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1347 Words
Estoy preparada para irme a dormir dentro de unos minutos, sólo estoy con mi teléfono tratando de pasar un nivel de mi juego favorito en cuanto escuché como una hoja de deslizaba por el suelo, me asusté mucho, me levanté despacio y era una hoja blanca que estaba en la puerta. La tome y decía Es muy tarde para estar despierta. James. Ya me esta fastidiando, y es el primer día en esta casa y me quiero ir de aquí. Volteó la hoja y le escribí Pudrete. La volví a pasar por debajo de esta. Me levanté pensando que ya no habría nada más, entrando a la cama pasa otra hoja, me levanté nuevamente que ganas de matarlo, me incline y decía ¿Nos podrimos juntos? ;) Imbécil. Tome el bolígrafo. Prefiero hacerlo sola, contigo al lado sería un martirio. Ya deja de molestar. Pasé la hoja no vi ninguna hoja pero si su voz. - Vamos, estoy aburrido. - Se escuchó como si estuviera recostado de mi puerta sentado en el suelo. Hice lo mismo, me senté con espalda a la puerta. - ¿No tienes juegos? - Los rompí todos. - Que rebelde. - Un poco. ¿que hacías? - Con mi teléfono - ¿Chatear con algún chico? - No - Dije rápidamente. - ¿Estás neeviosa?, sino me lo quieres decir está bien, sólo ¿Si o No? - Woow, de noche era otra persona, era mas sincero y tierno. - Que no. - ¿Cómo era tu ex? - Ahora le da por investigar mi vida. - No... no tengo. - Dije casi en silencio. - ¿No has tenido un novio? - ¿Y por que te da por saber de mi vida? - Curiosidad, tengo que saber con quién vivo. - Una psicópata - Dije sonriendo. - Jajaja, suena una vida divertida. ¿has tenido o no? Es una pregunta muy simple. - No - Interesante, ¿por que no? - No lo eh tomado importancia al por qué no. - Es raro, eres una chica muy linda, sinceramente. - Sentí como mis mejillas ardian, suerte que no me puede ver. - Gracias... ¿y tú tienes? - Sí - ¿Y por que no estás hablando con ella? Así no te aburres. - No me contesta los mensajes. - Ou, eso duele - Me reí, de su parte también escuché una leve risa. - Jaja, chistosa. Oye, tu amiga Erika estaba muy roja cuando me vio. - Le gustas, te sigue en i********: según lo que me dijo - Oh, ya veo, dile que no se ponga tan nerviosa, tampoco soy una celebridad o algo así. - Lo intentaré. Ya me voy a dormir. - Buenas noches - Adiós. - Me entre a la cama y no supe más de mi. (....) Hasta el otro día. De tanta hambre que traía no me cambié, baje y ya estaban todos desayunando, como siempre soy la que se levanta tarde. Parece ser que aquí donde te sientas el primer día ahí te quedas. Me senté dónde ayer claramente al lado de él. No me dijo ni una palabra, cosa que no me importó mucho. - Que estés lista antes de las nueve, vamos al Instituto. - Dijo sin verme. Mierda, se me olvidaba que día era hoy. Al menos James será mi escudo, no podré hacerlo sola. - Sí. - Subí a prepararme y en menos de diez minutos estaba lista. Me paré en frente de su habitación. - Lista. - Bien, ya salgo, abajo esta el carro - Okey. - Me subí al auto, después entra James, no era tan lejos de la casa. Nos bajamos y el empieza a caminar mientras que yo me quedo atrás paralizada, James se voltea y al verme camina hacía mi. - ¿Qué pasa? - Nada... - Entonces camina, llegaremos tarde. - Lo alcanzó y caminamos hasta adentró. Hay muchísima más gente que en mi antiguo Instituto. - ¿Puedo tomar tu brazo? - Dije antes se que estuviéramos adentro del todo. - No, eso es raro. - Dijo como si se burlaba de mi. - Si, es verdad, es algo idiota. - Una chica alta delgada, buen rostro, se acerca a nosotros, bueno, más bien a James, ahí supuse que es su novia. Se besan se toman de la mano y se van, genial, estoy pintada. Me las ingenie sola buscando mi salón, por suerte tenían los nombres a la entrada, cuando entre vi que James estaba en el mismo que yo y nisiquiera me acompañó o decirme dónde quedaba, es un estúpido. Me senté casi al fondo al lado del asiento de James. - Pensé que estarías en un curso menor. - Escuché su voz por detrás de mi nuca, y su respiración golpeandola que me estremeció un poco. - Sigue pensando. - Como quieras. - Si, definitivamente de día era otra cosa. Las clases surgieron normales, pensé que sería peor. A mitad de la clase James se cambia de asiento y queda al lado mío, les juró que no me sabrán ganas para matarlo. - ¿Quieres comer algo después de las clases? - No gracias - Yo voy a pagar - Bueno... esta bien - Lo vi sonreí por encima del ojo, me empezó a rayar la libreta con garabatos absurdos, lo quitaba pero el seguía. - Basta James. - Dije dándole un pequeño empujón riendome. Lo miré y se veía que lo pasaba bien molestando. - Me van a llamar la atención estúpido - Jajajaja, ¿Y para qué crees que lo hago? - Chistoso - Lo peñisque por las costillas y dejó de molestar. La chica que estaba a mi otro lado no dejaba de mirarme hasta que ella me habló. - ¿Lo conoces? Es el más popular de aquí. - Sí ... - ¿Son novios? - James estaba escuchando y me interrumpió. - No corazón, es mi hermana - Dijo por encima de mi espalda, apoyando su barbilla de mi. - Ya quisiera el, soy su hermanastra. - Me levanté bruscamente para que se quitará de encima mía. - Ah, perdón... - Dijo la chica. - ¿Cómo te llamas? - Sara - Samantha pero puedes llamarme sam - Genial. - Me volteó para seguir con la clase. - ¿Sam? ¿Por que no me dices que te llame así? - Porque no me caes bien, ya te lo dije. - ¿Todavía? Ya verás. - Estoy muy asustada - Lo miré divertida, después del show seguimos con las clases más tranquilos. *** Mi madre ah salido con Daniel a lo que creo una "cita" que en años ella no ha tenido y me alegro bastante por ella de que en realidad se sienta y esté feliz con el. Que por otra parte tengo que aguantarme al fastidió de James por la felicidad de mi madre, pero lo llevo como puedo. Escucho unos zapatos deportivos bajar por las escaleras y me volteó a ver. - ¿Cómo me veo? - Dijo terminando de bajar. - No soy tu estilista. - Sólo es una pregunta, saldré con Alexa - ¡Yupi!, que genial. - Dije sin interés, volví la vista a mi teléfono, sentí su presencia a mi frente pero no preste atención, de un momento a otro me quita el teléfono de las manos de una manera muy brusca dejándome en shok. - Te pregunte que como me veo niña. - Ese no es mi problema. Devuelveme mi teléfono ahora. - Si logras alcanzarlo. - Lo elevó más arriba de su cabeza, cosa que era obvio que yo no podía llegar hasta ahí, pero igual lo intente cosa que falló. - Entonces me lo llevo. - Lo guardo rápidamente en su bolsillo y se dio la vuelta, era mi oportunidad y me lancé en su espalda como un mono buscando comida y enfadado. - ¡Qué me lo des estúpido! - Yo dije que no. - No se como diablos me dio la vuelta y me tenía enfrente de el, me estaba agarrándome de mis muslos. Nos miramos por unos segundos, me sonroje y me bajé a la fuerza. - ¡Dámelo! - Dije extendiendo mi mano para que lo dejará ahí. Lo saca y me lo da. - Hoy tienes suerte. Ya me voy, portate bien - Portate bien - Dije imitando su voz de manera cutre, escuché su risa antes de cerrar la puerta. Me subió un olor a hombre, entonces respire en mi camiseta y sólo podía oler ese perfume de hombre tan fuerte pero lindo a la vez, pensé en ducharme pero me daba pereza pararme entonces me quedé un rato más en el sofá.
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