Tres meses han pasado desde la última vez que nos besamos, desde que supe que Oviedo-Profesor era Ricardo, mi ex amante o ex amor del campamento. Fue impactante aquello y la verdad es que no volvimos a tener ese tipo de contacto, los lunes siempre se queda en mi casa por el problema del transporte. Siempre lo espero, y siempre dormimos juntos, pero nuestra actual relación se limita a la de dos compañeros de trabajo. No pienso ir más allá de eso. Era martes en la mañana. Ricardo estaba cocinando mientras yo estaba recién despierto dando pasos hacia la nevera para tomar un vaso de agua fría. Este me da una pícara y amigable sonrisa para darme los buenos días. Actuaba como mi esposa... Como la esposa ideal... Iba a decirle que nadie lo mandó a cocinarme pero, quería conservar esta imagen...

