Capítulo 6.

1696 Words
Tardé aproximadamente una semana en acomodar mis asuntos, también es el tiempo que he estado alejada de Jesse y siento que ya no lo tolero más, necesitaba verlo y besarlo, sentirlo a mi lado. Pero no voy a negar que muy en el fondo de mi ser esto me recordaba a aquella vez, temía llegar y encontrarme con algo que no sería muy agradable para mí y que nuevamente rompería mi corazón en pedazos. Basta no pienses así, él ha cambiado>> Mi consciencia trataba de calmar mis nervios y creo que poco a poco lo lograba. El avión donde venía estaba aterrizando luego de un largo viaje, bastante agotador y muy útil para pensar sobre que hacer de mi vida en esta nueva aventura. Aún no lo podía creer, había comenzado una aventura nueva y muy arriesgada personalmente hablando como profesional, pero estoy muy segura que es algo que había estado necesitando desde hacía mucho tiempo. Mis amigas se habían sorprendido mucho cuando les comenté lo que haría, estaban muy feliz por mí eso si, pero les sorprendió de gran manera porque aunque era abierta a los cambios, luego de todo lo ocurrido en el pasado me había vuelto un poco cerrada en algunos aspectos de mi vida. La comodidad era algo necesario para mi, un lugar mío donde volver, por 6 meses no tendré esa opción y era un gran cambio para mí. Una vez el avión tocó suelo español mis pulmones comenzaron a respirar tranquilamente otra vez, se supone que por mi trabajo debería estar acostumbrada pero la verdad es que aún le temo a volar y siempre termino muy mareada. Descendimos y caminé el pequeño trayecto para ir en busca de mi maleta, pero un enorme y muy llamativo letrero captó mi atención. Sonreí apenas pude ver su rostro, su sonrisa iluminaba todo el lugar y sus ojos se encontraban brillantes por la emoción. Había venido a buscarme, no había pensado que lo haría, recuerdo que me había preguntado cuando volaría y más o menos el tiempo de llegada estimada, lo que menos pensé es que se tomaría el tiempo en venir a buscarme. Realmente había cambiado y con cada apto me lo demostraba. Tomé mis maletas, que por cierto no eran pocas, y fui hasta donde se encontraba del otro lado de la línea. Cuando estuve cerca dejé de caminar porque quería un momento para poder observarlo con detenimiento, él pareció percatarse que no se movió y tan solo enfocó su mirada llena de perversión sobre mí. — Sabes que cuando me miras de esa forma despiertas cosas en mí. — me dice de una forma coqueta. — Estaba apreciando al hombre más sexy del lugar parado con un cartel muy afeminado que para nada está acorde con él. — ¿Te gusta hermosa? Lo hice para ti, me llevó unos días hacerlo. — Ya lo imagino — contesto y me acerco a él dándole un profundo beso lleno de necesidad por tocar su piel, por sentirlo a él — Gracias por venir, no te esperaba. Jesse me mira con el ceño fruncido y con su lengua chasquea. Mi comentario pareció molestarlo un poco. — ¿Y por qué no vendría a buscar a mi novia? Amor, estos días lejos tuyo luego de la hermosa semana donde no nos despagamos del otro, créeme cuando te digo que fue una verdadera tortura. Te extrañé horrores y no sabes como esperé poder tenerte en mis brazos. — Yo también te extrañé. — respondí. No sabía que más decirle, claramente herí un poco sus sentimientos. — Entiendo que esta desconfianza la tengo merecida, pero creí que habíamos dejado claro que comenzaríamos de nuevo. Soy una persona diferente Daniela, por favor dame la segunda oportunidad que tanto rogué. — Ya no hay oportunidades que dar, como dijiste comenzamos otra vez así que no sé de qué hablas. Quise esquivar sus palabras porque en cierta forma me dolieron a mi también, se que no podía evitar comportarme de esa forma porque sin siquiera pensarlo mi yo interior se defiende ante la duda de una traición nuevamente, aunque estoy muy consciente de que el Jesse de hace algunos años al Jesse que es ahora para nada son parecidos. Debía aprender a guardarme esas autodefensas y darme a mi misma esa segunda oportunidad de amar. Jesse tomó mis maletas y fuimos hasta su auto que se encontraba en al aparcamiento, una camioneta Jeep bastante amplia donde pudo caber todo lo que me he traído conmigo. Luego me preguntó si aún me encontraba mareada después del vuelo y eso me sorprendió, aún lo recordaba. Así que me dijo que haríamos una parada en una cafetería donde primero debíamos desayunar ya que era bastante temprano y yo llevaba horas sin probar bocado. Al ingresar a la pequeña cafetería un tanto rústica pero muy pacífica, con una suave música de fondo. El aroma penetrante del café invadiendo mis fosas hizo que mi estómago rogara por una taza y algo dulce para acompañar. Él me veía con una sonrisa en su rostro, sabía como me encontraba ya y estaba muy feliz por haber logrado eso trayéndome a este lugar. Me conocía muy bien y conocía mis gustos. — Buenos días señor Alexandre, me alegro volver a verlo. Una mujer de unos 45 años de edad, muy bonita y sonriente saluda a Jesse con una familiaridad que me dejó muy claro que él suele frecuentar este lugar muy seguido. La mujer me miró y su sonrisa se ensanchó aún más. — ¿Es ella? Ha llegado finalmente. — Así es Estela, es mi novia. Daniela Rivera, Dani ella es la encargada de esta cafetería Estela Pérez. — Un gusto conocerte Daniela. — El gusto es todo mío. Debo decir que este lugar es hermoso. — Muchas gracias. — respondieron al mismo tiempo Estela y Jesse. No comprendí en ese momento por qué ambos agradecieron al mismo tiempo, ¿Qué es lo que me estaba perdiendo? Al parecer mi confusión se hizo muy evidente porque de inmediato Jesse me sonrió tranquilizándome y me señaló todo le lugar con las manos para luego responder mis dudas silenciosas. — Todo este lugar, es mío. Es mi favorito, aunque tengo alrededor de 10 más distribuidos por cada ciudad en España. Es un proyecto que inició no hace mucho por lo que aún no he logrado establecerme en todas las ciudades, pero por lo menos en las grandes ya encontrarás una de estas. — Y esta en especial es su favorita porque fue la primera. — termina de explicarme Estela. ¡Wow! Quedé muy sorprendida, no tenía idea de que Jesse fuera propietario de una cadena de cafeterías por toda España, esto es grandioso y espectacular sin dudas. Además, podía ver cuan orgulloso se sentía por ese logro y este lugar de verdad era una maravilla. Serio, lujoso pero bastante familiar no ostentoso pero demostraba tener clase. Cálido y muy acogedor para cada uno de los clientes. — Me quedé sin palabras — digo mirándolo a los ojos — Te felicito por este lugar y por los otros que seguro son igual de bellos que este. Es sin duda un lugar que amé con solo mirarlo y me imaginó que todos los clientes sienten lo mismo, es perfecto y con un ambiente perfecto. — Todo eso gracias a Estela que ha sido mi gran ayuda en todo esto. Ella ha regentado antes otros establecimientos como un restaurante de 3 estrellas, lo había dejado cuando quedó embarazada y tras crecer el pequeño quiso buscar un lugar más tranquilo y ciertamente este no lo es y yo no soy una persona tranquila, pero por alguna razón se ha enamorado del proyecto y me ha ayudado desde el momento uno. — Me alegro tanto por los dos. Se puede ver toda la dedicación que les llevó este lugar, pero valió la pena es hermoso. — Muchas gracias, eres preciosa tal y como me lo dijo. Ahora pasen por favor, tu reservado está listo y hemos preparado el postre que querías. Si me dicen las bebidas que querrán en unos minutos se los llevaré. Le dimos nuestras ordenes de café a Estela ya que al parecer Jesse había preparado una sorpresa para mi. Ya lo había planeado todo y este lugar estaba listo para recibirme. Fuimos hasta un segundo piso, un estilo altillo donde la única mesa se encontraba en el centro de todo el lugar, justo arriba del mostrador. Según lo que me acaba de contar Jesse este es su lugar privilegiado donde solo él puede ocuparlo, dese allí observa todo el lugar y disfruta de un momento de tranquilidad o se reúne con socios para cerrar contratos. Cuando Estela depositó frente a mi la taza de café y di un sorbo casi me desmayo de la delicia que acaba de probar. Era la verdadera gloria. Jesse solo sonrió y bebió del suyo sin hacer ningún sonido de felicidad igual al mío o algún gesto que demostrara que el café que bebía era el verdadero elixir de los dioses. — ¿Cómo puedes actuar tan natural cuando bebes un café tan delicioso como este? — Es porque ya me he acostumbrado. — ¿Cómo te acostumbras a esto? Es delicioso. — Gracias — agradece nuevamente, y otra vez haciéndose el misterioso. Apiadándose de mi decide explayarse más — La marca de este café es la mía, es el café que trabajo. Estoy acostumbrado a su increíble sabor porque trabajo con este café desde hace muchos años y acompaño a los trabajadores en cada etapa para poder llegar al magnífico sabor que estás probando ahora. Por supuesto que sé que es delicioso, pero ya lo he bebido una infinidad de veces. — Yo viviría con este café por el resto de mi vida, es el más delicioso que he probado. Te felicito, veo que de verdad tu negocio ha prosperado un montón, ya sea la empresa de café como esta cafetería. Vaya quien lo diría todo un empresario con visión. — Así es, ahora disfruta de este café y de tu postre sorpresa porque luego seré yo quien disfrute de ti por horas.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD