sin decir más nada, subo al coche y le hago una señal al conductor para que avance, por el espejo retrovisor veo como la mansión junto a Derek se hacen cada vez más pequeño y se que voy a tener que ir preparándome mentalmente para una pelea de poderes del cual estoy segura que el vencedor será el intocable Derek Black (...) Tras un largo y cansado viaje, por fin llego a casa, cansada me dejo caer sobre mi cama y no puedo evitar echar de menos el calor que el cuerpo de Derek desprendía dormido a mi lado, con un suspiro resignada abandono la cama y emprendo camino a la cocina en busca de algún tipo de licor con el que poder desahogarme, pero al parecer la suerte no esta de mi parte, los estantes están vacíos, salvo por unas latas viejas de conserva y alguna que otra bebida energética, cabizbaja decido bajar en busca de algún bar que pueda saciarme. Diviso un bar en la esquina y decidida emprendo camino hacia allí, no sin antes revisar mi aspecto, visto un simple pantalón pitillo oscuro y una chaqueta de cuero, nada mal para un bar de los suburbios, decidida entro a aquel local que por fuera no tenía mala apariencia, pero por dentro era otra historia, todo parecía ser bastante viejo, era el típico bar de carretera, una barra larga con hombres con pintas nada agradables beber su vaso de licor, titubee un momento pero que me hicieran algo no era siquiera una opción, sé defenderme. Después de algunas copas ya había perdido la cuenta, y mi cuerpo entero sentía que estaba excediendo ya el límite, con la visión borrosa y manos temblorosas apenas consigo llevar ese vaso lleno de licor a mis labios que ansiosos esperan sentir ese sabor amargo propio del Bourbon. — Hola De reojo observo como una figura femenina se sienta en el taburete libre a mi lado, no le respondo pues no estoy segura si es conmigo con quien habla, alguna canción de AC/DC resuena por unos altavoces del local. — Eres Alexia Hunter ¿Cierto?— pregunta la desconocida. Con una ceja enarcada la miro, pelirroja, guapa de cara, bonitos ojos pero nada especial, viste con vestido ceñido hasta las rodillas, una chaqueta de franela blanca, su forma de vestir o simplemente ella con ese elegante moño alto perfectamente hecho, con más maquillaje del que debería en un vago intento de acentuar su belleza, no pinta en este lugar, ni siquiera yo pertenezco aquí. — ¿Quien eres?— pregunto con la voz ronca. Todo a mi al rededor empieza a dar vueltas pero se que aun no estoy al límite, con una señal le ordeno al barman que me sirva otra copa, dubitativo decide ceder ante las demandas del cliente, internamente se lo agradezco. — me llamo Amanda, trabajo para la revista People— se presenta orgullosa de su profesión. Frunzo el ceño extrañada, se supone que tendría que estar buscando algún famoso para sonsacarle cosas que afectarán a su carrera, ese tipo de gente me saca de quicio. Ignorándola vuelvo a mirar mi vaso nuevamente lleno. — ¿Es cierto que usted es la esposa del famoso magnate Derek Black? — pregunta después de un breve silencio. La miro con el ceño fruncido ¿como es que sabe de eso? Una de las condiciones que ambos propusimos era mantener nuestra relación en privado, nunca tuvimos la necesidad de hacer actos públicos, no éramos de esa clase de personas. — No — respondo más cortante de lo que me hubiera gustado. Su sonrisa se le borra casi tan rápido como apareció, arruga el ceño marcando unas cuantas arrugas en señal de confusión. — No puede negarlo señorita, tengo pruebas que confirman que usted y el señor Black contrajeron matrimonio hace tres años, más concretamente el 13 de junio — dice mostrándome una foto de nuestro certificado de matrimonio. Me sorprendo al ver que realmente tiene en su posesion dicha prueba, no sé siquiera como las consiguió, pero eso ya no importaba, de todas formas estamos divorciándonos, en respuesta me encojo de hombros y me bebes el resto de mi bebida. — ¿Es cierto que su padre murió hace seis años a causa del... — no sigas por ahí — le interrumpo con voz amenazante — aléjate de mi. Es un tema que no voy a tocar y menos con esa mujer, pago al barman antes de alejarme de aquel bar, de aquella mujer que parecía saber más que cualquiera de mi círculo, tambaleante consigo llegar al portal de mi edificio. Saco las llaves de mi bolsillo e intento meterlo en la cerradura con torpeza, la muy rebelde se niega, miro a los de la calle rezando que nadie vea el ridiculo que estoy haciendo, mis llaves se caen de mis manos cuando veo a la persona que hizo de mi adolescencia un infierno, no le veo la cara, pero se que es el, de pie bajo una farola que no funciona, parece estar casi fundido con la oscuridad, puedo imaginar esos verdosos ojos observándome divertidos, con el corazón latiéndome a mil recojo la llave del y abro el portón de un solo intento. Con la respiración agitada me apoyo en la pared, tal vez lo que vi fuera es solo un espejismo creado por mi borrachera, si, eso tiene que ser. Aun un un poco alterada por lo que vi, subo las escaleras hasta el cuarto piso donde se encuentra mi apartamento, los escalones no dejan de moverse vacilando bajo mis pies, desgraciadamente el ascensor está fuera de servicio y ninguno de los vecinos está dispuesta a pagar el mantenimiento de estos. Me sorprendo al ver a Derek sentado en los últimos escalones, como si fuera otro espejismo, me mira curioso, esos ojos azules rojos..de llorar, quizás solo de sueño. —donde estabas?— pregunta con la voz ronca. Lo miro con una sonrisa estúpida en mi cara, arruga el ceño, seguro ya se dió cuenta que estoy borracha, no importa, subo dos escalones mas acortando las distancias, tomo una larga respiración, algo dentro de mi se remueve ansioso. — ¿que haces aquí?— pregunto arrastrando las palabras. — estas borracha — no es una pregunta, está afirmando. Subo los pocos escalones que quedan, y como pasó con el portón me pasa con la puerta de mi casa, la maldita llave no quiere entrar, o quizás no es esa, achino los ojos y acerco las llaves para poder verla mejor, intentaba abrir con la llave de mi coche, que tonta. — dame, si sigues así te volverás ciega—dice divertido. Bipolar. — yhdudj spubded —murmuro lo se tendría que entenderse como "yo puedo". — no, no puedes, dame— dice quitándome las llaves de la mano. No se como me entendió, a regañadientes me hago a un lado para que abra, sin poder evitarlo mientras abre la puerta, apoyo mi cara sobre su ancha y fuerte espalda, dejo que mi cuerpo descanse un segundo sobre el suyo, cierro los ojos aspiro su aroma que hasta ahora no ha dejado de ser una droga para mí, oigo la puerta abrirse pero no me quiero separar, me siento cómoda así. — puedes hacerme un favor?— le pregunto en voz tan baja que me sorprendería si lo escuchase. —lo que sea — este hombre me sorprende cada día mas. Achaco mi borrachera a lo que estoy a punto de decirle. —puedes fingir que me quieres ésta noche, solo ésta noche — susurro. Me siento tan sola en esa cama que se me hace gigante sin Derek ahí, a pesar de todo me he acostumbrado a dormir acompañada, se supone que soy una mujer independiente, y así lo soy. — mejor no — me retracto recobrando la compostura — ¿a que has venido?— le pregunto separándome bruscamente de él. Entro a la cocina y me preparo un café bien cargado con la esperanza que con eso se me pase la borrachera y Derek se vaya olvidado por completo lo que le dije, le dejé ver una parte de mí que ni yo misma quería ver. El alcohol va despareciendo lentamente de mi sistema, no estoy borracha pero sí un poco achispada. —Alex, vives aquí?- pregunta sorprendido . No es para nada grande, de hecho la sala tiene un solo sofá y una tele mas antigua que yo, y la cocina solo consta de una mesa cuadrada, una nevera pequeña, la cocina, y unos armarios para guardar los platos que no tengo y que lo único que hay son licores ahora vacíos, ¿me he convertido en una borracha?, tengo que dejar la bebida. —donde si no?—le digo con el ceño fruncido — que haces aquí? — vuelvo a preguntar ya que parece que la primera vez no me escuchó. — acaso no tienes dinero para una casa mas grande como tu te mereces? — pregunta ignorando mi pregunta. — tengo de sobra, no quiero una casa mas grande, aquí la comparto con mi novio— le miento. Su mirada se oscurece peligrosamente, no se por que dije lo que dije, soy una adulta por dios, no puedo ir por la vida dando celos a mi ex marido. —tienes novio? — pregunta con la mandíbula apretada. — no, no tengo, solo me lo inventé para ver tu reacción — mis palabras suenan sarcásticas pero son la pura verdad. — ya, claro — murmura mas para sí mismo que para mi. — por cierto, una mujer está escribiendo un articulo sobre ti y tu esposa — le digo cambiando de tema. — enserio?— dice disimulando una ¿sonrisa?. No lo sé, pero no luce como si quisiera asesinar a alguien, siempre ha sido muy protector con su vida personal. — ahora puedes encargarte de que esa información no salga a la luz...si me disculpas...fuera de mi casa —le digo señalando la puerta. Con un gruñido reprobatorio se va como si no le importase nada, tranquilo, como siempre.
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