Capítulo 12

1220 Words
—La verdad que no me emociona ni un poco ver a papá, ¿Desde hace cuánto no lo veo? tendría no sé, seis años, la verdad no lo recuerdo y tampoco me importa hacerlo en realidad, el que nos haya abandonado no habla muy bien de él que digamos y espero que no nos venga con sus excusas absurdas porque siempre es lo mismo, bueno al menos esta vez al parecer si tiene los pantalones para vernos a la cara. —¿Por qué tan pensativa Cata? —Por nada ¿Dónde nos veremos con él? —En el café que esta cerca a la universidad, me dijo que se está hospedando en un hotel por allí cerca. —Perfecto, solo espero que nuestra cita con él no se alargue mucho, quiero ir a casa de la tía Madeleine temprano para pasar tiempo con ella. —Hasta yo, aunque Alfredo me invito a tomarnos una copa en su casa mientras jugamos pool. —¿Alfredo? —me emociono—. —Si Cata Alfredo, pero no te menciono —golpe bajo—. —Tienes razón, no me mencionó y tampoco me dijo nada hace un momento cuando me habló al móvil, pero puedes llevarme contigo —alza una ceja—. —No lo sé Cata, le preguntaré luego, llegamos. —Dice Fede y mi corazón se acelera por un momento y no sabría explicar lo que siento justo ahora; la verdad no tengo contacto con él, Fede es el que más habla con él a mí la verdad me da igual si hablamos o no. —¿Preparada? —Si ¿Por qué no habría de estarlo? —No lo sé, simple curiosidad. —Estoy bien Fede, hagamos lo que tengamos que hacer y vámonos a casa de la tía Madeleine, necesito que este día cambie. —Bajamos del coche y me pego a mi hermano, es mi hermano menor pero es más alto que yo y no se sé, en este momento me siento como protegida con él, lo que voy a hacer es algo muy fuera de lo común para mi, pero lo necesito. —¿Fede? —digo con la cabeza agachada—. —Dime Cata —responde deteniéndose y se posa delante de mí— ¿Estás bien? _me pregunta tomándome de la barbilla y alzando mi cara—. —No —respondo—. —Lo sabía, podemos desistir a esto si lo quieres. —No no, esta bien sigamos adelante, pero ¿Puedes darme un abrazo? —Claro que sí —lo hace y siento que todo esta bien, soy fuerte pero no se que sucede en este momento que me siento muy débil— ¿Mejor? —Algo, vamos —deja de abrazarme y camino a su lado mientras me abraza por los hombros—. —Caminamos por unos minutos más hasta que llegamos al café y lo veo desde la distancia sentado impregnado en su móvil, lo veo tan sereno, como si nada en el mundo lo preocupara, ni es capaz de notar nuestra presencia, siento mucha impotencia de solo verlo. —¿Papá? —dice Fede y este voltea, su cara es de sorpresa total—. —Hijos —se levanta de donde esta sentado, intenta abrazarnos y yo automáticamente lo rechazo—. —¿Catalina? —No te atrevas a tocarme —le digo entre dientes—. —Cata... —No Fede, no necesito un abrazo de él, no quiero contacto físico, así estoy muy bien. —¿Se pueden sentar? —Claro, aunque no tardaremos mucho tiempo aquí, tenemos cosas que hacer. —Entiendo Catalina, creeme que lo que menos quiero es interrumpir su tiempo. —Lo estas haciendo en este momento. —Solo serán unos minutos, nada más. —Claro, empieza de una vez, ¿Para que nos llamaste? ¿Qué quieres? —Recuperar el tiempo perdido Catalina, eso quiero. —¡Ja! —digo con sarcasmo— por Dios señor Martín, la última vez que te vi yo tenía como seis años dime ¿Vas a recuperar toda una vida perdida? —Catalina soy tu padre. —¿Y eso qué? la única que siempre ha estado en todo momento ha sido mamá, nunca nos ha fallado y mucho menos abandonado, dime papá —nuevamente uso sarcasmo— ¿Qué era tan importante para que nos abandonarás? —Cata hija, entiendo que estés molesta conmigo por mi ausencia... —Responde lo que te pregunte —interrumpo—. —Nunca quise irme Catalina. —¿Entonces? ¿Por qué lo hiciste? —Porque conocí a alguien más Catalina y tengo una familia formada, tengo una hija, una niña tan hermosa como tú —responde agachando la cabeza—. —Bravo, —aplaudo con mucho sarcasmo— te quedo perfecto papá. —Solo quiero recuperar el tiempo perdido, estaré aquí en Francia por una larga temporada. —Me alegro por ti papá, pero quieres recuperar el tiempo perdido y lamento decirte que simplemente el tiempo ya pasó y tiempo para ti no tengo y tampoco voy a disponer de él. —Cata por favor. —No Fede, ya no soy una niña que me puede engañar y no voy a seguir en lo mismo con él, paso de él. —Esta bien Catalina, solo espero que algún día me perdones. —Lo dudo, espero que seas feliz con tu nueva familia, la verdad no tengo más que hablar, si en algún momento cambio de opinión hacía ti quizás te busque pero de momento, no, ¿Fede? —le hablo a mi hermano y este me mira— te espero en el coche —y sin más doy la media vuelta y me marcho—. —Fede intenta detenerme y no se lo permito, no soporto un momento más cerca de ese señor, siento mucha ira justo ahora y se que no va a pasar con él tan cerca, descarado, después de tantos años aparece como si nada, conocí a alguien, ¿Y a mi que rayos me importa eso? que se largue por donde vino, he pasado toda una vida sin él, solo con mamá y Fede, con ellos estoy muy bien, mamá siempre ha estado para nosotros a pesar de ser intensa la amo tal cual es, nunca nos ha dejado solos y supo darnos una vida excelente hasta ahora y es algo que no quiero cambiar por nada del mundo —suspiro— entrare al coche y esperare a Fede allí, ya solo quiero estar en casa o con la tía Madeleine, necesito paz —Alfredo— no, debo dejar de tratarlo como un escape, aunque en este momento no lo sería exactamente, solo quiero llorar y si, él me ayudaría a estar bien, él me da la paz que tanto necesito pero mejor no, Fede ven pronto por favor, ya no soporto un minuto más aquí, una familia y tengo una hermana, lágrimas caen por mis mejillas ¿Por qué me afecta tanto si hasta hace un rato me daba igual? —porque no lo habías visto aún— ¿será por eso? bueno por el motivo que sea solo se que afectó y ya solo quiero estar bien y muy lejos de aquí...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD