Horrible primer día

1106 Words
Al salir de la oficina Yoelis soltó el aire contenido en sus pulmones, con el corazón en la mano la joven tomo una bocanada de aire intentando recibir oxígeno en su cerebro. De todo el mundo con quien podía discutir por un puesto de estacionamiento tenía que ser su jefe, su comienzo no había sido bueno en la empresa. En eso abrió los ojos, todo había sido culpa de él, ella llego tarde por su causa si tan solo no se hubiera detenido a discutir con ella. —¿Pero qué diablos estoy diciendo? Si no he llegado tarde, aún tengo tiempo de sobra —Balbucea. Camina hasta su escritorio lleno de notas de la señora Lester, primero llevaría lo que su dulce jefe le había pedido y luego se centraría en leerlas todas… recogió los papeles, y luego se encamino hasta el cafetín para buscar el m@ldito café. Regreso hasta la oficina de Theo quien se encontraba metido en su ordenador sin parar de teclear. Ella no dijo nada solo dejo el café y los papeles sobre su escritorio. —¿Desea otra cosa más señor D´Lukas? —¡Retírate! —Contesta sin mirarla. Ella se da la vuelta encaminándose hasta la salida cuando de pronto alguien a su espalda escupió, y seguido de eso una retahíla de palabrotas escaparon de su boca. La joven se da la vuelta divisando la expresión de su jefe. —¿Qué rayos me has traído? —¡Café! —Esto no es café, es agua de café —Exclama furioso. —Pero es que he pedido el café en el cafetín, eso fue lo que dieron. —¿Acaso no aclaraste que era para mí? Ella no responde, ¿debía mencionar que el café era para el jefe de la compañía? ¿Cuál era la diferencia? ¿Le hacían un tipo de café diferente al resto del personal? Trago saliva porque no sabía qué demonios hacer. Como siguiera así no duraría nada con ese empleo. —No señor. —Entonces ve y pide un café para Theo D´Lukas —Le responde afinando los ojos—Y llévate esto —Le tiende el café. Ella asiente enérgicamente, toma la taza entre sus manos y dado el nerviosismo que cargaba la pobre sin querer roza los dedos de su jefe. Y por extraño que pareciera Yoelis sintió un corrientoso por todo el cuerpo. Levanto la mirada fijándose en aquel par de ojos verdes aceituna los cuales la miraban detenidamente ¡cielos! Ese hombre daba miedo. —¡Vaya por mi café! —Soltó Theo más irritado que nunca. Yoelis salió casi que corriendo de la oficina, con la taza en manos la joven se sentó en su escritorio soltando el aire. Por mera curiosidad probo el café y de inmediato lo escupió. —¡Pero que carajos! Si esto esta fuertísimo —Arruga el rostro mientras negaba. De repente observo una nota pegada en su ordenador, decía claramente que al pedir el café del jefe mencionara que era para él —¡Genial! Y hasta ahora es que lo leo —Farfulla. Después de llevarle el café especial para su jefe, Theo no la volvió a llamar lo que le brindó la oportunidad de ponerse al día con todas las notas que la señora Lester le dejo. Al menos no volvería a meter la mata […] Theo terminaba de leer los documentos de compras de algunas empresas al borde de la quiebra, algunas parecían buena adquisición y otras no. De igual forma ganaría mucho dinero vendiéndolas al final por partes, de eso se trataba todo su negocio… junto las carpetas para luego ponerse en pie, Theo mira su reloj dándose cuenta que era hora del almuerzo. Con razón su estómago no paraba de rugir. Encamina sus pasos hasta la salida encontrándose con su secretaria de espaldas, la chica buscaba algo en los archiveros. Por primera vez desde que la vio no se había fijado en sus atuendos, la verdad es que si se sorprendió bastante al notar que ella vestía un poco diferente a cualquier otra secretara que hubiera trabajado para el… con aquella falda tipo tubo llegándole hasta la altura de las rodillas. Al menos en algo había acertado la señora Lester, los atuendos algo desaliñados de su secretaria le daban un punto a su favor. Aunque su comienzo no hubiera sido el mejor de todos. —Señorita —Habla en voz alta y ronca lo que pareció que la asusto ya que dio un brinco al darse la vuelta. —Dígame señor D´Lukas —Parecía muy nerviosa, definitivamente no era como las otras chicas. —Saldré a comer, usted también puede hacer lo mismo. Pero espero verla en su escritorio para cuando regrese en una hora. —¿Una hora? —Pregunta sorprendida. —¿Algún problema con eso? —Contesta reservado. —No señor… Theo sigue su camino dejando las carpetas en el escritorio de su secretaria, para aproximarse hasta la puerta desapareciendo por la misma. Yoelis lo observa marcharse sintiendo pesadez. Aquel trabajo era más complicado de lo que la señora Lester le pinto. Su jefe era muy exigente, ya que en las notas ella le explico que por lo general tenía dos horas para comer. Al parecer con ella sería diferente, al menos el sueldo era lo bastante bueno como para tolerar una hora de almuerzo. La joven miro el montón de papeles que debía archivar, con tanto trabajo en qué tiempo le daría para comer con calma. Así que prefirió adelantar el trabajo y dejar el almuerzo para después, quería quedar bien con su jefe no por él ya que era tan arrogante, sino porque necesitaba el empleo. La chica suspiro pesadamente recogiendo las carpetas para archivar todo lo que era necesario. […] Tres horas después… Theo entraba en su oficina hablando por teléfono, para su sorpresa encontró todo en completo orden, bueno la secretaria era bastante eficiente en ese aspecto. La pillo en su escritorio tal cual como él había pedido, así que no objeto nada. —Si cariño, esta noche podemos volver a vernos —Decía Theo entusiasmado. Yoelis solo miraba a su jefe con una mirada de odio, ¿Cómo se atrevía a llegar luego de 3 horas? Si le dijo que solo seria 1 hora, dejo de comer para estar allí a tiempo con todo el trabajo adelantado y él llegaba tan campante hablando con una fulana por teléfono. ¿Acaso su esfuerzo no lo valía? Se sentía tan irritada y muerta del hambre. Al menos solo faltaban 2 horas para irse a casa.
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