Prólogo

252 Words
Dante despertó en la cárcel desorientado y sin recordar nada de lo sucedido la noche anterior. Frente a él, un hombre con el entrecejo fruncido le miró y suspiró. — ¿Qué hago aquí? —preguntó Dante sin entender por qué se encontraba tras rejas. El hombre levantó una ceja y volvió a suspirar. — No te hagas el estúpido, muchacho. Eres un asesino. Sorprendido, Dante comenzó a sentir como un sudor frío recorría su cuerpo y murmuró: — No recuerdo nada. No entiendo. — Deberías. Vas a pasar muchos años en una celda como esta. El muchacho seguía sin comprender. Solamente recordaba salir de una cafetería para encontrarse con su pareja y luego los recuerdos se nublan en su mente. — ¿Quién murió? — No lo sé, solo escuché que una muchacha —habló el hombre—, yo estoy aquí por robar, no para decirte las mierdas que haces. Se escuchó como unas llaves golpearon contra las rejas de la celda gris y fría y Dante levantó la mirada, encontrándose con un policía que le miraba con rabia. El hombre limpió su frente y le gritó: — ¡Levántate! Sin entender y con un agudo dolor en su cabeza siguió órdenes y pronto fue escoltado fuera de ese lugar. — ¿Podría decirme qué hice? —preguntó sintiendo las esposas frías en sus muñecas. El policía se rió de forma sarcástica y habló: — Mataste a tu pareja, ojalá te pudras en la cárcel. Pronto el mundo de Dante se desmoronó y sus ojos se nublaron. No podía entender nada y tampoco creer que su novia estuviese muerta. ¿Acaso aquello era un mal sueño?
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