POV : BALTHAZAR.
Mis fotos seguían siendo la comidilla del país, y de todos los programas de entretenimiento, debo reconocer que no fue la mejor de mis decisiones puesto que dicho comportamiento había afectado gravemente mi reputación como CEO del grupo Har&Lex.
A parte de que era un Don Juan Exhibicionista sin escrúpulos y el soltero más cotizado con problema de arrogancia, ahora también era Un magnate con la polla grande.
— En que demonios estabas pensando Balthazar Lennox?
— Exclamó Astaroth con sus ojos fijos en mí.
— Filtrar fotos obscenas no es la mejor manera de dirigir la compañía, eso nos da poca credibilidad.
— Suspiré y terminé de tomar el trago que antes me había servido.
— Gracias hermano.
De verdad As, no sabes cómo se me cae la cara de vergüenza.
— Contesté con sarcasmo.
El ceño fruncido de su rostro no cambiaba creo que no era un buen momento para bromear, así que decidí decirle toda la mierda que deseaba escuchar.
— Si, acepto mi error sé que me equivoqué y fuí un completo irresponsable.
— Puso sus ojos en blanco apenas me escuchó.
— ¿Fuiste? ¡Ja! No. Sigues siendo un irresponsable, incluso me atrevería a decir que ahora eres un cabrón mucho más manipulador.
— Mis ojos se abrieron como platos al ver su actitud enojada.
— Sólo son unas fotos Astaroth no se porqué tanto revuelo.
— Se cruzó de brazos y se paró firme delante de mi escritorio.
— Déjame ofrecerte un consejo e CEO a CEO..
— Continuó.
— Ve preparando tus abogados y asesores legales, ésto traerá problemas y estoy seguro que perderemos algunos proveedores importantes, solo Porqué no puedes mantener la polla dentro de tus pantalones.
— bajé la mirada hasta el ordenador sin responder a su consejo y antes de que pudiera enviarle un mensaje a Noha O'Sullivan mi abogado, éste apareció tocando la puerta.
—¡Oh, reunión familiar! Vendré después.
— Dijo divertido.
— No, quédate ya no hay nada que hablar.
— Contestó Astaroth con una expresión gélida.
¡Carajo!.
— Te vas a disculpar públicamente por tu comportamiento de mierda y que sea antes de éste domingo familiar.
— Me reí y luego me aclaré la garganta.
— Algún consejo para hacer que mi hermano cambie de opinión.
— Bromeó con Noha.
— ¡No voy a cambiar de opinión ni una mierda!
— Gritó desde la puerta y ambos nos reímos.
— Lo del consejo es totalmente cierto, necesito borrar toda esta mierda de inmediato.
— Se dió unos golpecitos en la barbilla apenas me escuchó.
— de que sirve que te dé un consejo si no lo aceptarás.
— sonrió con satisfacción.
— Siempre lo hago, por algo eres mi abogado y asesor legal.
— No, tu sólo aceptas los consejos que te gustan o te generan algún beneficio económico.
— Corrigió.
— No me hagas rogar ¡joder!
— Crucé los brazos frente a mí pecho, Noha ha sido mi amigo y asesor desde hace muchos años, era evidente que se estaba divirtiendo con mi desgracia.
— Bien, quieres un puto consejo pues ahí te va: has exactamente lo que Astaroth te ordenó.
— ¿Que?
— Escupí con ira.
— Te has perdido la parte dónde te dije que necesito un consejo.
— Agité mi mano frente a el.
— Te he escuchado perfectamente y es exactamente lo que debes hacer, pedir disculpas por el comportamiento inadecuado y asegurarte de no cometer ninguna otra estupidez...
Lo mejor será mantener tu vida privada fuera de la compañía.
— Mis ojos se quedaron observandolo fijamente, parece que no tendría otra opción
— Redacta una carta lo más convincente que puedas y yo me encargaré de lo demás.
— Me reprendí a mi mismo por ser malditamente impulsivo.
— Ok...
— contesté.
— Bien de nada.
— Dijo Noha.
— ahora cambiando a otro tema, me gustaría reunirme contigo y Sofía Harper, antes de comenzar el programa de prácticas.
— Apreté mis labios al escuchar su nombre, ésto tendría que ser una broma.
— Tengo una agenda apretada, tendrás que reunirte sólo con ella.
— Repliqué sin darle importancia, pero cortando el tema de una vez.
— Ok, siento un poco de hostilidad de tu parte ¿Que me estoy perdiendo aquí?
¿Hay algo que deba saber Balthazar?
— Desvíe mi vista hasta otro lado.
— No hay ningún problema con esa mo.. con Sofía Harper y tampoco hay nada que debas saber.
— Sonrió sin creerme.
— Si tu lo dices, entonces te veré después.
— No había manera de que yo confesara la contienda en que la mocosa y yo hemos estado sumidos durante años.
Dos días después...
Los domingos familiares se habían vuelto un tradicion para nuestra familia, lo que siempre me atraía a éste lugar era la promesa del buen fútbol y las cervezas con los chicos pero desde que llegué a Villa Hill's Harper's observé los detalles de una fiesta de bienvenida y eso despotricó el momento.
No sólo eso, si no que la mayoría de ellos eran hombres casados y padres de familia, su manada de pequeños monstruos corrían y gritaban sin parar de un lugar a otro llevándose todo a su paso y la paz de éste lugar...
« Ésto es lo que consigo por venir aquí»
— Las proyecciones para este año quedan muy limitadas opino que sería mejor invertir en algo diferente.
— Astaroth me pasa una cerveza pero su atención está completamente en la conversación que sostiene con Marcus y mi padre.
— Uno de los niños se acerca hasta nosotros, Ezra entró corriendo a la terraza sosteniendo su pistola de agua y gritando a todo pulmón : ¡Papá! ¡Papá!
Se para frente a Astaroth y dispara varios chorros de agua directo a su entrepierna, mojando sus pantalones.
Si.. ¡Papá se hizo pipí! Exclamó sonriente posando sus ojitos burlones en mí, le guiñe un ojo en complicidad pues días antes le había enseñado ese juego.
Astaroth abrió los ojos de par en par..
— ¡Pero que Demo....!
— Si hijo, hice pipí en mi pantalón... Acostumbrate porque en el futuro cambiarás los pañales de tu viejo padre.
— Gritó y mi sobrino salió corriendo muerto de la risa hasta llegar a las piernas de su niñera ¿Lane?
«Pero que buena estaba Lane»
Sus enormes tetas eran perfectas y atraían mi atención, me había liado con ella un par de veces en el pasado pero sólo eso, me encontré con su mirada mientras le daba varios tragos a mí cerveza.
Había un juego en sus ojos parcialmente escondido detrás de los nervios...
«Tentador»
— ¿As? cariño que sucedió escuché al fondo la voz de Juno y giré mi vista hacía ella.
Pero un alboroto se armó a su izquierda, un hombre de traje gris y aspecto bien cuidado caminó hasta la puerta, la mayoría de las mujeres presentes hicieron un gesto de admiración cuándo sus labios se curvaron en una sonrisa lenta, el hombre traía unas cuantas valijas así que supongo es el fulano novio rico y guapo.
Los ojos de Sofía se encontraron con los míos apenas piso la terraza, sin importar que Dara y Hannah se abrazaban a ella, no podía romper el contacto visual aúnque lo intentara.
El vestido azul marino se aferraba a sus caderas de una forma perfecta y dejaba al descubierto la parte superior de sus senos, sus ojos poseían un deslumbrante tono oscuro y el largo cabello castaño caía sobre sus hombros formando pequeñas ondas.
Evidentemente ya no era aquella chica plana de ojos chispeantes e inocente que recordaba.
¿Se veía sexy? si.. era una puñetera preciosidad.
Pero eso no cambiaba nada, había planeado detalladamente su castigo desde que supe sobre su regreso, ésto apenas comenzaba.
Durante las próximas horas jugamos a la familia feliz, ella se paseo por todo el lugar tomada de manos con el señor elegante, acaparando toda la atención regalandole miradas fugaces y toqueteos de polla debajo de la mesa.
Ni una vez volteo a mirarme eso significaba que estaba haciendo un esfuerzo por evitarme.
Veo cómo la mocosa le hace un gesto al supuesto novio, mientras el se prepara un plato de aperitivos pero antes de que pudiera probarlos ella se separa y se dirige hacía la mansión, sé que va directo a encerrarse en el baño para despejarse así que me fuí tras ella.
Subió las escaleras buscando el tocador privado pero antes de que pudiese llegar la empuje contra la pared.
— Ahhh Balthazar...
— Me miró a los ojos y las mejillas se le pusieron coloradas.
— ¿Cuánto tiempo Sofía?
— Bajé mi rostro para encontrarme con su rostro su perfume me envuelve, por un instante recuerdo cómo era tenerla entre mis brazos.
— Me has estado evitando toda la tarde es que acaso ¿ya no somos buenos amigos? o no te sientes fuerte para enfrentarme.
— Pregunté mientras colocaba un mechón de cabellos detrás de su oreja.
— ¿Buenos amigos? No es lo que dijiste en aquel entonces..
recuerdo muy bien escuchar un: No vuelvas a dirigirme la palabra en tu puta vida.
— Añadió con arrogancia.
— No creo que haya dicho algo que no merecieras.
— Roce sus labios y ella tragó grueso, tuve que reprimir una carcajada por su gesto infantil.
— Veo que sigues siendo el mismo descarado y audaz de siempre.
— y tú la misma mocosa malcriada.
— Escupí con ira.
— ¿Cómo diablos supiste que venía en ésta dirección? eres un acosador..
— afirmó —
— ¿Acosador?
— Repetí la palabra y me reí en su cara.
— Sólo quise darte la bienvenida...
Además no actúes cómo si no te excitara ésto que está pasando.
— Llevé mi mano hasta su cuello y lo apreté con suavidad.
Tenía la sensación de su pulso acelerado mientras ella apretaba mi camisa por los costados, la forma en que su respiración se volvió más rápida cuando toqué su cuello, y sus labios entreabiertos ligeramente esperando a que la devorara.
Pero no lo hice no, por el contrario me burle de ella.
— Estoy seguro de que viste mi polla..
— ¿De que diablos estás hablando?
— Balbuseó tratando de disimular.
« Ay pero que monada»
— Ya me has oído.
— Insistí mientras sonreía.
— Quiero saber que pensaste cuándo viste mi polla.
Hasta puedo imaginar cuántas veces te tocaste viendo la pantalla.
— La vergüenza se apodera de su rostro y trata de huir.
— Eso es una pregunta inapropiada para dos extraños cómo nosotros.
— ¡Ja! ¿Extraños? Sabes cuántas veces te corriste en la boca de este extraño.
— nuevamente la presione y la dureza de mí polla se pegó en su vientre haciendo que gimiera con fuerza.
— No me obligues a preguntarte de nuevo...
— Deja de intentar intimidarme Balthazar y discúlpate para que podamos estar cómo antes.
— Dice y trata de separarme pero no logra moverme ni un milímetro.
— Nada será como antes Sofia..
— Añadí, soltando su cuello.
— Me refiero a regresar al mundo donde pretendemos que ninguno de los dos existe.
— Entendí lo que quisiste decir a la perfección.
— Sé qué estás molesto porqué tienes tu ego magullado, pero no voy a tolerar ésta versión retorcida de acoso s****l y mucho menos cuándo estamos a punto de ser compañeros de trabajo.
— Levante una de mis cejas, divertido por como las palabras se enredaban en su lengua.
— Ni siquiera te he comenzado acosar sexualmente, cuándo lo haga vas a saberlo créeme...
— Mantuve los ojos clavados en ella y retomé el tema de mi polla.
— Sólo quiero saber si viste la foto..
— Seguí tocando su cuerpo con mis manos y ella no me detuvo, varios segundos después respondió.
— De acuerdo si lo hice, estás contento.
— Susurró jadeando, sumergida en una burbuja de placer.
— Más que eso estoy eufórico.
— Metí una mano por debajo de su vestido, el contacto con su muslo hizo que mi piel ardiera.
Despacio entrelacé mis dedos con el encaje de su tanga y tiré de ella en un solo movimiento.
Gemí apenas sentí la humedad en mis dedos pero me contuve, después de eso las guardé en mi bolsillo.
— Por el puto infierno no puedo creer que hayas hecho eso.
— Se mordió los labios sin dejar de observar cada movimiento que ejecutaba.
— Pues créetelo... aúnque no te emociones porque ésto es todo lo que obtendrás de mi, mocosa.
— Miré mi reloj en un gesto despreocúpado y me separé de una Sofia muy cabreada.
— Estába a punto de replicar algo cuándo la voz de su novio subiendo por las escaleras nos separó por completo.
— ¿Sofía? ¿estás ahí?
— Sus ojos de corderito asustado me hicieron reir, así que decidí dejarla.
— Oh, y por cierto no eres mi compañera de trabajo...
Yo soy tu jefe, ¿Lo entiendes?
Eso quiere decir que estoy por encima de ti....
Nos vemos mañana muy temprano así que no bebas demasiado.
Caminé hasta las escaleras y en el pasillo me encontré hombro a hombro con su novio, por un segundo nos dedicamos una mirada y me dió la impresión de que sabía quién era yo.
— Estaba empezando a pensar que te había sucedido algo amor.
— Escuché que preguntó.
— Eh... Si.. bueno.. eh...
— Miré por encima de mi hombro y Vi la expresión asustadiza de Sofía, la forma en que tartamudeaba y no encontraba una excusa razonable..
Demonios.. ésto será muy divertido.