Mi Nueva Vida

Confundida

De nuevo desperté en la habitación, pero está vez tenía las manos atadas a la cabecera de la cama, mi cuerpo aún dolía pero menos que antes, de nuevo fingí estar dormida y pude escuchar al tipo que creí que tenía la voz dulce, como ya estaba más tranquila pude distinguir en su voz que era tierno casi podría decir que en verdad se preocupaba por mi.

-Hermano creo que no debimos amarrarla, además la lastimaste mucho cuando la trajiste de vuelta

-Yo no la lastime ella se hizo esto sola por querer huir, si no lo hubiera hecho nada de esto hubiera pasado. - El segundo tipo parecía que no le importaba lo que me pasará.

- En parte tienes razón pero perdió mucha sangre, ahora debemos esperar a que despierte ¿Que hacemos si no despierta?

-Pues será más fácil cuidar de ella, ya no podrá escapar si sigue dormida ¿no?

-Supongo, por ahora iré a ver cómo está ella.

-Yo opino que la dejes en paz un rato, en su estado no creo que vaya a ningún lado.

Tenía los ojos entrecerrados cuando vi una sombra entrar por la puerta, gracias a la luz de afuera pude observar como estiraba su mano hacia la pared y giraba una pequeña perilla que estaba en ella, era para encender la luz, mientras más se acercaba poco a poco pude ver qué era hermoso, su cabello era casi rubio y su rostro, era tan guapo, pero había algo que me cautivaba más que su aspecto era la paz que emanaba de él su cara era tan dulce como su voz, solo con verlo tranquilizaba.

De un momento a otro lo perdí de vista creí que se había ido cuando regrese de mis pensamientos ya estaba en una silla junto a la cama, parecía cansado como si hubiese estado varios días sin dormir. Entonces volví a escuchar su dulce voz susurrar en mi oído:

-Eres tan hermosa, tan frágil, tan mía y estás en tanto peligro...- estás últimas palabras hicieron que su voz se tornará molesto, tanto que senti como su mano se volvía un puño sobre mi y lo último que escuché fue -No te preocupes mi amor ya estás conmigo y yo te mantendré a salvo, esas malditas personas no te tocaran ni siquiera podrán mirarte.

Pude sentir como tocaba mi cabello y después senti sus labios posarse en mi frente.

-Tranquila mi amor, solo falta que recuerdes todo para volver a estar juntos. -despues de escuchar estas palabras me sumergí de nuevo en un profundo sueño.

Cuando desperté todo estaba oscuro de nuevo, no se escuchaba ningún ruido y pensé, este es mi momento de escapar de nuevo. Me di cuenta que ya no estaba amarrada a la cama, trate de levantarme y no pude al poner mis pies sobre el piso me caí, era como si no tuviera fuerzas para sostenerme, ahí fue cuando pensé en cuanto tiempo habré estado tirada en esa cama. Cuando quise levantarme escuche una respiración más en la habitación, pensé en esconderme hasta que se fuera pero después recordé mi problemita (no podía levantarme) cuando iba a intentarlo sentí una mano rodeando mi cintura.

-¿Te ayudo?- dijo su dulce voz en mi oído

-Te lo agradecería.

Me ayudó a levantarme pero me lastimó en el intento, parecía que mis heridas ya casi habían sanado pero aún dolían.

-Auch - me quejé

-Perdona si soy brusco, no estoy acostumbrado a cuidar de alguien.¿ Pero porque si necesitabas algo no me llamaste?

-No sabía que no podía caminar y mucho menos que estaba acompañada. ¿Cuánto tiempo estuve durmiendo?

-Te responderé todo lo que quieras pero necesito que te recuestes y comas algo.¿ De acuerdo?

Cómo confíar en alguien en quien no conozco. Pensé, y parecía como si hubiera leído mi mente porque rápidamente me contestó.

-Se que no me conoces pero cuando sepas toda la verdad entenderás el porque estás aquí, pero por ahora te pido que confíes en mí y en qué estás más segura aquí con nosotros.

-¿Nosotros? pensé que está era mi casa.

-¿Lo recuerdas? -dijo emocionado.

-No, bueno eso fue lo que me dijo mi tía al traerme aquí, que la casa era mía.

-Ya veo - su semblante cambio parecía triste - Perdona hablo de mi hermano Jonh y de mí.

-¿Puedo saber tu nombre?

-Vaya, de verdad que no recuerdas nada mi amor.

-¿Mi amor?

-Disculpa pero no me acostumbro a qué no me recuerdes, me llamo Charlie. Y si la casa es tuya, pero también es nuestra, descansa un momento ya te subo algo para que comas. Y responderé todas tus preguntas.

Quería que en ese momento respondiera todo lo que yo no sabía, solo me quedé ahí mirando como salía por la puerta, en lo que él hacía lo que fuera abajo yo trataba de mover un poco mis piernas hasta que al fin logré ponerme en pie, cómo pude y sosteniendome de todo a mi alcance llegué al baño, me mire al espejo y era un desastre tenía el cabello hecho un nido, todo mi cuerpo estaba lleno de golpes y rasguños. Con cuidado me quite todas las vendas y parecía que ya no tenía ninguna herida grave. Encontré mi maleta en el clóset mientras buscaba algo que ponerme encontré mi pijama y la puse sobre la cama junto con mi ropa interior, me di un baño rápido, me puse una toalla alrededor del cuerpo, cepille mi cabello, cepille mis dientes cuando iba a salir del baño me sentí mareada y esperaba poder llegar a la cama.

Cuando todo se nublo y de nuevo alguien estaba sujetándome alrededor de la cintura.

Esta vez no era Charlie, era Jonh.

-¿A caso no te enseñaron a tocar? -le pregunté por la manera en la que entro, me sentía vulnerable porque solo estaba cubierta por una toalla.

-¿Que hubiéramos ganado con eso? Si espero a que me concedas pasar estarías inconciente de nuevo. Además soy el encargado de cuidarte mientras mi hermano no está.

Me tomo en brazos y me llevo hasta la cama, no fue hasta ahí que me di cuenta que era igual de guapo que su hermano pero el tenía cabello oscuro y tenía ojos negros con una mirada rebelde, tenía un aroma que me hacía sentir aturdida, fue hasta que se alejo de mi que pude volver a pensar bien.

-Creo que tienes razón, gracias. Puedes salir para que pueda vestirme.

- No lo creo aquí me quedaré. Qué pasa si te vuelves a caer.

-No te pregunté dije que te vayas. Esta es mi casa y si no te quiero aquí te puedo correr cuando yo quiera.

Se acercó tanto a mi cara que de nuevo me sentí mareada con su olor.

-Mira niña tonta está casa no solo es tuya también nos pertenece a mi hermano y a mi, estás aquí porque eres o eras importante para la familia, así que cállate y vístete.

-Ash -Refunfuñe.- Por lo menos date la vuelta, si me mareo yo te aviso.

Se dio la vuelta pero cada cierto tiempo lo veía voltear.

-Listo ya terminé -Cuando termine de decir eso de nuevo se me nublo la vista y esta vez no me pudo atrapar a tiempo sentí como mis rodillas chocaron en el suelo, pero pude sostenerme de la silla que tenía enfrente.

-Ves te lo dije que habría pasado si no me hubiera quedado.

-Tal vez si no me hubieras estado espiando me hubieras atrapado a tiempo.

Lo vi sonrojarse con lo que le dije y sentí de nuevo como me recostó en la cama, me cubrió con el edredón y dijo

-No te preocupes yo limpio el desorden

Lo vi llevarse mi toalla, supongo que a lavar la había ensuciado de sangre de mis heridas, regreso y lo vi ordenar el baño y poner la ropa de mi maleta en el clóset. Por último lo vi sacar algo largo y rojo de la maleta.

-Es hermoso, a puesto a qué se te ve muy bien.

-¿De que hablas?

Se giro dejandome ver el vestido que compre para mí cumpleaños. Yo no recordaba haber metido eso ahí.

-Este... No lo sé, me lo regalaron de cumpleaños.

-Ah, ya veo.

-¿Fue hace mucho? Tu cumpleaños.

-En realidad no lo sé, No se cuánto tiempo eh estado aquí.

-Un par de semanas tal ves más.

-¿Quéeeee? - Grite pensando en lo preocupada que debería estar mi madre, nunca había estado lejos de casa y mucho menos incomunicada. - Debería llamar a mis padres.

-Jaja - se burló. - ¿Tus padres? Entiendelo niña ellos no son tus padres, esas personas no son tu familia deberías hacerte a la idea cuánto antes.

Estalle en llanto era algo que ya sabía pero aún no quería hacerme a la idea y que un desconocido me lo dijera lo hacía aún peor.

Me lanze sobre el y lo saque a empujones del cuarto.

-No debo dejarte sola -me grito antes de cerrarle la puerta en las narices.

Yo sabía que eso no lo detendría, pero por lo menos quería estar sola.