"No existen los secretos"
<<Angy>>
Limpio las marcas con agua, tratando en lo posible de eliminarlas. Esta vez Marcus excedió su fuerza conmigo, molesto apretó mis muñecas y por muy raro que parece las quemó.
Tanto él como yo quedamos sorprendidos.
Pude ver la caída de sus facciones, se sintió mal y lo noté. Pero, ¿cómo es posible que tocando me quemara?, es ilógico, aunque aquí nada es lógico.
Lobos plateados que comen a los más débiles, oscuros sin almas, familias encerradas en espera de que llueva sangre.
Este mundo es muy extraño.
Marcus salió hace un rato a buscar comida en cuanto mi estómago empezó a rugir, Marco aún no llega y sus padres tampoco, para colmo discutí con el único oscuro que puede sacarme de este sitio o eso creo.
Suspiro. El vaho se nota demasiado, quedando como humo espeso de color blanco en el aire.
Escucho un grito y cubro mis oídos, no quiero seguir aquí.
—Encontré comida— abro los ojos y observo a Marcus cubierto de sangre, en sus brazos trae una especie de venado con cuatro ojos de color púrpura. Asco, pero no puedo hacer nada sino ingiero algo puedo debilitarme y ser carne fresca para otros oscuros.
— Se ve... Apetitoso. —Miento.
Hace una mueca y me hace señas con la cabeza para que lo siga, lo hago de inmediato. En este momento importa poco lo que pasara horas antes, si quiero sobrevivir debo apegarme a él como una garrapata.
Caminamos hasta llegar a una cocina elegante pero de ese tipo que salen en películas de horror, tiene cuchillos enormes y con formas raras. En la mesa que está en medio hay una gran tabla de color blanco cubierta de sangre que huele mal, a un lado tiene un cuchillo que se asemeja a las espadas de Poe.
Una idea se adentra en mi cabeza... ¿Podría ser posible que Marcus le diera esas espadas al castaño? Arrugo la nariz en cuanto noto como con habilidad saca las tripas del animal, las cuales son de color n***o.
Las echa en una esquina y se voltea, tomando de las cerámicas un cofre. Al abrirlo identifico de inmediato las bolsas plásticas que tiene dentro ¿Cómo hay esos materiales en este mundo?
Arroja unas cuantas plantas sobre el cuerpo inerte del animal y luego, abre lo que parece ser un horno. El olor que sale es asqueroso tanto que me produce arcadas y él ríe divertido, las llamaradas de fuego que produce el objeto son sorprendentes, parecen llamas del infierno mismo.
—Ya está. — Dice, limpiando sus manos sobre agua. — Dentro de unos minutos vas a comer algo un tanto... Diferente. No acostumbro a cocinar, por lo general lo hace Marta.
Los minutos son agobiantes cuando no se habla y es exacto lo que pasa entre nosotros, él mira a la nada y yo, trato en lo posible de no alterarlo.
— ¿Puedo...— Debo salir de dudas— preguntar, cómo son las cosas en este lugar?
— ¿Cómo son?, es simple. — Dice fijando su mirada oscura en mi rostro— Si eres débil mueres, si eres fuerte luchas con otros para saber quién es mejor y si no matas, eres asesinado. ¿Entiendes?
Asiento, Marcus se levanta y abre el horno para sacar la carne del mismo.
—Listo, come. — Ordena colocando en medio de ambos lo que cocinó. Con un cuchillo pico un pedazo, lo soplo y meto a mi boca. — ¿Qué tal está?
Me sorprende en serio que de su boca puedan salir ese tipo de palabras o al menos que pueda parecer interesado en alguien.
—Está delicioso— mentira, es lo peor que he probado en la vida pero le daré ese detalle a que no estoy acostumbrada a este mundo y sus alimentos tan peculiares.
Abre la boca para decir algo, pero de inmediato la puerta de la cocina es abierta de golpe y por ella, un muy herido Marco entra.
—Tenemos un grave problema...— Cae al suelo y su hermano mayor se acerca a él, mordiendo su dedo y dejando que la sangre caiga sobre los labios del menor.
No tengo idea de porqué hace eso.
—La sangre lo ayudará a cicatrizar por dentro— comenta, como sí leyera mi mente— es efectivo siempre y cuando sea entre personas de linaje puro.
Qué cambio tan repentino tuvo, ¿acaso le dijeron que iba a morir en el mundo humano?
— ¿Cuál es el problema?
Marco respira profundo y sus ojos se vuelven por completo negros, con ello sus heridas comienzan a cerrarse y su cabello pasa a cambiar a un plateado leve.
—Los oscuros que cambian de forma están perdiendo la razón. Entre ellos Máximo y Marta, los encontré al fondo del risco de recuerdos y me atacaron, estaban atacándose los unos a los otros, sin importar la jerarquía o sangre... — Vuelve a la forma normal y se pone en pie.
—Es cómo aquella vez— los miro intentando entender y Marco resopla. — Hubo un día en que los oscuros perdieron el poder sobre la "oscuridad" por así decirlo, fue el mismo en que los demonios atacaron a los superiores y asesinaron al primogénito de Allek.
—Se dice...— continua Marco metiendo las tripas que Marcus dejó, en su boca. Saboreando y sonriendo cuando observa mi expresión de asco— que el demonio atacó al más débil de ellos y sin querer dañó una parte de su mente, que lo dejó en un estado en el que a futuro podría perder el dominio sobre los "oscuros bestiales" esos que son como lobos.
Inhalo profundo cuando Marcus agarra uno de los enormes cuchillos y lo abanica, él tiene algo en mente y no parece nada bueno.
— ¿Cómo podemos detenerlos?— indago, sentándome antes de que Marcus intente probar el objeto filoso conmigo.
—No podemos. Solo se es capaz de controlarlos. — Guarda el cuchillo y toma otro— Y no todos pueden, nada más Barto es quien lo hace.
— ¿Hace?— me observa y sonríe.
— Sí. Porque, él aún sigue vivo... Pero, muy bien escondido.
Marco aplaude y ríe divertido.
—Ni tanto. — Lo miramos atentos— Digamos que, descubrí dónde está su "hogar" cuando encontré a nuestros padres en el "risco"
Hace comilla con los dedos y de inmediato capto lo que se está refiriendo, empiezo a creer que voy a tardar más de lo debido en el mundo oscuro.