CAPÍTULO 3

1219 Words
—¡Carol baja ahora! —¡Ya voy! Deja su pistola de agua en la tina del baño que segundos antes estaba llenando ya que se había acabado cuando le lanzo a su amiga toda el agua que tenía. Aun se sentía un poco mal, pero todo era por Jair y la causa "Mata putas" como llamo Carol a su misión de alejar a todas de él y es que era famoso y tal vez no tardaban en dejarse venir la multitud de chicas de otros lugares. —¿Qué pasa? —pregunta Carol volteando los ojos. —¿Por qué Ana llego mojada a su casa? —pregunta su madre enojada, pero su hija sabía que no era así y que solo fingía. —No sé, llovió y... —Carol. —La moje porque quería ir a conocer a Jair antes que yo. No veo cual es el problema... Ahora se sentía traicionada, primero su amiga quiere conocer a su novio antes que ella sabiendo lo que significa para Carol y luego le chismea a su madre de lo que le hizo. —Su madre llamo enojada y le colgué —dice Karla sin tomar importancia al asunto—, para la otra encárgate de amenazarla para que no hable. Carol se queda sorprendida por la actitud de su madre, pero era de esperarse ¿no? Ella era así. —¿Y si mejor la mato? —dice divertida y su madre se ríe. —Como quieras, ahora si me permites iré con los vecinos... —¡Ah no mujer! Tú no iras a conocer a Jair tampoco —se pone delante de su madre impidiéndole el paso, poniendo en práctica su misión "mata putas" con ella. —¿Qué te pasa? Yo no estoy interesada en él. —¿Entonces a qué irás? —Karla se queda callada buscando una excusa, pero no encuentra ninguna. —¡Ay! No seas celosa —es lo que le responde y aparta a su hija para salir de la casa—, solo coqueteare con Jair un poco, que sepa que, si necesita un hombro para llorar o una segunda mamá, pues estoy yo verdad. Sale de la casa y Carol se queda con la boca abierta. —Esta me la pagas madre... Sube corriendo a su habitación y toma a su perro zarandeándolo. Agarra un plato que hace unos días tenía pizza, lo pone en el piso y en lo alto sujeta a su perro. —Vamos Canelo haz pipi —aprieta el estómago de su perro y comienza a mear salpicando un poco a Carol—. ¡Qué asco! Canelo atínale en el plato. Con eso es suficiente. Toma su pistola y deposita rápido la orina de su perro quien ahora se estaba lambiendo sus partes. Corre al balcón y por suerte su madre aun no llegaba. Comienza a disparar descontrolada mente como lo hizo con Ana, solo que esta vez no reía solo tenía el rostro arrugado. Su madre abre la boca gritando y Carol aprovecha para dispararle. Karla escupe con asco y gritando corre de nuevo a su casa. Carol ríe un poco por su madre y segundos después se abre la puerta de su habitación y ella traga saliva. —¡Carol! ¿Qué crees que haces? —Mmm ¿misión mata putas? —susurra con una sonrisa temerosa. —Esta vez te pasaste mocosa, pero cuídate, esto no se queda así. La madre sonríe con malicia y abandona la habitación yéndose a dar un baño y a lavarse la boca. Carol suspira de alivio, pero no tanto ya que algo le dice que su mama se las va a cobrar. —Canelo, ya me jodí. El perro la mira con la cabeza de lado y luego se acuesta feliz de la vida sin preocupaciones. ...  Son alrededor de las cinco de la tarde y Carol está nerviosa. Antes, se imaginaba con Jair infinidad de cosas y ahora que lo tenía viviendo a lado no sabía ni que hacer. Eran las nueve de la noche y ni señales de Jair, no es que Carol estuviera espiándolo o algo por el estilo solo que había estado al pendiente... Solo eso. Mientras tanto, se sentía aun mal por lo que le había hecho a Ana ya que era su mejor amiga, ella era esa clase de amiga que te apoyaba en todo, pero que sobre todo la que te cubría las espaldas. Pero era obvio que todas las chicas incluso una chica como Carol, se pondría celosa y ardida si intentaran aventarle los perros a su novio y futuro padre de sus hijos. Sin poder conciliar el sueño se encontraba acostada en su cama despierta donde su única compañía y amiga era la oscuridad, pensaba en muchas cosas, pero todo se reducía a una sola persona. Jair. Tenía tantas ganas de verlo, sentirlo, hablarle, conocer cada parte de él. Incluso podía sentir lo que muchos llamaban mariposas en el estómago cada vez que se imaginaba al cantante a lado de ella. —¡Dios quiero verlo! —exclamo a la nada. Como si sus ruegos hubieran sido escuchados, su habitación se vio iluminada por una tenue luz que entraba tímidamente por su ventana que estaba al lado de su cama y que daba vista a la habitación de la casa de al lado. Rápidamente, Carol se levanta bruscamente golpeándose el dedo pequeño del pie con la pata de la cama y lanzando maldiciones se acerca a la venta y recorre la cortina completamente. El enojo y dolor que sentía fueron remplazados por emoción y felicidad al ver a Jair sin playera y vestido con tan solo una toalla, ya que al parecer había salido de bañarse. Su ventana de ella estaba enfrente a la de su novio y se podía apreciar una parte de los aposentos de su príncipe. Asombrada, la chica babeaba sin disimular y más cuando vio la perfecta V que se le formaba en el abdomen. Carol excitada queriendo verlo en sus mejores momentos se fue acercando más y más hasta chocar su frente contra el cristal provocando un sonido grave y hueco. Instintivamente Jair voltea después de haber pegado un pequeño brinco del susto. Carol se hecha al piso golpeándose la cabeza y las rodillas. —¡Mierda! —exclama en voz baja regañándose ella misma por no ser más discreta y también por no saber controlar sus emociones, pero ¿Quién podría hacerlo cuando se tiene semejante cosa enfrente de su ventana? Así no se puede. Uno queriendo ser pura y santa, pero con Jair a lado era imposible, era una trampa muy provocadora. Disimuladamente y esta vez siendo discreta se levanta del piso y se asoma por la ventana para ver si Jair la había visto o algo. Fue una decepción cuando vio que el chico había cerrado las cortinas y tan solo se veía la luz de su cuarto. Aun así, la morena estaba conforme por haberlo visto en toalla. Con una gran sonrisa de lado a lado Carol se echa a su cama feliz y contenta por lo que sus ojos tuvieron el privilegio de ver. Trata de ahora si dormir, pero esta vez preparada para soñar con su gran amor como Dios lo trajo al mundo.    
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