Capítulo 2: "Una mirada"

1550 Words
Abro los ojos al oír que tocan mi puerta.   Miro hacía mi cama y la veo a Rose dormida. Me levanto del colchón inflable y me dirijo a la puerta.   Me sorprendo al abrirla.   - Papá. - digo - Veo que llegaste.  - Si, anoche. - el también parecía sorprendido.   - ¿Acaso te confundiste de puerta? Te recuerdo que es la mía desde hace 17 años.   - Ya lo sé... - dice con algo de irritación - Es solo que.... - fija su vista en algo a mis espaldas.  Giro mi cabeza hacia dentro de mi habitación y veo que Rose se da la vuelta aún dormida.   - Se queda con frecuencia. - digo.  - Bajen a desayunar, hablaremos luego. - dice con su expresión sería tan característica.   - Bien. - digo y cierro la puerta de mi habitación.  Eso sí que fue raro.   Por si no lo mencioné antes, mi padre es un empresario muy conocido, por lo que viaja con mucha frecuencia. Casi nunca está en casa, para mí suerte.   Él es una persona muy estricta y controladora. Todo tiene que ser como él quiere.   No me importaría si él fuera un padre atento y cariñoso, lo que no es. A veces pienso que le da igual que respiremos o no, mientras no interfiera con sus negocios o su amada reputación.   Mi madre no es muy distinta a el que digamos.   Así que somos solo mis dos hermanos y yo.   Tim es el mayor. Está a muy poco de recibirse, planea seguir con los pasos de nuestro padre. Obviamente en una empresa que no sea de Robert Wallace.   Mi hermano es el responsable. Es sensato, amable, cálido, carismático, inteligente. No hay nadie que lo conozca que no lo quiera. Desearía ser como él.   Por otro lado, Jane tiene apenas 15 años. Le apasiona la moda, es como mi madre en ese sentido, solo que más dulce y simpática. A ella es a quien más le afecta que nuestros padres no noten nuestra presencia.   Tim tuvo que ser fuerte por nosotros, a mí me da igual. No los necesito.   ************  Me dirijo hacia la cama y comienzo a sacudir a Rose para que despierte.  - Rosie... - la llamo y la destapó.  - No molestes Patrick - dice con fastidio volviendo a taparse y cerrando los ojos.  - Rosie... - digo y comienzo a sacudirla nuevamente - Levántate, está mi padre.  Abre los ojos rápidamente.  Busco mi ropa y empiezo a vestirme.  - ¿Te ha dicho algo? - pregunta. Veo que estaba sentada en la cama.  - Toco la puerta hace unos minutos... No dijo más que hola, pero estoy seguro que venía a inspeccionar mi habitación. Actuó algo raro - saco unas bolsas grandes de consorcio de unos de mis cajones. - Lo bueno es que no lo hizo porque estabas aún dormida. - le tiro una bolsa - Levántate y ayúdame.   - ¿A qué? - dice confundida.   - A limpiar el desorden.  - Noooo - dice volviéndose a acostar.  - ¡Levántate! Por favor Rosie, me va a mandar a la escuela militar si ve todo el desastre que escondo.   Voy hacia mi armario, abro las puertas.   Es un verdadero desastre - pienso para mis adentros.  Está lleno de ropa desacomodada, tirada por el piso, además había de botellas de cerveza, de vodka, y cajas de pizza.  - Dios mío.... ¿Acaso hubo una fiesta en tu habitación de la que no me enteré? - dice Rose.  - Después habrá tiempo de criticar, encárgate de abajo de la cama.  Comienzo a juntar la mugre.  - Por Dios, ¿qué significa esto? - oigo a Rose escandalizada agarrando de la punta un condón, me lo tira.  - Eso significa que no vas a ser tía por el momento.   - Me quedo más tranquila. - vuelvo la vista a mi armario - Acá abajo es algo así como un campo minado de condones. Yo ni loca limpió esto. - continúa Rose - Yo me encargo del armario.  - Que escandalosa, como que si nunca visite uno - digo mirándola pícaro.  - Vete a la mierda.   - Fuiste la primera en probar esta exquisitez - digo señalándome - deberías sentirte afortunada.  - Oh sí, me siento bendecida por Dios -   - ¿Eso fue sarcasmo?  - ¿Tu qué crees?   Hace dos años atrás estábamos solos en casa, mirando una película. Una cosa llevo a la otra y terminamos haciendo el amor en mi cama.  Fue la mejor experiencia que tuve en mi vida.  Quise tratar de explicarle cómo me sentía, pero ella se me adelantó, diciendo que solo éramos unos amigos que querían experimentar la primera vez con alguien especial.   Y con alguien especial se refería a "un amigo especia". Y déjenme decirles que dejó muy claro la parte de "AMIGO".  Nunca me había dolido tanto una palabra.   Desde entonces, paso el tiempo teniendo sexo con otras chicas, sin ataduras, ni nada serio, hasta que Rose se dé cuenta de que debemos estar juntos.  Ella, por algún motivo que desconozco, tiene la manía de tener sexo con hombres mayores. Y con hombres mayores me refiero a los compañeros de universidad de su hermana. Busca un hombre maduro, pero no se percata de que yo lo soy.  ************  Estando en clases pido permiso para ir al baño.  Me dirijo al baño más alejado de las aulas. Al entrar había un grupo de tres chicos dándome la espalda, se dan la vuelta algo asustados.  - Pero si eres tú Patrick. - dice Luka.  - Casi haces que nos caguemos en los pantalones. - dice Derek.   Los observó mejor. Fumaban.   - ¿Que tienen? - pregunto acercándome a ellos.   Dan me extiende el cigarro.   - Es solo Maria.  Lo tomo y le doy una calada.   - ¿Crees que puedas conseguirme algo de opio? - pregunto dando otra calada.  - ¿Semana difícil? - pregunta Derek.  - Mi padre volvió. - digo con fastidio.  - Que mal, hermano. - dice Luka.  - Veré de traerte para mañana. - dice Dan - Pero me debes un favor.  - ¿Qué necesitas de mí? - pregunto mientras sigo fumando.  - Ya que dejaste de jugar con Zoe, crees que puedas empezar a conquistar a Ava.   - ¿Ava? ¿Y eso como te beneficia? - pregunto extrañado.  - Quiero a Vanessa, pero ella no hace nada si no tiene a su mascotita detrás.  - Ya veo... Cita doble.   - Exacto.   Suspiro. - Bien, lo haré. No está tan mal.  - Es rubia, sé que son tu debilidad.   - Su debilidad es Rose. - dice en tono burlón Luka.  Lo empujo - Ya cállate, imbécil. - digo con fastidio.  - Tranquilo, solo era una broma. - dice riendo.  - No seas tan mariquita Patrick. - dice Derek.  Vemos que entra Ian Archibald.  - Pero miren quién es, el chico nuevo. - digo.  - Oye, rubio. Podrías dejar en paz a nuestras chicas. - dice Dan.  - ¿Rubió? Ni debe ser natural. - dice Derek - Tratas de impresionar haciéndote el chico rudo. Pero estas en nuestro territorio.  - Es verdad, no puedes tenerlas a todas. - agrega Luka.   - ¿Por qué no? ¿Acaso son propiedad de ustedes? No recuerdo haber visto sus nombres en sus v*****s. Tal vez ese es el problema con ustedes, a las mujeres no les gustan los hombres sin cerebro, y que encima son vergas chicas. - dice Ian.  Derek hace ademán de acercarse para golpearlo, pero lo detengo.  - No es buena idea que empieces una pelea en los baños con el olor a m*******a que hay. - digo.  - Patrick tiene razón, Derek. - dice Dan.  - No faltará oportunidad para romperle la mandíbula. - agrega Luka.  - Volvamos a clases. - dice Derek, y sale del baño con Luka y Dan detrás.  Me acerco a los lavabos y me enjuagó la boca, para quitar el olor.  - ¿Quieres una menta? - pregunta el rubio.   Lo miro a través del espejo.  - ¿Sigues aquí? - pregunto con fastidio.  - Solo venía al baño, no sabía que tú y tus amigos lo tenían de cuartel para fumar.  - Todo el colegio sabe que el último baño del segundo piso, en realidad es para fumar y vender hierba. - digo.  - Soy nuevo, se ve que hay muchas cosas que todavía no se.  - Será mejor que las aprendas rápido. - digo. Me dirijo hacia la puerta para salir, cuando al pasar por su lado me extiende su mano. Tenía una menta.  - Tranquilo, no te la cobraré. - dice.  Sigo de largo.   Maldito rubio imbécil.  ********  Estaba esperando a que Rose se dignara a salir.  Se me acercan mis amigos, quienes hablaban entre ellos.  - Es un arrogante. - dice Luka - se cree la gran cosa.  - Ya nos las va a pagar. - dice Derek.  - ¿De que hablan? - pregunto.  - Del nuevo, y de cómo vamos a hacer que se arrepienta de lo que dijo. - dice Derek.  - Oye, Romeo, allá está Ava. - dice Dan cambiando de tema.  Me doy la vuelta y la veo parada con su celular.  - Allí voy. - digo.  - Al ataque tigre. - dice Luka.  Me acerco a ella.  - Hola Ava. - digo con mi típico tono seductor.  Ella levanta la vista de su celular algo sería, pero al verme sonríe.  Lo sé, ese es el efecto que produzco en las chicas.  - Patrick, eres tú. - dice sonriente.  - ¿Quien más? - digo. Ella ríe. - Me preguntaba si te gustaría que hagamos algo.  - ¿Ahora? - pregunta.  - Claro, por qué no.   - Por mí perfecto, mis padres no están en casa.   - Por mí también perfecto. - digo.  - Genial. Pues vamos entonces.  - Aguarda que le aviso a mi amiga que no me volveré con ella.  - Claro, te espero.  Me voy la vuelta y distingo a Rose.  Al caminar hacia ella paso por al lado de mis amigos, quienes tenían sus pulgares levantados en señal de victoreo. Río.  Mi vista se dirige hacia un par de ojos verdes que me miraban con atención. Una mirada que hace que se me ericen los vellos de los brazos, y que me recorra un escalofrío por la columna vertebral.   Una mirada que no me va a ser tan fácil de olvidar...
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