Olivia
Me desperté entre los brazos de Ethan, el me sujetaba con fuerza mientras dormía, se veía sumamente guapo, siempre lo había notado, él era demasiado atractivo, sus cejas pobladas y esas largas y risadas pestañas, las pecas que antes tenía en sus mejillas fueron desapareciendo, su cabello estaba alborotado y se veía muy atractivo, pero él era mi amigo, yo era como una hermana para él y lo había dejado en claro muchas veces.
Me levante como pude del sillón intentando no despertarlo y pase la cobija que tenía en mi cuerpo sobre el suyo y no pude evitar sonreír y acariciar su cabello.
Tome aire y me aleje para ir a la sala principal con todos, pero antes de que pudiera hacer algo el timbre de la puerta sonó y poco después Melissa regreso con una gran sonrisa.
—Te buscan— menciono emocionada
— ¿Quién puede buscarme aquí? — pregunte confundida porque lo más lógico sería que me buscarán en mi casa
—Es el bombón de Gael— suspiro— Fue a buscarte a tu casa, pero no estabas y dedujo que estarías aquí, ¿Porque no vas? — pregunto y yo sonreí
—Que no te escuche tu padre porque se va a enojar Melo— mencione antes de ir a la puerta y ver a Gael con una sonrisa en sus labios
—Estas preciosa— menciono mirándome de arriba abajo y yo suspire
— ¿A qué has venido Gael? — fui directa y el suspiro
—Te había invitado a salir, creo que es el mejor momento para ir— aseguro y yo suspire
—Estaba en una cena, sabes que no es de buena educación dejar todo aquí— mencione y él sonrió
—Solo será un momento, además la noche ya cayó, podemos ir por un helado— insistió y yo suspire, mire hacia adentro y sentí como me dividía, porque Ethan estaba dormido, porque la cena había terminado y Gael me invitaba a salir.
—Está bien, podemos dar un paseo y después regreso a casa, solo deja les aviso a mis padres— acepte y entre a la casa de nuevo, no creía que estuviera haciendo nada malo, Ethan era mi mejor amigo y yo no le interesaba a él como mujer, así que no había nada que me impidiera salir con Gael.
Entre por mis cosas y les avise a mis padres que saldría con Gael, mamá lo acepto y papá no pudo evitar estar en desacuerdo, pero aun así no dijo nada, me despedí de los Anderson y salí al encuentro de Gael.
Fuimos a la plaza y compro un helado para cada uno y comenzamos a caminar, la noche había caído y la brisa se sentía demasiado bien.
— ¿Algún día aceptaras ser mi novia? — pregunto y yo sonreí mientras negaba
—Estás loco si piensas que seré tu novia Gael— él sonrió y miro su helado
— ¿De verdad no te gusto en absoluto? — menciono divertido y yo suspire
—Eres lindo, no voy a negar lo inevitable, eres tal vez lo que muchas mujeres buscan en una pareja en esta edad— mencione
—Pero no soy lo que tu buscas— sonreí dándole la razón
—Eres muy mujeriego para mi gusto— admití y él sonrió
— Tal vez necesitas probar algo para que cambies de opinión— menciono y yo lo mire sin comprender antes de que sus labios tocarán los míos.
Me quede un segundo inmóvil sin saber cómo reaccionar, pues nunca había besado a nadie y esto realmente me parecía extraño y sumamente desagradable, se alejó poco después al ver que no había respondido el beso y suspiro
—Eres muy hermosa, pero no puedo obligarte a sentir algo por mi— aseguro y yo suspire
—Agradezco que sientas algo por mí, pero yo no quiero ser una más de tu lista— asegure y el suspiro
—Ethan es muy afortunado de tener tu amor— mis mejillas se ruborizaron y sentí que me quedaba sin aire
—Entre nosotros solo hay una amistad muy bonita y es lo que importa— asegure y él sonrió
—Entonces si cambias de opinión estaré dispuesto a invitarte a salir más seguido para ir a comer y cortejarte de la manera correcta— aseguro y yo mordí mis labios mientras caminaba de regreso a casa.
Estábamos por salir de la plaza cuando vi el caballo de Ethan, él no estaba muy lejos, a decir verdad, estaba a pocos pasos del caballo y a su lado estaba una de las chicas que babeaban por él.
Paloma Stones era nuestra compañera más popular, era la típica chica con cuerpo perfecto, caderas anchas, pechos grandes y una cintura diminuta, siempre vestía con pequeños vestidos o pantaloncillos cortos y blusas que dejaban ver su vientre y en efecto había sido amante del chico que me acompañaba, pero al parecer ella quería algo más con ese vaquero que tenía enfrente
—Oh Gael, no creí que estarían aquí— menciono la chica levantando su mano dejando ver un poco el borde de su pecho lo que hizo que el chico a mi lado tomara mi mano y me jalara para ir con ellos, Ethan no me miraba y no entendía su actitud, porque parecía molesto
—Lo mismo digo Palomita, ¿Están en una cita? No quisiéramos interrumpir— aseguro
—Lo mismo digo ¿ustedes también están en una cita? — nos señaló la castaña y yo negué
—No.... —dijimos Ethan y yo al mismo tiempo antes de que nos miráramos, el suspiro y miro hacia la chica que lo miraba con curiosidad
—Paloma si no necesitas nada más, entonces me voy— menciono y ella sonrió coquetamente
—Aun no deberías irte, podemos estar juntos un poco más— paso sus manos por el cuello de Ethan y lo beso.
La mano de mi amigo fue a su cintura y yo baje la mirada sintiendo como algo dentro de mí se fracturaba
—No vuelvas hacer algo así Paloma y menos aquí, no quiero que haya rumores sobre lo que paso— nos miró suspiro
—Yo me tengo que ir es tarde, hasta luego— mencione mientras caminaba por el camino que daba hasta mi casa, escuche que dijeron mi nombre, pero no mire atrás, me sentía extraña y no quería seguir sintiéndome de esta manera.
— ¿Porque no me haces caso? — pregunto Ethan deteniendo el caballo justo enfrente de mi impidiendo que siguiera mi camino
—Deberías volver con tu novia— mencione sacándole la vuelta al caballo y él se bajó frustrado
—En todo caso tu novio debía llevarte a casa— me detuve, quería gritarle un sin fin de cosas, pero debía controlarme, el enojo nunca era bueno— No puedo creer que salgas con él y no tenga ni la más mínima intención de llevarte a casa— parecía furioso y yo suspire
—Puedo volver sola Ethan, regresa con Paloma— seguí caminando y el tomo mi mano regresándome hasta el, sus ojos verdes se veían más oscuros y su respiración estaba agitada por el enojo que sentía
—No puedo dejar que te vayas sola, te llevo a casa— menciono más calmado y yo asentí sin decir más.
Me subí al caballo y él se colocó a mis espaldas mientras tomaba las riendas del caballo y regresábamos a mi casa.
— ¿Porque estas enojado conmigo? — pregunte y el suspiro
—Porque no me contaste nada de lo que pasa entre ustedes, me dejaste en casa solo para venir con él, no sabía que eran una pareja o que lo estaban intentando— suspiro— Si yo estuviera saliendo con alguien te lo diría sin dudarlo— menciono y yo suspire
—No estoy saliendo con él, solo acepté su salida para que dejara de insistir, de igual forma, si estuviera interesada en alguien te lo diría— admití y pude escucharlo sonreír
—No me gusta discutir contigo— menciono en el momento justo en que el caballo hizo un movimiento extraño y su mano se colocó en mi cadera para sostenerme.
Ese simple tacto hizo que mi respiración se agitara y que se quedara un vacío en mi cuando me soltó, habíamos llegado a casa y no podía creer que el me hiciera sentir algo con solo tocarme
¯A mí tampoco me gusta discutir contigo, eres mi mejor amigo Ethan— mencione y el bajo del caballo para ayudarme colocando sus manos en mi cintura, el perfume de aquella mujer estaba impregnado en su ropa y eso me desagradaba demasiado— Creo que necesitas un baño apestas— mencione divertida y el tomo su camisa para olerla y después hacer una cara de desagrado
—Tienes razón— sonrió— Me gusta más sentir tu aroma cuando te quedas dormida en mi hombro o cuando me abrazas— sonreí y pase mis manos por su cuello para abrazarlo, aspiro mi aroma y suspiró, por mi parte me aleje y tome su rostro para dejar un beso en su mejilla y después alejarme de el
—Gracias por traerme a casa, cuídate mucho— mencione y él sonrió
—Nos vemos mañana Livi— suspire y entre a casa sin dejar de verlo, porque realmente se había esperado a que estuviera adentro para irse.
Sin duda Ethan era el sueño de toda mujer pero que jamás lograría tener, porque muy pronto me iría y no sabía cómo reaccionaría ante lo inevitable