Llegamos al bar tomados de la mano, Eldert me guio debido a la multitud. Busqué a Grecia y Eldert me apretó la mano para indicarme que estaban al fondo a la derecha en una mesa. Nos dirigimos hacia ellos y Grecia se percató de nuestras manos. Estaba tan preocupada que, en cuanto llegamos a la mesa, me abrazó y comenzó a regañarme por mi actitud de salir sola sin avisar, llamando a aquella persona una tarada. Evan pidió que me regañara sentada debido a mi evidente agotamiento, así que así lo hicimos. Grecia me instó a contar todo para entender mi mal juicio, así que comencé a relatar todo nuevamente, con la esperanza de no tener que hacerlo nunca más. -¿Esta idiota o qué? - dijo Grecia. -Por Dios, algunas mujeres son ciegas en sus relaciones - comentó Evan. -Y tu amigo es un cretino - ag

