Capítulo 1. Consecuencias
Encerrado en el baño del hospital, Keith trataba de lavar la abundante sangre de sus manos temblorosas, seguía consternado después de haber presenciado aquello, especialmente porque la sangre no se iba.
Aun siendo menor de edad llamó a tres personas, a los padres de Annya y su guardaespaldas, quien fue la persona que llegó primero, por lo que tuvo que dejar que Marine completara el formulario.
Fue su culpa que las cosas terminaran así, si hubiera sabido que ella escucharía esas horribles palabras, no las hubiera dicho, apenas y podía pensar en todos los eventos que llevaron a esa tragedia.
* * *
Alguien tocó a su puerta esa noche, era Cassie, fue a intentar persuadirlo de que terminara con esa cruel estrategia para salvar a ambos, le dijo que buscara otra forma, que Annya no merecía nada de eso; más su terquedad lo orilló a decir cosas crueles para hacerla callar, especialmente cuando le hizo ver que aquella chica le gustaba, de ninguna manera podía permitirse tener sentimientos por la mujer de su padre, o esa era la mentira que continuaba repitiéndose.
Al final no llegaron a nada y Cassie regresó muy molesta a su habitación.
Comenzaba a odiar la situación, cada vez le era más difícil seguir engañando a Annya, no pasaba día en que no se sintiera como una basura, más su deseo de venganza le impedía hacer lo correcto.
Estaba en medio de sus cavilaciones cuando le llegó un mensaje a su teléfono:
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Se les informa a todos los universitarios relacionados al proyecto con folio.0004316, que dicho trabajo ha logrado con éxito alcanzar una retribución directamente proporcional al esfuerzo realizado, su pago será depositado en sus cuentas y se les dará el debido reconocimiento.
Aunado a esto, se escribirá una carta recomendación o se les otorgará una vacante en la compañía. Felicidades, y agradecemos su colaboración.
Att. Christopher Lawrence, director ejecutivo de LTec Company
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Se le escapó una sonrisa, el duro trabajo de Annya por fin recibía una recompensa.
— «Si le aviso, seguramente enloquecerá de felicidad» — pensó, imaginando toda la algarabía que ella expresaría.
Y con la idea de verla tan encantadora, se animó a notificarle llevando su teléfono para mostrarle las buenas noticias, ya era más de medianoche y tenía suerte de que su padre no estuviese.
Caminó en medio de la oscuridad, cuidando de no toparse con ningún sirviente, llegó hasta el estudio y notó algo extraño, la puerta estaba entreabierta.
No le tomó importancia y se adentró para sorprenderla, increíblemente no la vio, el sonido del agua cayendo en el baño le indicó donde estaba, se sintió travieso, quizá podrían jugar un rato a escondidas o darle un pequeño susto... más el susto se lo llevo él.
En cuanto abrió la puerta, una imagen perturbadora lo conmocionó, ver el agua roja y a Annya inerte le hicieron actuar enseguida.
Agitado, llamó de inmediato a emergencias, se quitó la camisa y la desgarró para hacer torniquete en ambos brazos, estaba perdiendo mucha sangre, la sacó del agua, la sacudió y le dio palmaditas en las pálidas mejillas para intentar despertarla.
— Vamos... Annya... abre los ojos... no me hagas esto... — pedía desesperado.
Continuaba intentándolo al punto del colapso, ¿otra vez perdería a alguien quien amaba?... el dolor de imaginarlo le hizo llorar, sentía que le faltaba el aire.
— Por favor, ¡despierta!... por favor...
Annya logró recobrar la conciencia durante unos breves segundos y hablaba sin fuerzas.
— Aléjate... de mi...
— ¡Annya! Que estás di-
— Te odio...
Esas palabras lo destrozaron.
— Por qué dices...
— Soy... una muñeca... ¿no?...
¡Oh Dios! Esas palabras eran...
— Soy... la mujerzuela que se acuesta... c-con tu padre... ¿no?
Y ahí supo que escuchó todo.
— Al menos... ya no tendré... que ver-te...— ahí se desmayó por la pérdida de sangre.
* * *
Afortunadamente la ambulancia llegó pronto e inmediatamente la llevaron al hospital, donde hacian lo que podían, y él... él estaba padeciendo el resultado de sus malas decisiones, Annya se estaba muriendo y todo era su culpa.
Después de un rato, los padres de Annya por fin arribaron al hospital, junto con su casi hermano, y la situación se puso aún más caótica.
— Doctora, ¿qué fue lo que pasó? — Cuestionaba Christopher, pues Keith solo les dijo que su hija estaba internada, sin siquiera entrar en detalles.
La doctora Valentine al ver la desesperación del hombre, fue sincera.
— Pues perdió mucha sangre... clínicamente murió por dos minutos, luego logramos resucitarla e intervenirla, afortunadamente su hijastro actuó rápido, supongo que debemos agradecer que el corte fuera horizontal y no vertical, hubo una leve vacilación por lo que sus cortes no fueron tan profundos.
La madre de la paciente inquirió horrorizada.
— Me está diciendo que ella intentó...
— Sí — le interrumpió la mujer de bata blanca, esperando no ser interrogada a fondo o terminaría hablando de la clase de vida que Annya llevaba con su esposo, supuso que intentó suicidarse por eso, era doloroso mentirle a padres preocupados — cuando ella despierte, hablaremos de una evaluación psicológica.
— ¿Podemos verla? — preguntó el padre, lo más calmado posible, sosteniendo a su esposa del hombro, quien se veía seriamente afectada, tratando de procesar aquella información.
— De momento no, necesita descansar, esperemos unas horas... yo les avisaré cuando puedan entrar.
Se quedaron desolados en cuanto la doctora se fue. Juntos, en la sala de espera, la aflicción marcaba sus rostros. Ellos voltearon a ver a Keith, y le agradecieron por salvarla, mas eso lo hizo sentir una escoria, no había nada que agradecer... fue su culpa.