Aiden bajo del auto n***o cerrando la puerta con algo de fuerza. Camino hasta la entrada del instituto.
— Joven Aiden —.
El pelirrojo se detuvo cerrando los ojos y se dio la vuelta.
— ¿Oliver? —Pregunto entre dientes, no le agradaba que las personas lo miraran y murmuraran a sus espaldas.
— Su saco, joven —Le extendió.
El adolescente se acercó rápidamente y lo tomó dándose la vuelta.
— Princesito ¿no quieres que te carguen la mochila? —Se mofo uno de sus compañeros.
No dijo nada, y siguió su camino hasta llegar a su salón. Tomó asiento en el último asiento soltando un suspiro por la ventana podía ver a Oliver y Stevan.
"— No puedes hacerme esto —Gruñó Aiden —...ya tengo suficiente con que sepan que soy tu hijo —
— Por eso mismo tengo que hacerlo, todos saben quién eres y van a querer lastimarte —
— No inventes, papá —Se cruzó de brazos —, ¿sabes que tan humillante será para mí tener guardaespaldas ahí? —
— Importa muy poco la opinión de las personas, lo que me importa es tu seguridad —
— ¡Te detesto! —
El pelirrojo salió del despacho."
— Aiden, Aiden —Javier y Diego llegaron con él — vimos a tus perros guardianes afuera —
— No me los recuerdes Javi —Susurro — estoy harto de esto —Les dijo — ¡no puedo hacer nada y ahora menos! —
— Tranquilo, amigo —
— ¿Tranquilo? —Pregunto a Diego — ustedes no me entienden, ustedes pueden tener libertad para ir a cualquier lado y yo...yo ni siquiera puedo ir al maldito baño solo —
— Aiden...—
— Oye...—
Ambos chicos miraron como su amigo se iba del salón. Javier sacó su celular.
— Oliver acaba de salir del salón —Informó.
— Gracias, Javier —
Diego suspiro negando con la cabeza.
— Aiden nos matara si sabe que también somos parte de su personal —
— Aiden no lo va a saber, tranquilo...nosotros más que sus guardaespaldas somos sus mejores amigos —
— Por eso es que me da más miedo que se entere de esto, nos odiara —
— Tranquilo Diego, todo está bien —Tranquilizó a su amigo y compañero.
***...***
— ¿Joven Aiden? —Oliver tocó la puerta del cubículo.
— ¿¡Es que acaso ya no puedo tener un poco de privacidad!? —Pregunto molesto abriendo la puerta — ¡estoy aquí completo, Oliver! —Le grito — ¡déjame en paz! —Volvió a cerrar la puerta — ¡lárgate es una orden! —
El mayor dio un suspiro resignado.
— Estaré afuera joven —Informó.
***...***
Sentía la adrenalina recorrer todo su cuerpo mientras seguía alejándose de ahí. Una sonrisa surco su rostro.
Era libre...
Cruzó una esquina, y sintió como chocaba contra algo duro provocando que cayera al suelo.
Al abrir los ojos se encontró con una mirada oscura como la noche mirándole con seriedad.
— Perdón —Murmuro levantándose —...en serio, venía...eh...distraído —
— Se nota —Rodo los ojos, observó al pelirrojo de pies a cabeza notando el uniforme estudiantil.
"Es un riquillo..."
— Con permiso —Hizo una leve reverencia.
Spencer lo miró como empezaba a correr de nuevo. ¿Al menos sabría para dónde se dirigía?
"Lo dudo mucho"
Dio un suspiro, y siguió el mismo camino que ese chiquillo claramente ingenuo que iba directo a la boca del lobo.
***...***
— ¿¡Cómo que no está!? —El presidente Mahone preguntó alterado.
— Lo sentimos, ha sido nuestro error —Olvier hizo una reverencia — ha sido mi culpa por no vigilarlo bien sabiendo como es el joven Aiden —
— Encuéntralo Oliver...sé que puedes encontrarlo, trae a mi hijo sano y salvo por favor —
— Si señor...—
Oliver salió del despacho dando un suspiro. Stevan se acercó.
— ¿Estamos despedidos? —
— No...debemos encontrarlo —
— Claro Oliver, estoy aquí para cumplir tus órdenes —Le dijo.
***...***
Aiden se detuvo y miró a su alrededor, no sabía dónde se encontraba. Mordió su labio inferior sin saber qué hacer.
— ¿Perdido? —
Dio la vuelta encontrándose con el mismo tipo con quien había chocado.
— Para nada. Estoy...estoy esperando a alguien —
— ¿De verdad? —Pregunto con sarcasmo — ¿a quién podría esperar alguien como tú? —
— ¿Alguien como yo? —Pregunto tragando saliva, quizá ese hombre ya sabía quién era y ahora lo secuestraria y vendería sus órganos uno por no.
— No tienes pinta de ser de por aquí...eres un chiquillo rico se nota —Se cruzó de brazos.
— Uh-uh...oh si...yo...soy eso, solo...un ¿chiquillo? —Frunció el ceño — ¡tengo 20! —Mintió.
— No te pregunte, ven conmigo...—
— ¿Por qué debería? Ni siquiera te conozco —Le dijo.
— Bien, como quieras...buena suerte —Se encogió de hombros y se dio vuelta empezando a alejarse.
Aiden se dio vuelta y se asustó al ver unos tipos bastante peligrosos a unos metros de él.
— E-espera...—