Capítulo 7

1481 Words
—Llegamos a casa antes de lo planeado, antes pasamos a comprar unas hamburguesas y luego llegamos a casa, bajamos del coche de Alfredo, nos despedimos de este y entramos a casa, mamá nos está esperando en el recibidor, que raro. —Hijos, qué alegría que hayan vuelto ya a casa —besa nuestras mejillas—. —Si mamá la película acabó un poco antes. —Si, hubiésemos llegado antes si Fede no se hubiera antojado de ir por hamburguesas. —¿Ah yo? ustedes también querían. —Bueno si pero el que se antojo primero fuiste tú. —Bueno ya esta, esta bien, ¿Eso significa que no cenarán? —No mamá, yo comeré mi hamburguesa en mi habitación. —¿Y tú Fede? —Yo comeré mi hamburguesa y cenaré también. —¿Cómo puedes comer tanto? —Comiendo hermanita, vamos mamá. —Si vamos hijo —dice mamá sonriendo—. —Se marchan ambos y subo a mi habitación, una vez allí cierro la puerta con seguro y voy directo al cuarto de baño, quito toda mi ropa y me voy a la ducha, dejo que el agua fría recorra todo mi cuerpo, mientras esto pasa recuerdo todo lo que sucedio hace un rato con Alfredo, es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, lavo todo mi cuerpo y cuando intento lavar mis partes intimas siento cierta molestia en ella y noto que estoy sangrando, he escuchado que es normal así que no le doy mayor importancia; pasado un rato salgo de la ducha y busco un pijama cómodo, escojo un short corto y una camisa de tirantes, busco unos calcetines y me los pongo, escucho un sonido y es mi móvil, me había olvidado de él por completo y esta en modo vibrar, lo busco y noto todas las llamadas perdidas de Fernando, mensajes de Camille, esta me esta cancelando la cita de mañana y también tengo varios mensajes de Fernando, de la tía Madeleine, uno de Alfredo y muchos más, le haré una llamada a Fernando, le marco y contesta al instante. —¿Dónde haz estado? —me pregunta en un tono nada agradable—. —Hola Fernandoo, estoy bien gracias. —Dejate de estupideces Catalina, llevo todo el día llamandote desde que te marchaste de la universidad y nada que contestas. —Buenas noches Fernando, cuando te calmes me llamas. —Y sin más corto la llamada, no entiendo su actitud —descarada— callate, Fernando no va a venir a arruinarme la noche, la inicie muy bien como para que él me la arruine, mejor me como mi hamburguesa, —me dirijo a la mesa de mi computador cojo mi tableta y mientras pongo música en ella abro mi hamburguesa para comerla, una vez con buena música busco mi móvil y lo tomo con una mano mientras que en la otra tengo mi hamburguesa que definitivamente esta muy buena, veo el mensaje de Alfredo—. —Gracias por confiar en mí, eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, y aunque no seas mía de corazón no te imaginas lo emocionado que estoy con este paso que diste conmigo, nuevamente Cata, gracias por confiar en mi, me encanto haberte hecho el amor y no te imaginas cuanto. —Que mensaje tan hermoso, a mi también me encanto haber hecho el amor con él, pero debo volver a la realidad, aunque, puedo volver a la realidad mañana, por hoy acabaré de disfrutar mis fantasías; si, me encanto haber hecho el amor con Alfredo, fue lo más bonito que pudo haberme pasado y no lo niego, lo extraño es lo que sentí cuando nos abrazamos —amor— ssshh no digas eso —es lo que sientes, admitelo— no, no voy a admitir eso —es lo que sentiste— tengo novio —¿Cuál es el problema?— no, yo no puedo sentir amor por Alfredo —pues es lo que sentiste querida— ¿Será posible sentir amor por dos personas a la vez? —ó, ¿Será qué simplemente no estas enamorada de tu novio?— ¿Será? —averigualo— ¿Y cómo hago eso? —acuestate con Fernando también y ve que sientes— no, no me quiero acostar con él y no lo voy a hacer, mejor te ignoraré y le marco a Alfredo, esta tardando para contestar. —Cata ¿Ocurre algo? —Alfredo, no, no ocurre nada ¿Llegaste bien? —¿De verdad estas llamando solo para eso? —Si, bueno no. —Llegue bien Catalina. —¿Estás bien? —No Catalina, no lo estoy ¿Sabes? —noto su voz con mucha nostalgia— te amo Catalina y de verdad lo que acaba de pasar fue totalmente maravilloso pero siento que todo eso para ti da igual. —No Alfredo, no es así, para mi fue maravilloso y quisiera volver a repetirlo una vez más. —No Cata, eso no va a pasar. —¿Estás tomando? —Solo un poco. —¿Dónde estas? —En mi casa, en mi cama, percibiendo aún tu olor que quedo impregnado en mis sabanas. —Alfredo... —Estoy bien Catalina —me interrumpe— hablamos luego ¿Vale? —Y sin más me deja hablando sola, necesito ir con él —¿Estás loca?— quizás sí, pero voy a su casa ahora mismo, esta borracho y no me gusta su modo de pensar. Media hora más tarde. —Busco mi móvil en el bolsillo de mi chaqueta y le marco, contesta al instante. —Abre la puerta, estoy aquí. —¿Estás loca? —No, abre. —Vale. —Tarda unos minutos y luego lo veo salir, en camisetas y con un mono color gris, esta tan guapo así. —¿Estás loca? ¿Cómo sales de tu casa a estas horas? —No lo hubiera hecho si no me hubieses cortado la llamada. —¿Solo por eso viniste hasta aquí? —¿Me invitarás a entrar? muero de frío. —Mejor te llevo a casa. —No, tenemos que hablar. —Lo haremos mañana Catalina. —Será hoy Alfredo. —Alfredo hijo ¿Esta todo bien? —escucho a su madre y noto que se asoma a la puerta—. —Si madre, sali a tomar un poco de aire nada más. —¿Seguro? —Si, regresa a tu habitación. —¿Sabes qué si mi madre te ve aquí se lo dirá a Carlota verdad? —¿Y crees que no me vio? —alza una ceja— si ya se que soy muy flaca pero la silueta. —Le haré creer que eras una amiga que iba de paso ¿Vale? —Perfecto —le digo pero siento una punzada en el pecho, ¿celos? no, no creo que sea eso, —lo es— como digas— ¿Me dejarás aquí pasando frío? —regreso a la realidad—. —No, ven. —Entramos a la casa y siento un poco de calor, si que hacía frío en la calle, vamos directo a su habitación, aún es temprano, solo espero que mamá no se de cuenta que me escape de casa. —Ahora sí Catalina ¿Qué ocurre? —Quisiera saber eso exactamente. —No se a que te refieres. —¿Por qué dices que lo que paso hace un rato no volverá a pasar? —No es correcto Cata, tienes novio, por más que quiera hacerlo una y mil veces más sabes que no es corecto. —Alfredo, estoy aquí, me interesas. —Solo te importo para un escape y porque tuvimos sexo y ya, pero tu realidad es otra, por más duro que suene es así —tiene razón— sigamos como estábamos antes ¿Vale? —No quiero. —Cata es lo mejor, vamos a acabar haciendonos daño y no quiero eso. —Me acerco a él y lo beso, tarda un poco pero al final responde a mi beso, no me cansare de decirlo, besa tan divinamente, el movimiento de su lengua es tan placentero que me excita totalmente, quiero volver a repetir lo que hicimos hoy y no me iré de aquí sin hacerlo, me pego más a él y siento como su erección cobra vida, me gusta lo que siento y el intenta detenerse pero no lo permito, necesito sentir que todo esta bien entre nosotros. —Cata, Cata aguarda, no sigamos por favor. —Te necesito. —Y yo a ti, pero si seguimos besandonos así no podré parar. —No quiero que pares. —¿Estás segura de esto? —Si —digo entre susurros— quiero hacerlo una vez más. —Esta bien Cata, se que esto no cambia nada pero esta bien, te haré el amor nuevamente...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD