17

1338 Words
Desde esa noche que le dije que me esperara para darle una respuesta a su propuesta. Ha pasado una semana, y no he podido decidir, no ha vuelto a tocar el tema tampoco. He intentado contactar a Judas, pero tampoco sé sobre él. No sé si está enojado conmigo, lo que sé es que le daré su tiempo. Se debió sentir herido por haber elegido a Dante para traerme a casa. Recibo correo, me arrepiento una vez que lo abro. Es de un remitente desconocido.   No sé si abras este correo, o si al menos me des la oportunidad de explicarte por qué te pido ayuda. creo que las personas cometemos errores, el mío fue ir a ese lugar con ese vestido, creer que iba poder protegerme sola. Y dejar que abusara de mí. Lo provoqué, eso fue lo que me dijo esa noche cuando estaba violándome. Que yo había tenido la culpa de ir a ese club con ese vestido provocador, que tenía la culpa de lo que me había pasado. Le creí. Creí en que tuve la culpa de que me pasara esto. Me odié a mí misma, quise morir en ese momento, intenté suicidarme y acabar con esto. Me sentí con tanta vergüenza, no podía salir a la calle sin sentirme acosada, que alguien iba venir a mí y me arrastraría a un callejón y me violaría tantas veces hasta que se cansara de mí. Lloré cada vez que no pude abrir la puerta y salir de casa. Con terapia, he tratado de sobrellevar una vida que siento ya no me pertenece, soy un cascaron vacío. ¿Te sentiste así? ¿Querías morir en ese momento que él te hizo lo mismo? Porque sé que, si él no paga por lo que me hizo, si sale libre de culpa. Estoy segura de que yo misma lo voy a matar, no importa pudrirme en la cárcel, si consigo acabar con esa basura de mierda. Te suplico, por favor. Ven a México y sé una de mis testigos para poder hundir en la cárcel a ese miserable. Si no vienes, ten por seguro que él quedará libre. Espero que tomes la decisión correcta. Liliana. Para cuando termino de leer, mis mejillas están húmedas. ¿Por qué yo? ¿Por qué ahora? Estaba tratando de seguir con mi vida, queriendo olvidar el pasado que me atormentó por años. Ahora soy una chica normal que vive con los demonios que fueron implantados, y que decidió mudarse para dejar todo y empezar de nuevo. Entonces, ¿Quién era ella para arrebatarme todo de nuevo? ¿por qué se empeñaba en que fuera su testigo? Papá había muerto en ese entonces. Accidente de trabajo, me sentía tan depresiva, había sido la persona en la que podía sostenerme cuando algo andaba mal, era la persona que me abrazaba y me decía que todo iba a estar bien. ¿Cómo podía seguir viviendo así? Él se había ido. Mamá era importante para mí, pero papá se había ido. Intenté varias veces suicidarme, todo fallaba. Mamá me puso en un psiquiátrico por un tiempo, para después tenerme en casa vigilada. Con el tiempo, traté de seguir mi vida, yendo a terapia, tratando de ser amigos. Había conseguido hacerme amiga de una chica, que me invitó a una fiesta. Estaba emocionada, había pasado dos años desde que murió mi padre y al menos sentí una chispa de vida dentro de mí. Me puse una falda corta y unas botas hasta la rodilla, el cabello me caía en la espalda baja, usé un jersey con cuello de tortuga; al verme al espejo, me sentí sexy por primera vez en años. Fui a su casa y me divertí mucho, varios chicos se acercaron a mí para bailar, pero los deseché a todos. No quería saber nada de ellos, hasta que apareció uno, parecía chico de revista. Nos invitó a su casa a mi amiga y a mí, sus amigos iban a venir igual, junto con otras chicas. Nos pareció bien en ese entonces. No creí que fuera tan mal asistir a otra fiesta. Mi amiga había dicho que era un chico bueno y amable, que pertenecía a una familia de políticos. Fuimos al sótano, no había nadie en su casa. Preguntamos cuando iban a venir las otras chicas, ellos respondieron que pronto. Nos sirvieron un trago y lo bebimos para relajarnos, pusieron música, nos invitaron a bailar. Entonces vi que uno de ellos empezó a inhalar cocaína, todos hicieron lo mismo. No parecía ser algo en lo que deberíamos estar. Nos ofrecieron, me negué, pero mi amiga accedió. Después me ofrecieron m*******a, decidí probarla. Nos drogamos y bebimos. Hasta que ellos se pusieron agresivos. Comencé a preguntar cuando iban a llegar sus amigas, se veían más drogados que nosotras. Uno de ellos, se sentó a mi lado en el sofá, y su mano se posó sobre mi pierna derecha, fue subiendo hasta que lo detuve. Le dije que no, que parara. Hubo otro de sus amigos que hizo lo mismo con mi amiga, ella estaba tan drogada que no dijo nada, parecía una cascara vacía. Vi como uno de ellos, la manoseaba por encima de su ropa. Le dije que parara, intenté llevarme a mi amiga, pero ella no se levantaba. Ella se quedó sentada mirando a la nada, vi como sus lágrimas se derramaban por sus mejillas. Ella no tenia control sobre su cuerpo, le habían dado otro tipo de droga. Sabia que en el fondo ella gritaba que la sacara de allí. Me asusté y traté de llamar a mamá. Ellos me quitaron el celular y me dieron una bofetada, comencé a llorar. ¿Por qué había venido aquí? Después de tanto tiempo. ¿Por qué yo? El de cabello c***o se abalanzó sobre mí y comenzó a quitarme la ropa, sus manos me tocaban, sentí asco, grité, pero me volvió a golpear. Mientras miraba como desnudaban a mi amiga y le tomaban fotos. El peso encima de él me hizo querer morir. Lágrimas siguen bajando por mis mejillas y no puedo creer que este infierno esté de regreso a mí. Dante me llama, pero lo ignoro. *** —¿Estás bien? —tengo los ojos hinchados. Mamá está preocupada. —Llama al abogado y dile que consiga boletos para hoy. La cara de mamá se queda petrificada. —¿Estás segura? No estoy obligándote a ir, sé que es difícil volver a ese lugar que trae muchos recuerdos. Hago mis manos en puños. —Me está tomando todo el coraje para decidir esto. No quiero que ese hijueputa siga libre. Lo voy a hundir en la cárcel, no pude hacerlo hace años, pero si lo haré ahora. Subo de nuevo las escaleras, llamo a Judas para avisarle que estaré fuera por unos días, pero no responde. Comienza a preocuparme. Envío un mensaje en su lugar. Hago una pequeña maleta. Mamá sube a decirme que el abogado nos ha conseguido boletos para un vuelo en dos horas. —¿Estás segura de esto, Nat? —asiento. Anoche recordé cada maldito segundo de esa noche. La reviví en mi mente, no es justo que ellos sigan libres y haciendo daños a más chicas. —Lo estoy, madre. Llamo a Dante. —Tengo que irme. —¿Irte? ¿A dónde? —hay miedo en su voz. Piensa que lo estoy dejando. —Iré a México a resolver unas cosas, volveré en unos días. —¿Estás bien? —hay un nudo en mi garganta. Mi pecho duele, lágrimas caen de nuevo en mis mejillas. —No —suelto con la voz quebrada. —Nada está bien. Todo se ha vuelto un caos, en mi vida. Necesito tiempo, Dante. —¿Estas dejándome? —siento el miedo e incertidumbre. —¿Es por la propuesta que te hice? De ser amigos con beneficios. —No. —Estoy llorando. —No estoy dejándote. —¿Volverás? —Sí. Te daré una respuesta cuando vuelva. —Te estaré esperando.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD