JUGLAR URBANO 2
PARRILLADA DE GONZÁLEZ
El gordo González era el alma de toda fiesta que se hiciera en la oficina, además organizaba lo que le pidieran, santos, cumpleaños, despedidas de solteros o solteras, hasta aniversario de matrimonios. Pero nada se comparaba con las salidas a comerse una parrillada. El guatón siempre se comía esas tonteras que no se las come nadie, los interiores, así que los únicos problemas que habían, eran porque arrasaba con las papas cocidas.
La crisis del gordo fue cuando empezaron los problemas de la carne; les encontraron a los animales un virus, por lo que el gobierno estaba evaluando prohibir la venta de carne de vacuno y todos los subproductos.
Pero en la picá de González siempre había parrillada, aunque a veces dudábamos de la procedencia de las cosas, era el único lugar donde se podía comer barato y contundente.
La dueña del local, ante la prohibición del vacuno, decía que sus productos eran de la mejor carne de caballo que existía. Esa mina también era un personaje, una viuda rebuena, carnudita, y parece que había tenido su historia con este guatón picado de la araña.
Se decían mi vida, mi cielo, y cuanto cuento cursi se te ocurra, pero parece que al guatón ya no se le subía la bilirrubina por ese pedacito de carne. Cada vez que íbamos con el gordo, se ponía a tomar, y al final empezaba a hacer escenas, y se ponía a pelear con el guatón, que medio cocido, le gritaba siempre la misma frase, “tenis menos carne que un lápiz, flaca, no serví ni pa’ una parrilla de tallarines”. Y la mina le contestaba, “mira guatón desgraciado, un día te voy a pillar volando bajo y te voy a faenar”. Era el mismo show cada vez que nos íbamos de la picá de la cuco, como le decía el gordo.
El problema sucedió el viernes pasado, estábamos en la famosa picá, con el guatón, cuando en las noticias dijeron que el Estado había prohibido definitivamente y por un plazo indefinido, comer cualquier tipo de carne que no fuera ave o pescado. Al principio creímos que era hueveo, el guatón se cayó al piso tomándose el pecho, cuando dejamos de reírnos, el guatón ya no se movía. En eso apareció esta mina, con un par de tipos, se lo llevaron pa’ atrás, y cerraron el negocio.
Todos nos fuimos, pa’ que nos íbamos a meter en ataos, y la mina igual era la querida, así que seguro lo cuidaba como nadie.
En la oficina no apareció más el guatón, y tratamos de averiguar su teléfono o su dirección pa’ ir a verlo a la casa. Nadie sabía nada, y lo único que teníamos era su número de celular, que era el que tenía todo el mundo. Y cuando llamábamos, salía esa famosa grabación de que estaba apagado o fuera del área de cobertura.
Por eso vinimos hoy a comer a la picá, mi oficial, pa’ saber del gordo, pa’ preguntarle a la cuco qué lo había hecho. Cuando llegamos, el gil del mesón nos dijo que la jefa se había ido al norte. Y pa’ no perder el viaje, pedimos una parrilladita de interiores, en honor al gordito. El mismo gil nos dijo que era la última que les quedaba. Como nunca traía de todo: chunchules, ubres, longanizas y prietas. Todo estaba rebueno, con sabor nunca antes visto... hasta que en una longaniza, me apareció el anillo del gordo, y a mi compadre le apareció el diente de oro en una prieta.
Después de todo, el que les animó todas las fiestas, les cantó el ultimo bolero, “sabor a mí”.
JUSTICIA DIVINA
Cuentan que la luna negra, es un espíritu ancestral, que para muchos es sinónimo de sombra, y no es más que el reflejo negativo de la luz, es la no luz en un lugar iluminado. Mientras más intensa la luz, más intensa la sombra, y mientras más difusa la luz, más difusa la sombra, es un eterno diálogo entre lo conocido y lo desconocido. Entre lo que se ve y lo que se oculta.
Este espectro es asiduo a poseer almas frágiles y sensibles, para poder decir a través de ellos, todo lo que quiere contar.... ya que dialoga en silencio con la conciencia de todo cuanto le rodea.
Esas eran las palabras que estaban talladas en la vieja caja de madera que contenía a esa muñeca extraña. La mona era re fea, de partida y como es lógico era negra, con chasca, larga y delgada como un pepino, falda y cosas como indígenas. Y al no ser tan grande, parecía escobilla de lustrar zapatos.
Esta cochinada me la pasó mi abuela cuando se fue al asilo, y yo la puse de adorno. Eso fue hace como seis años en realidad, y recién hoy me dio por observarla en detalle. Será por que a la Katy le gustó esta mugre, que me dio por mirarla. Cuando uno le va viendo los detalles se da cuenta de que no es tan fea, y que la mujer que la inspiró, debió haber tenido bonito cuerpo. Pensaba en eso cuando llamó la Katy.
Hola Manuel, cómo estás, y, todavía tienes la mona esa... la negrita chica.
Si, por supuesto, ¿por qué tanto interés? En ese momento tenía la mona en la mano, y de repente me dije a mi mismo, “esta mina quiere comprar la mona, y está dispuesta casi a cualquier cosa por ella”, y su voz me saco del trance... ¿Qué cosa?
No, es que me gustó mucho.... oye Manolo, véndemela, ¿ya?
Mira flaca, es un recuerdito de familia que no está a la venta, pero ¿qué estarías dispuesta a ofrecer por ella?
No seas fresco, pero igual haría cualquier cosa, ¿que te gustaría?
Tengo poco tiempo, si hablas en serio, nos vemos en la noche aquí en mi casa y llegamos a algún acuerdo.
En ese momento, de nuevo una voz interior me dijo, “esta mina está dispuesta a lo que le pidas, sólo porque le gustas, y no se te vaya a ocurrir darle la luna negra”.
Me quedé trabajando en la casa toda la tarde, con la mona al lado del computador, era como mi musa inspiradora la negrita. En algún momento llamó mi jefe, y empezó a darme instrucciones sobre el artículo que estaba escribiendo.
Ya me tenía medio chato cuando me puse a jugar con la mona mientras escuchaba. Fue ahí donde me empecé a asustar, mientras mi jefe hablaba en el teléfono, escuché de nuevo mi voz interior que decía “cuidado, tu jefe te quiere cagar, quiere que lo hagas como él dice para que tengas problemas con los jefes de más arriba, y te echen a la calle. Todo esto es porque lo viste salir del motel con su secretaria”
Fue inevitable, oía que hablaba, pero sin saber que decía lo interrumpí y le dije... Oiga jefe, soy una tumba, no se preocupe, yo no ví nada, su vida es suya y de nadie más, no sea leso y no se pase rollos.
Que pasa Manuel, me estay amenazando gil, crees que te tengo miedo. Tengo clarita la foto que me tomaste con esta cabra chica, pero no te pongas huevón. Si me quieres cagar, te garantizo que no voy a caer solo.
No jefe, justo de eso se trata, yo no sé nada, no tenemos de que preocuparnos, de nuestro secreto, nadie va a saber, además no estoy seguro de que si era usted.
No me agarres para el hueveo Manuel, eres bien hombre por teléfono, veamos si lo eres en persona, voy para allá.
Aló, jefe, aló!!!.
Chucha, parece que en vez de arreglarla, la cagué más.
En ese momento solté la mona. Y me puse a pensar en qué iba hacer. En eso, ring, ring, el teléfono de nuevo, ya tenía miedo de contestar, aunque dentro de mí existía la esperanza de que fuera mi jefe en buena onda, y solucionáramos el mal entendido.
Aló?
Aló, usted es Manuel, ¿cierto?
Si señorita, soy Manuel, ¿con quién hablo? Ya sabía lo que podía pasar, pero igual agarré la mona y esperé.
Manuelito, no nos conocemos, pero yo sé todo sobre ti, incluso donde vives, y me gustaría ir a conversar contigo, sobre un temita en el que tu me podrías ayudar.
Perdón señorita, ¿Quién es usted? En eso mi voz interior me comenzó a decir: “es la esposa de tu jefe que te quiere comprometer para así poder separarse de él, te quiere de testigo presencial de la infidelidad, y está dispuesta a darte lo que le pidas, además es bien bonita.”
Mira Manuel, no te alteres, soy la esposa de tu jefe y sé que tenemos que conversar algo los dos, te aseguro que vas a ganar por todos lados si te juntas conmigo.
Señora, qué quiere, yo no.....
Ya manolo, tranquilo, voy para allá, ¿tienes cama de dos plazas?...
Aló, aló, señora, aló...
¡Qué hago ahora! Mejor me voy de aquí, total cuando lleguen todos no voy a estar.
Ring, ring.... Corrí al teléfono, y cuando me atreví a contestar me di cuenta que era el timbre de la puerta.
Cagué, fue lo primero que pensé.
Aquí va a quedar la cagá. ¿Qué hago? Me acerqué a la puerta para mirar por el ojo mágico, y escuché clarito mi nombre…
Manuel, Manuelito, abre pues, ya sé que estás ahí.
Como era voz de mujer, y me parecía conocida, abrí.
Cuando la vi se me cayó la cara. La acabo de cagar más, fue lo primero que pensé. La mina era la secretaria de mi jefe.
Hola po’ Manuelito, déjame entrar, ¿no ves que es feo tener a una mujer como yo aquí en la puerta?
La muy tímida entró y se sentó en el sofá, cruzó la pierna, y me mostró su paraíso, entre los nervios y el panorama, me comenzó un dolor de estómago increíble.
Ven Manolito, siéntate aquí bien cerquita mío, ya po’, yo te tengo por bien hombre, ven para acá, para que empecemos a conversar.
La invitación era casi irresistible, si no hubiera sido por las ganas incontenibles que me dieron de ir al baño, hubiera corrido a sus brazos. Así que...
Perdona Yaqui, espérame un ratito, voy a las casitas y vuelvo. Corrí al baño y lo dejé bien cerrado por dentro, y abrí la ventana de par en par. Estaba tan nervioso que no aflojaba, entre lo preocupado, lo urgido y desesperado, me di cuenta que me estaba limpiando el poto con la toalla, y que me había ensuciado la pierna.
La única solución era la ducha, así que rapidito, manos a la obra. Estaba en eso cuando la yaqui empezó a golpear la puerta.
Ya po’ Manolo, ábreme, ya sé que te estas bañando, no te bañes solito. Abre manolito, te va a gustar lo que estoy pensando hacerte.
Ya Yaqui, ya voy, un segundo, cuando agarré la toalla estaba llena de mierda. ¿Ahora qué hago? Chucha, era uno de esos momentos donde todo esta mal y va empeorando a cada segundo. Me bajó un emputecimiento que agarré la cortina del baño y me la amarré a la cintura, boté la toalla al patio, y me preparé a abrir la puerta del baño y echar cagando a esa loca ninfómana que estaba en mi casa. Cuando abro, la Yaqui en traje de Eva, era bien rica la tonta, el jefe no era nada de gil, esta minita estaba hecha a mano.
¿Qué pasa Manolito, no te gusta lo que ves?
Igual, que un niño me puse a correr por la casa, y la loca corriendo detrás mío, hasta que de repente, ring… ring… el timbre.
Un escalofrío me recorrió entero, le dije a la loca que se cubriera, mientras me acercaba a la puerta. Puse la mano en la manilla y ella se lanzó encima.
No abras Manolito, estamos bien aquí juntitos los dos.
Córrete enferma y déjate de correrme mano, esto es importante, anda a taparte.
Y abrí a sangre fría, para ver si así le daba vergüenza y se escondía. Al abrir, otra tremenda mina, que me miró y entró sin decir nada. Una vez adentro quedó parada frente a frente con la Yaqui, que se había quedado ahí parada como si nada.
Y tu Yaqui, ¿qué haces aquí? No me vas a decir que a éste también te lo estas tirando. ¿No te basta con mi marido?
Cariño, tu sabes que soy insaciable, o no te acuerdas de nuestras noches de lujuria... yo sé que sí, apuesto que desde que decidiste ser heterosexual, no has tenido noches como las nuestras. Lo sé, tu maridito no rinde ni diez minutos, y tiene costumbres extrañas, ¿nunca te ha dicho que le metas el dedito?
En eso entra mi jefe, huevón yo también, había dejado la puerta abierta, y con mansa conversación, se me había olvidado que estaba en pelota...
Hola mi amor, le contaba a tu señora lo bien que lo pasábamos los dos....
¿Qué querida?, y tu Yaqui ¿qué haces desnuda? ¿Qué está pasando aquí?
Mira infeliz, nada de querida, la Yaqui es mi antigua pareja gay, y en venganza se metió contigo desgraciado, para demostrarme que tú eres igual a los demás.
Eso es lo que me encanta de ti, entiendes todo inmediatamente, si me metí con este mamarracho fue por despecho. Tú de un momento a otro me dejaste, y por un hombre más encima. Cuando me dijiste que era distinto, me reí por semanas, y supuse que si te demostraba que era igual que todos, volverías conmigo.
Mira Yaqui, tenemos que hablar las dos solas, agarra tu ropa y vamos a la cocina a conversar, permiso, par de huevones.
¡Que significa esto Manuel, estás metido en esto, lo sabías todo maricón, y me tendiste esta trampa! No jefe, nada que ver, yo recién me entero.
Hola, buenas tardes, ¿cómo están?........
Nunca había estado tan feliz de ver a la Katy, la mina me sirvió de cortina de humo, y así pude evitar que mi jefe me matara.... jefe, una amiga, Katy.
Oye Manuel, ¿por qué andas en esa facha?
Perdona Katy, me estaba bañando y abrí la puerta, me voy a vestir y vuelvo, los dejo conversando, ustedes tienen mucho en común. Salí corriendo al dormitorio, me sequé con la primera huevada que encontré, y escuchaba como mi jefe conversaba con la Katy, estaba coquetón el huevón, y eso que unos minutos atrás casi me mata.
Una vez seco, vestido y perfumado me sentí relajado. En la casa parecía estar todo tranquilo, escuchaba a lo lejos el cuchicheo de mi jefe con la Katy, y de la cocina no tenia idea. Ya no habían gritos. Así que salí del dormitorio, con pecho de paloma y a lo campeón, total, esa era mí casa, yo era el rey.
Manolito, vine a buscar la monita esa que me gusta tanto, después veremos como te la pago.
Ok, Katy, te la regalo, no te preocupes... total, esa mona de mierda había causado todo esto.
Gracias cariño, después te cuento
Mira Manuel, que esas locas solucionen sus dramas. Yo me voy a tomar un traguito con esta hermosura de mujer, chao.
Chaito corazón.
Quién lo diría, el jefe se fue con la Katy, y me dejó con el cacho a mí. En eso se abrió la puerta de la cocina.
Mira Manuel, yo y la Yaqui nos vamos, no te preocupes, no te vamos a meter en huevadas, chao. De premio de consuelo, se fueron las dos. Cerré la puerta y me tiré en el sofá. Estaba agotado. Ya me había pasado de todo.
Pasó un rato, y suena el teléfono.
Era la empresa de la competencia, y me llamaban para ofrecerme pega, mejor sueldo, y mejor cargo. Contesté inmediatamente que sí, así me sacaba de encima a mi jefe.
Al otro día renuncié en la pega, y empecé en el trabajo nuevo. Semanas después supe la noticia, uno nunca sabe de donde va a caer la justicia, las lesbianas se quedaron juntas, e incluso me han llamado para invitarme a comer, pero me da miedo ser yo la comida de esas enfermas.
La Katy con mí ex jefe, esa si que es buena. Supe que la Katy estaba en tratamiento psicológico por algo así como una obsesión fetiche, estaba pegada con algún objeto extraño. Y a mi jefe, lo había internado ayer en la posta, porque tenía trabada una mona negra y larga en el poto.
Eso es justicia Divina, ¿o no?
MARIPOSA NOCTURNA
Para nadie es desconocida la palabra vampiro, son esos seres de la noche que necesitan succionar vida a otros, para prolongar su existencia.
Al ser almas en pena, se les relaciona también con la capacidad de liberar hasta las más íntimas de las pasiones, por lo que poseen una imagen erótica, sensual y s****l. En nuestra actualidad, se les conoce como vampiros a los que viven de otros, y les gusta que los inviten, tengan y mantengan a cambio de un buen rato, y si se invierte lo suficiente, podrán darte un rato de placer.
Se llamaba Emilio, había nacido en La Ligua, pero se hacia el centroamericano, siempre se preocupó de la facha, buena pinta, bien tenido, gimnasio diario, y aunque apenas sabía hablar, no era tan tonto.
En el barrio todos creían que era mamásan, que se reía en la fila, se le daba vuelta el paraguas, se le quemaba el arroz, se le chorreaba el helado, se le apagaba el piloto del calefont o simplemente, que era marica. Sin mayor explicación, empezó a andar con mucha plata en el bolsillo, incluso se fue a vivir con unos gallos a Providencia. Por eso, todos se convencieron que era gay.
Un día, uno de los cabros del barrio, lo vió en una esquina, arriba de un tremendo Meche, besuqueándose con una vieja cuica, que según el sapo, no era pa’ ná fea. Otro día, el Luchín lo vió con dos viejas cuicas también, en un restaurante donde él trabajaba de mozo. Comieron a todo cachete, y le dejó un tremendo billetón de propina. Además se fué bien agarradito de las dos mujeres.
Se decían muchas cosas sobre él, hasta que el Carlos se lo encontró en el barrio Suecia, y le preguntó derechamente, ¿a qué chucha te dedicas Emilio?
Aquí estoy, de vampiro po’ huevón, no te das cuenta.
¿Cómo de vampiro, huevón? ¿Dónde tienes los colmillos?
Siempre tan ignorante como todos los giles del barrio, de Vampiro, de gigolo, de puto gil... de puto. Me gano la vida con el sudor de mi estaca. Cachaste ahora imbécil.
Puta que güena pega, ¿qué tendría que hacer yo pa’ dedicarme a lo mismo?
Nacer de nuevo huevón, no te da ni pa’ mascota de Digimon. Si te falta la pura pluma pa’ parecerte al más feo de la tribu. Por lo guatón, n***o y chico, te podís dedicar a aceituna huevón. Ahí puede que tengas futuro.
Estay graciosito gil, el perro con más pulgas, la torta con más velas, la gallina con más plumas, el gusano con más patas, la piedra con más musgo, el más bonito...
Si poh huevón, el más bonito, la minas pagan por estar conmigo. Ya, córrete engendro de momia, aún no es la noche de los muertos vivientes, así que devuélvete a tu hoyo guarén de acequia.
Cuando el Carlos contaba esta conversación que tuvo, iba cambiando de color mientras hablaba. Todo quedó así por largo tiempo, hasta que un día veo a Emilio en mi oficina. Puta que se veía bien, parecía magnate. Una tremenda pinta, el terno que llevaba costaba como un año de mi sueldo. Me quedé tranquilo en mi escritorio, y de repente, se acercó a saludarme.
¿Cómo estás? , te ha ido bien parece, trabajas en una hermosa oficina.
Si, gracias, estoy muy bien por ahor...
Sí, claro, nos vemos, cuídate. Llámame un día y nos juntamos a tomarnos un trago.
El gil no me dejo terminar y se fué. Me calenté tanto que iba a salir detrás de él pa’ darle, pero como iba acompañado del jefe y otros compadres, mejor no meterse en huevadas. Entraron a la oficina, y el jefe le hizo unos cheques y se fue. Se despidió de manito el niño bonito, ojalá lo hubiera agarrado, pa’ enseñarle que a mí no me huevea nadie.
Haciendo lo mismo lo vi varias veces el año pasado, cada tres meses aparecía el galán de caricatura, tomaba sus cheques y se iba. Incluso para la pascua, me regaló una tarjeta de Navidad, sin dedicatoria, sólo la firmó. Que detallista el huevón.
Mi jefe me encargo buscarlo, después de mucho trabajo lo encontré una noche, de transformista y no pude evitar hablar con él…
Pero cómo llegaste a esto, lo último que averigüé de ti es que te habías metido con la señora del Marbao, y que habías embarazado a sus dos hijas, eso sí es de macho.
Ahí sí, no sé qué me da, pero voy a contarte todo, todo. Cuándo supo, Don Marbao, se enojó tanto que creí que me iba a matar. De hecho, me ajustició en persona con el mismo tratamiento, una y otra vez.
La cosa es que le quedó gustando a él y a mí, esa forma de castigo.
Sabes, tanta mujer, de tantos tipos, de tantos colores y sabores, te aburre……, siempre es lo mismo. Pero esto es todo nuevo, juego a ser él o ella.
Y el Marbao…. ¿qué?
Viene a hacer sus tareas de vez en cuando, y también juega, él decide si quiere juntarse con Emilio o Emily.
La ondita, y parece que ganas más plata así que antes.
Sí lindo, me hago rico, o rica, hay no sé. Pero, ¿por qué llegaste aquí?, ¿por qué me andas buscando? Antes que me respondas, por tu bien, olvídate de todo lo que has escuchado y sabes de mí, mira que don Marbao se habrá vuelto maricón, pero sigue igual de malo.
Mira Emilio, perdón Emily, como sea, me mandaron a buscarte, ahora entiendo que era el gil que te pagaba por seducir a las hijas del Marbao…. Ahora entiendo cuando decías que el placer puede ser como la droga, oscuro y sin salida.
¿Hasta dónde llegarías por un poco de placer?
FRANCOTIRADOR
Es demasiado
Como si no fuera suficiente,
En las escaleras de salida del metro,
Asechando,
En vez de pedir plata como todos,
Lanza como si nada, su sonrisa y sus buenos días,
Que llena de calor, mi fría y metálica mañana de invierno.
METRÖPOLIS
Aire denso y contaminado, en una superficie sobre poblada.
Por sus vías artificiales trozos de metal con ruedas colapsan.
La gente como hormigas corre en los mínimos espacios del movimiento urbano.
Todos van y todos vienen al mismo tiempo.
Bajo tierra gusanos metálicos recorren sus entrañas, tragando y escupiendo gente en estaciones.
En esta vorágine salvaje, como una burbuja sin mundo, recuerdo con nostalgia cuando aún tenía tiempo.
Mi plaza con árboles, donde me sentaba a tomar helado y ver pasar el día...
POBRES SERES
Es la historia de un hombre que construyó su pasado a través de los seres que conoció en su camino.
Tuvo una amiga Vaca. Gorda, simpática y tierna, pero solo servía para alimentarlo.
Tuvo una amiga Elefante. Grande, de buena memoria, pero tan pesada que hay que quererla mucho para soportarlo.
Tuvo una amiga Sapo. Que además de fea, no era capaz de guardar un secreto.
Tuvo una amiga Loro. Que siendo bella, hablaba hasta por los codos.
Tuvo una amiga Gato. Que te capturaba con sus ojos, jugaba contigo, era hermosa de noche y mañosa de día, y se iba con quien quiera.
Tuvo una amiga Mono. Que siendo atlética y ágil, nunca soltó una ramita sin tener agarrada otra.
Tuvo una amiga Lobo. Te ronda, se te acerca, toma de ti lo que le interesa, y se va por otra presa.
Tuvo una amiga Avestruz. Siempre escondía la cabeza, y dejaba el poto afuera.
Tuvo una amiga Pescado. Hay que cortarle la cabeza, porque lo único que sirve de ella es el cuerpo.
Tuvo una amiga Serpiente. Te enrolla y aprieta, hasta asfixiarte.
Tuvo una amiga Cabra. Lo usó para escalar, cuando llegó a la cima, le clavó los cuernos y lo abandono.
Tuvo una amiga Almeja. Que no suelta el molusco hasta que no está bien cocida.
Tuvo una amiga Vampiro. Que vive de noche, duerme de día y chupa todo lo que puede.
Tuvo una amiga Araña. Te hace caer en su red, se alimenta de ti, y te abandona.
Tuvo una amiga Puma. Que inspira peligro y seducción, y aunque sabes que va a terminar mal, solo quieres estar con ella.
Tuvo una amiga Búho. Que vive de noche, observa todo, y con elegancia se come al más débil.
Tuvo una amiga halcón. Que detecta a distancia al más desprotegido, lo sigue, lo cansa, lo lleva al cielo y se lo come.
Tuvo una amiga Escorpión. Que aunque no quiera, te hace daño clavándote, pues es su naturaleza.
Tuvo una amiga Guanaco. Que te abriga, cobija y alimenta, pero cuando se aburre de ti, te escupe.
Tuvo una amiga Hormiga. Que trabaja y trabaja, nadie sabe para qué o para quien, lo único que hace es guardar para mañana. Como si el hoy no existiera.
Conoció el verdadero amor en aquella mujer que estuvo siempre a su lado, que no le pidió nada más que una caricia, de vez en cuando. Le mostró lo que era ser incondicional y leal. Fue por eso, que se quedó con la mujer Perro.....…Con el tiempo entendió que él también era un animal, tal vez el peor de todos, el Garrapata, que hacia responsable de su felicidad a los demás, y que esperaba que alguien le solucionara la vida…. Y tu ¿Quién eres?