Capítulo 1

1810 Words
Ya tenía lista su cama, había encendido una vela aromática, preparado su té preferido y alistado  su computadora con su serie preferida lista para reproducir. Esa definitivamente iba a ser una noche tranquila.  Últimamente, disfrutaba mucho de los fines de semana en los que se la pasaba en cama mirando películas de su agrado mientras tenía un momento consigo misma. Desde que había comenzado su nuevo semestre, estaba tan atareada de tareas y trabajos que realizar que llegaba al final de la semana agotada la mayoría de veces. El año anterior no le había ido demasiado bien con sus notas, y por eso mismo Emilia había decidido de manera determinada hacer un esfuerzo mayor esta vez, con el fin de no correr el riesgo de tener unas notas bajas nuevamente en este semestre. Se había establecido una rutina propia que mantenía al pie de la letra, y a pesar de que había estado algo desconectada últimamente de su vida social, tampoco le molestaba demasiado. Al fin y al cabo, ella misma se repetía para si misma que eso era lo mejor para ella, y sobre todo, para su vida universitaria. De todas formas , ¿Qué cosas nuevas podría traer este año? Seguramente sería igual que el anterior, e incluso quizás un poco más aburrido debido a la decisión de volverse una chica aplicada este semestre. Entró entre sus sábanas y acomdó sus audífonos justo cuando su compañera de cuarto, Rebecca,  hace aparición. Abrió la puerta y le saludó con una amplia sonrisa. _Qué hay, Em.-Soltó mientras cerraba la puerta detrás de ella. No esperó mayor respuesta de su parte para comenzar rápidamente a quitarse su ropa mientras la lanzaba sin mucha atención a una de las esquinas de su parte de la habitación. Luego de ello, comenzó a hurgar en su armario de manera efusiva por algo más que vestir. Para su suerte, Emilia había aprendido de manera temprana que convivir con Rebecca significaba verla sin ropa más de lo que ella preferiría. De cualquier forma, admiraba la manera en la que ella estaba cómoda y mantenía esa gran confianza en si misma. Rebecca le echó una mirada rápida a Emilia, mientras intentaba subir una minifalda entre sus piernas. _¿Otra noche de películas?-Preguntó, con una sonrisa ladina y un tono algo burlón. _¿Otra noche de fiesta?-Respondió Emilia, lo que provocó que su amiga le sacara la lengua mientras reía. Antes de que llegara Rebecca, Emilia convivía con otra compañera de cuarto, cuando apenas había llegado a la universidad. Aquella compañera anterior era bastante callada y reservada para si misma. A pesar de que no compartían mucho diálogo, sabían llevarse perfectamente entre ambas. Pero por cuestiones de las cuales Emilia no tenía idea, su compañera había tenido que trasladarse y allí fue reasignada su nueva y extrovertida compañera actual. No es como que no le cayera bien Rebecca, pero no podía negar el hecho de que era muy diferente a convivir con su compañera anterior. Lejos de ser silenciosa, Rebecca era una persona que no podía mantenerse las cosas ni para consigo misma. Le encantaba hablar y no había cosa que le interesa más a sus oídos que los chismes ajenos. Por supuesto que eso era cuando no estaba todas las noches saliendo a fiestas, o trayendo diferentes chicos o chicas a la habitación, obligando a Emilia a emigrar de allí por una noche.  A pesar de ello, nunca había problemas debido a un sistema que se habían ingeniado por generar entre ambas: Emilia solía ver cintas de cabello atados al cerrojo de la puerta, y allí mismo sabía que hasta nuevo aviso la biblioteca era su segundo dormitorio. De cualquier forma, agradecía que Rebecca tenía la decencia de traer gente sólo y cuando ella no se encontraba allí. _Maldita sea, ¿Dónde se encuentra ese vestido del demonio?-Exclamó con enojo para si misma mientras hurgaba la pila de ropa sobre su cama, ante los ojos curiosos de Emilia. Finalmente, Emilia vió como su amiga sacaba de abajo de su cama un vestido n***o con una sonrisa de satisfacción. Arrugó su rostro en desaprobación ante las acciones de su compañera de cuarto, pero bien sabía que a ella no le podía importar menos.  FInalmente, la morena se dispuso a meterse nuevamente en sus asuntos, poniendose nuevamente sus audífonos con el fin de poder reproducir la película en su computadora, pero el grito de su amiga la sacó de sus pensamientos rápidamente. _¡Sí! ¡Perfecto!-Exclamó de manera emocionada mientras daba vueltas frente al espejo observándose a si misma desde todos los ángulos posibles. Emilia no pudo evitar levantar sus cejas con algo de impresión al verle puesto el vestido más corto y ajustado que alguna vez le había visto usar, y eso que sabía que se trataba de Rebecca. A pesar de ser consciente que simplemente era un vestido de tubo, parecía ser más una blusa. Observó como una vez que su amiga se cercioró de que su vestido se le veía bien, le esparció una buena cantidad de perfume encima. Le dió a Emilia un guiño rápido al verla prestándole tanta atención, cosa que hizo correr su mirada involuntariamente. Tomó su maquillaje junto a un pequeño espejo de mano mientras se sentaba en la cama junto a la morena con el fin de terminar de arreglarse. _¿Qué película has decidido ver hoy?-Preguntó mientras delineaba su párpado. Emilia notó como su amiga lucía algo desarreglada a pesar de ya estar vestida y en proceso de maquillaje. Se dió cuenta que se trataba de su gran melena de cabello, que parecía haber estado siendo sacudida dentro de una montaña rusa. Como sabía que no podía permitir que saliera así, tomó un cepillo de su repisa de noche mientras se acercaba a intentar peinarla cuidadosamente, entre tanto ella  seguía maquilándose. _Es sólo una película de terror que saqué de una página de recomendaciones. _¿Terror? ¿Estarás bien sin mi esta noche?-Bromeó mientras le miraba por el reflejo del espejo de mano. Emilia sólo rodó sus ojos mientras dejaba salir una pequeña risa ante el comentario de su amiga. Una vez había terminado de cepillar su cabello, ésta se giró con dos tubos de labial en sus manos. _Gracias, Em. Ahora dime cuál.-Dijo poniendo frente a ella ambos labiales. Algo dudosa y pensativa los observo un momento, para luego señalar el tono rosado con su dedo índice. Rebecca sonrió y pellizcó una de sus mejillas ante su decisión, mientras se disponía a ponerse encima el labial. Una vez que terminó, miró nuevamente a Emilia. _¿Sabes que puedes venir conmigo cuando quieras, verdad?-Dijo mientras le miraba con una pícara y divertida sonrisa. Emilia debía de admitir que de vez en cuando, le solía tener un poco de envidia a la vida que Rebecca llevaba. A pesar de ir de fiesta en fiesta y salir con gente a diestra y siniestra, seguía teniendo la capacidad de trabajar, ir a todas sus clases y tener un promedio bastante decente. No era como que la morena no saliera a fiestas o no supiera divertirse. En su primer año en el campus había tenido más que suficiente diversión. Pero luego de casi perder el promedio en dos asignaturas y luego de ser verbalmente defenestrada por sus padres, no estaba segura de querer volver a eso actualmente. Era consciente de que este año no iba a a ser de pura diversión, pero también estaba bien con ello. Rebecca pasó una mano sobre su rostro quitando a Emilia de sus pensamientos. _¿Hola? ¿Tierra llamando a Emilia? _Ya te oí, sólo que no tengo nada que decirte. Mientras se ponía sus zapatos, Rebecca miró hacia su amiga con sus cejas elevadas. _Lo sé . Te estoy diciendo que estás invitada a la fiesta. _Mira Beck, no estoy...- Antes de que pudiera seguir su argumento, su amiga tomó ambas de sus manos y las atrapó conjuntamente sobre su pecho. _Mírate, nena. Eres joven, inteligente, bonita y soltera. Te mereces un poco de diversión de vez en cuando. No te estoy diciendo que seas como yo, pero estoy segura de que una fiesta en un fin de semana no te hará ningún daño.-Emilia arrugó su nariz en una expresión de disconformidad mientras su amiga le miraba suplicante.-Vamos, por favor ven conmigo. Te prometo que sólo serán dos o tres horas, y luego si quieres simplemente nos vamos.  _No lo sé... _¡Vamos!-Exclamó suplicando.-Odio la idea de verte aquí sola en la habitación todos los fines de semana. Por favor, Em... A esa altura, Rebecca se encontraba saltando de arriba a abajo en la cama de Emilia de manera insistente, rogándole que le acompañara a aquella fiesta. Por las expresiones de Emilia, su amiga podía notar que lo estaba considerando. La morena mordió con duda su labio inferior, mientras contemplaba la idea. _¡Por favor! Solo por esta vez. Siquiera debes de quedarte toda la noche, sólo intentalo. Te ayudará a liberar estrés, lo prometo. Además, puedo prestarte algo de mi armario si así lo quieres. _¿Lo sacarás de abajo de tu cama también? Rebecca le miró mientras le sacaba la lengua en forma de respuesta. _Ah, sí. Muy gracioso de tu parte.-Soltó mientras rodaba sus ojos.-Espera. ¿Eso es un sí? Emilia dejó salir un suspiro, derrotada ante la insistencia de su amiga. De cualquier forma, realmente se encontraba estresada y la oferta sonaba bastante tentadora. No negaría que las noches en las que Rebecca entraba y salía de la habitación de manera constante le daban algo de anhelo ante su vida no tan agitada, ni quizás tan divertida. A pesar de no ser la persona más fiestera, sabía como pasar un buen rato. Su amiga saltó sobre ella dándole un ansioso abrazo, para luego separarse mientras la tomaba de los hombros. _¿En serio vendrás? Dime que no bromeas.-Dijo haciendo un pequeño puchero con sus labios, que soltó una risa en Emilia. _Si, Beck. Es en serio, iré a la fiesta. Ahora quítate, me estás aplastando. Haciendole caso rápidamente se quitó de su cama mientras observaba ansiosa y expectante. Emilia salió de su cama mientras tomaba su toalla y sus cosas para irse a duchar, no sin antes darle una mirada a su amiga. _Tranquila, puedo hacer mi propio maquillaje, y también tengo ropa para ponerme.-Rió. Rebecca comenzó a saltar y bailar de manera emocionada por la habitación, mientras texteaba rápidamente algo en su teléfono. Canturreaba y se comportaba como una adolescente hormonal, cosa que a Emilia le resultaba más que gracioso ante solo el hecho de que le acompañara a aquella fiesta. Rápidamente se dirigió al pasillo con sus cosas, rumbo a los baños compartidos del edificio de mujeres, así al menos podría estar limpia antes de salir rumbo hacia la fiesta.
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